Hace un mes escaso que en 33bits pudimos acceder a la beta de Siege Survival: Gloria Victis, el juego de Ravenscourt, subsidiaria de Koch Media y aliada para este lanzamiento con Black Eye Games, y enmarcado dentro del «universo» Gloria Victis, que se expande con este interesantísimo juego que ya prometía en su probando y por fin podemos disfrutar en su versión definitiva.

Hasta la aparición del Gloria Victis, dicha compañía nos había traído títulos tan dispares como las versiones mejoradas de los Icewind Dale y Baldur’s Gate, así como la saga Let’s Sing. Pero dio un salto en la construcción de un nombre propio al aliarse con Black Eye Games al encargarse del lanzamiento hace un lustro del MMORPG o juego de rol masivo online Gloria Victis, a cuyo universo pertenece, como el propio nombre indica, el juego que nos ocupa. Siege Survival: Gloria Victis comparte con él la ambientación, que nos sitúa en una historia medieval de corte bastante realista, con sus licencias al servicio de la diversión.

Lo que no comparten en absoluto es el tipo de juego del que se tratan. En este caso la estrategia será la protagonista. La gestión cobrará vital importancia y la toma de decisiones, dándole un toque de rol, determinarán parte del devenir de nuestra historia y nuestro destino desde la misma introducción. No nos olvidaremos tampoco de las incursiones nocturnas, en las que la recolección de recursos se convertirán en una misión de sigilo cuyo desenlace puede ser fatal. A medida que disfrutemos del juego irán viniendo a nuestra mente referencias del mundo aunque, de forma general, la que más claramente se nos presentará será una: This War of Mine. Y no es una mala referencia, desde luego.

Pero comencemos por el principio. El vídeo introductorio nos pondrá en antecedentes. La ciudad ha sufrido un brutal ataque de una nación invasora. Unos pocos supervivientes aguantan en la fortaleza mientras nuestras tropas, diezmadas, hambrientas, escasas de material para defenderse y de utensilios para curar sus heridas, esperan los próximos envites.

Comenzaremos tomando, ya desde el principio y en los textos que se nos presentan para narrar el devenir de la historia, varias decisiones. ¿Los soldados salvaron a los ciudadanos que huían o a los trabajadores que protegían los suministros? ¿Los enemigos destrozaron nuestras torres o no lo hicieron pero apareció una figura terrorífica, un enemigo más letal que el resto, con el que contarán las tropas enemigas? Acabamos de empezar y ya deberemos seleccionar, cual libro de «Elige tu propia aventura», dos aspectos que determinarán nuestra aventura.

Una vez pasemos al juego en si, nos veremos en el patio de la fortaleza. Encarnaremos a Flint, un personaje con una gran mochila para acaparar todo lo que se encuentre en sus saqueos a la ciudad y dos buenas manos para trabajar. Los primeros compases del juego harán las veces de tutorial guiado de forma que a la vez que se nos van marcando pequeños objetivos en la esquina superior izquierda de la pantalla, se nos irá indicando como llevarlos a cabo.

No tardará en unirse a nosotros un compañero con sus propias características. Un carpintero que ha perdido a su familia y necesitará ayuda y consuelo para afrontar los duros días que nos esperan. Más adelante, en una incursión a la ciudad, podremos decidir si permitimos que se nos una una mujer de armas tomar. Teniendo en cuenta que ello implicará tener unas manos extra con las que contar durante las escasas horas del día, pero a la vez una boca más que alimentar y un personaje más de cuya salud cuidar. No hay respuestas sencillas, la escasez será nuestra compañera continua, y deberemos sopesar muy bien qué decisión tomamos a cada momento, como gestionamos lo poco que tenemos, qué utilizamos para nuestra propia supervivencia y qué enviamos al bastión para que las tropas puedan seguir defendiéndonos.

Se podría decir que, de forma general, el juego se compone de tres elementos o fases básicas. En el primero y más evidente, deberemos construir y mejorar en el interior del patio, teniendo en cuenta además que hay una zona segura donde los proyectiles de los ataques enemigos no afectarán, y otra donde nuestras construcciones pueden ser alcanzadas.

Si queremos poder preparar la comida deberemos habilitar una hoguera. Si queremos fabricar flechas que poder pasar al bastión u otros útiles, necesitaremos un banco de trabajo. Así con una cantidad bastante amplia de construcciones como un horno, secadero, mesa de carnicero y un largo etcétera que nos permitirán convertir las materias primas en comida más aprovechable, en preparar la comida para que se conserve más tiempo y no se pudra, enseres de todo tipo, medicinas y vendajes y un largo etcétera.

A su vez, todas las construcciones podrán ir mejorándose con los materiales adecuados, de forma que tendremos acceso a más elementos a fabricar o bien podremos hacerlo de forma más eficiente, consumiendo menos materiales y consiguiendo fabricar todo en menos tiempo. También optaremos a mejoras como aumentar nuestro descanso si fabricamos camas en lugar de dormir en el suelo.

Pero ojo, no se trata del típico juego donde puedes dedicarte a construir y mejorar con una fuente de recursos a mano de la que extraer. Aquí los materiales son muy diversos y muy escasos. Al comienzo tendremos algo para empezar y rebuscando por el propio patio encontraremos entre los escombros varios que podamos aprovechar, pero más allá de eso tendremos que conseguirlos de dos formas.

La primera, en nuestro propio patio. Buscando en una zona del patio que está perpetua. Se tarda mucho, es aleatorio, y te dan muy pocos. Si tienes varios personajes no está de más tener a alguien ahí siempre buscando, pero raramente nos salvará.

Tendremos además una granja con gallinas y cerdos que nos darán materiales si los alimentamos. Si no lo hacemos, morirán, podremos consumirlos, pero se acabará esa fuente perpetua de comida por un lado y material para fertilizar los campos y sembrar, por el otro.

Con esto, si cuidamos nuestros animales y cultivamos, podremos tener un suministro de comida con el que sobrevivir. Pero para tener todas las construcciones necesarias para poder aprovechar todo ello, necesitaremos otro tipo de materiales… aparte de agua, pues el pozo estará impracticable.

Para ello, y es la segunda forma y a la vez segundo tipo de juego o fase comentado, deberemos realizar incursiones nocturnas a la ciudad. Cuando llegue la noche, podremos escoger quienes de nuestros personajes se quedan descansando y/o curándose de heridas o enfermedades, y cual irá a la ciudad por la noche a recolectar materiales que se vaya encontrando.

En este momento entraremos en un modo de juego en el que deberemos esquivar a los vigilantes enemigos, que mostrarán su zona de visión, y además podrán escucharnos según la velocidad con la que nos movamos, lo cual se mostrará con una especie de onda sonora alrededor nuestra como es costumbre en el género.

Comenzaremos teniendo acceso a una parte próxima a nuestro refugio. Se nos indicarán los lugares donde podemos rebuscar, así como donde hay vegetales frescos, que son puntos donde siempre podremos acudir a recolectarlos, y diversos eventos donde pasaremos al modo texto ilustrado y, a menudo, deberemos tomar alguna decisión, como ayudar a alguien o robarle, arriesgarnos y salvarle la vida a una persona o dejarla a su suerte… etcétera. También encontraremos numerosas zonas bloqueadas que requerirán de una pala para despejarlas y acceder a zonas más alejadas o bien una llave, pudiendo acceder a zonas nuevas en las que podremos aparecer directamente la próxima vez.

Antes de realizar la incursión deberemos decidir si llevamos algo de equipo, como una pala para despejar nuevas zonas o una antorcha, imprescindible para quemar cadáveres y que su putrefacción no nos afecte, despejando igualmente nuevas zonas de paso. Pero si decidimos llevar dicho equipo, perderemos zonas de inventario muy valiosas. Cada personaje tiene un número de casillas mayor o menor y esto también hay que tenerlo en cuenta, pues el tiempo de la incursión y el espacio para recolectar es realmente escaso, y volver sin un material concreto puede suponer perder un día sin poder avanzar en las construcciones o sin madera para cocinar. Y aquí cada día cuenta, pues tan solo tenemos treinta días para desarrollarnos y ayudar al bastión a soportar los ataques.

Si seguimos a un vigilante por la espalda, y con algún personaje que tenga bonificación en ataque, podremos acabar con él, con dificultades pero podremos. Pero no echemos las campanas al vuelo, no estamos jugando al Commandos donde acabar con un vigía supone despejar esa zona. Al volver al refugio comprobaremos que nuestra hazaña ha llamado la atención del enemigo y el nivel de alerta ha subido con lo que la siguiente incursión será bastante más complicada y nos veremos más limitados a la hora de conseguir materiales. Esto también ocurrirá si se nos pasa la hora y amanece y nos dejamos ver, o si incluso nos llegan a detectar durante la noche.

Hay tres niveles de alerta, y en el superior es muy complicado moverse apenas de la protección del refugio. La única forma de que baje es no siendo detectados de nuevo durante un par de noches, o directamente no saliendo, lo cual nos supondrá un handicap grave para nuestro avance y desarrollo, así como la ayuda que podamos prestar al bastión.

El bastión es la tercera parte a tener en cuenta. No participaremos ni veremos las batallas en ningún momento. En su lugar, arriba un número que representa a las tropas aliadas y enemigas, irán variando. Y, tras cada batalla, se nos mostrará un pequeño texto y una estadística del resultado. Eso si, durante las mismas, en el patio caerán piedras o flechas de fuego que nos dificultarán avanzar en nuestra labor.

¿Qué podemos hacer en este punto entonces? Debemos ser un soporte y ayuda para esas tropas que están, a su vez, defendiéndonos. Su derrota implicará el final del juego. Para ello deberemos suministrarles agua, comida, armas y armaduras que fabriquemos o reparar las suyas, medicinas y vendajes, así como, por último, podremos decidir realizar incursiones de investigación en las tropas enemigas para darles ventaja. En la misma ventana que se nos pregunta qué personajes dormirán y cuales irán a la ciudad, se habilitará la opción, cuando se nos requiera por parte de algún soldado, de realizar dichas incursiones de espionaje, y podremos marcarlas. Esto no supondrá ningún tipo de fase jugable sino que es algo que se realizará automáticamente y les dará ventaja.

Desde el punto de vista técnico, Siege Survival: Gloria Victis no es un juego que sea muy exigente aunque tampoco es un dechado técnico. No obstante, para el tipo de juego que es, la ambientación conseguida es perfecta, así como los efectos y la música, que se limita a acompañar en un segundo plano sin molestar.

Concluyendo, Siege Survival: Gloria Victis, expande el universo de Gloria Victis afrontando una perspectiva totalmente distinta pero lo hace con oficio. Es un juego linealmente corto pero su dificultad nos pondrá en más de un aprieto, y llegarán momentos en los que dudaremos si podemos seguir con la partida y levantar el resultado. Es un juego que nos va a exigir y nos va a pedir mucha reflexión en todo lo que hagamos.

 


 Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Koch Media