Treinta años después de que el primer Simon the Sorcerer conquistara a los jugadores con su humor irreverente y su mundo fantástico, Simon the Sorcerer Origins llega como una precuela emotiva que supone un homenaje a la franquicia. Desarrollado por Smallthing Studios y publicado por ININ Games, con edición física de la mano de Meridiem, este nuevo capítulo explora los primeros pasos de Simon en el mundo de la magia, ofreciendo a los fans una nueva perspectiva del icónico personaje y dando la bienvenida a los recién llegados a su universo estrafalario.
Ambientado antes de los eventos del juego de 1993, Simon the Sorcerer Origins nos presenta a un Simon más joven y algo ingenuo: un estudiante expulsado varias veces de la academia mágica, ahora lanzado a un reino de fantasía lleno de personajes excéntricos, referencias a la cultura pop y desastres mágicos. La historia comienza el 4 de abril, un guiño simbólico al lanzamiento del original, y rápidamente sumerge al jugador en un mundo repleto de bromas visuales, diálogos sarcásticos y situaciones absurdas. La aventura de Simon es un viaje de autodescubrimiento, mientras aprende a dominar la magia, se enfrenta a la amenaza del villano Sordid y resuelve acertijos con el cinismo que lo caracteriza. El guion está lleno de guiños y referencias que los fans veteranos disfrutarán, pero también es accesible para quienes se quieran estrenar en la saga.

Uno de los aspectos más destacados de Origins es su estilo artístico dibujado a mano, que evoca el encanto de las aventuras gráficas clásicas con un toque moderno. Los escenarios son ricos en detalles, desde bosques encantados hasta pueblos bulliciosos, cada uno lleno de elementos interactivos que recompensan la experimentación. Igualmente impresionante es el doblaje, encabezado por el regreso de Chris Barrie -conocido por Red Dwarf-, quien retoma el papel de Simon con una interpretación impecable. Su tono seco eleva los diálogos, que son consistentemente agudos y sarcásticos. Los personajes secundarios también están bien interpretados, contribuyendo a una atmósfera envolvente. Incluso la banda sonora se suma a la nostalgia, con una canción de Rick Astley en los créditos iniciales que marca el tono descarado del juego.

En esencia, Simon the Sorcerer Origins es una aventura gráfica de apuntar y hacer clic, pero se adapta inteligentemente a las expectativas actuales. En la versión PlayStation 5 que hemos jugado la navegación por los escenarios es más libre, con movimiento directo del personaje con el stick analógico y selección con los gatillos de los elementos con los que queremos interactuar, lo que puede incomodar a los puristas, pero resultará natural para quienes estén acostumbrados a los juegos modernos. La interfaz es intuitiva, y el diseño de los puzles logra un equilibrio entre desafío y accesibilidad.
Los puzles son variados e ingeniosos, a menudo requieren pensar de forma lateral y tener sentido del humor y a buen seguro que alguno de ellos os tendrá pensando durante algunas horas. Aunque algunos momentos pueden sentirse algo lentos, especialmente durante segmentos con mucha exposición, el ritmo general es satisfactorio. Lo que realmente distingue a Simon the Sorcerer Origins es su humor. El juego se deleita en su propia absurdidad, con Simon rompiendo la cuarta pared, burlándose de los clichés del género y lanzando comentarios sarcásticos a todo tipo de personajes, desde animales parlantes hasta magos torpes. El tono recuerda a Monkey Island, pero con un sabor inconfundible que los fans del original reconocerán al instante.
Sin embargo, bajo la capa de sarcasmo, hay un cariño genuino por el género y su historia. El juego no solo parodia las aventuras gráficas: las celebra. Desde guiños a los clásicos de LucasArts hasta referencias sutiles a Broken Sword, Simon the Sorcerer Origins se siente como una carta de amor a la época dorada de las aventuras gráficas.

Para los fans de toda la vida, Simon the Sorcerer Origins es un regreso triunfal. Captura el espíritu del original mientras actualiza sus mecánicas y presentación para una nueva generación. El guion es divertido, los gráficos son encantadores y el doblaje es de primer nivel. Es evidente que Smallthing Studios abordó el proyecto con cariño y entusiasmo, y el resultado es un juego que resulta a la vez familiar y fresco. Sin embargo, para quienes no conocen el legado de Simon o no han vivido la época de esplendor de las aventuras gráficas de los 90, el juego puede no resonar con la misma fuerza. Algunos chistes dependen del conocimiento previo y el ritmo puede decaer en ciertos momentos. Además, aunque el juego moderniza muchos aspectos, no busca reinventar el género ni experimentar con él, lo que acota todavía más su público objetivo.
Simon the Sorcerer Origins es una mezcla encantadora de nostalgia y novedad. Es un juego que sabe exactamente lo que quiere ser: una aventura descarada y entrañable que honra sus raíces mientras abraza el presente. Tanto si eres un veterano de la saga como si te acercas por primera vez, hay mucha magia esperando en la última travesura de Simon.
 
						
 
			 
			 
			