De la mano de Finish Line Games, desarrolladora con poco historial en su haber pero con títulos tan curiosos en su palmarés como Cel Damage HD o el original Maize, hoy mismo se pone a la venta otro juego atípico como es Skully para todas las plataformas actuales. Modus Games se encarga de la distribución en este caso, empresa que también se encarga de publicar títulos como el futuro Cris Tales, Trine 4 o Rock of Ages 3, al cual se parece bastante el juego que hoy nos ocupa.

Y la historia de Skully se centra en… Skully, evidentemente, un cráneo que un día aparece varado en una playa lejana y permanece allí hasta que es recogido por cierta persona, la cual coloca el cráneo en un charco de arcilla mágica y acaba cobrando vida propia. Esa cierta persona que le devuelve a la vida es Terry, un dios antiguo que representa al elemento tierra y se encuentra en mitad de un conflicto con el resto de sus hermanos por obtener el control de un artefacto muy poderoso que permite obtener un poder sin límites. Skully y Terry ponen rumbo a intentar evitar un conflicto mayor que pueda desembocar en una enorme catástrofe.

Y lo que nos vamos a encontrar en Skully va a ser un juego de plataformeo y habilidad con una bola rodante como protagonista, como una especie de Kororinpa o Marble Madness moderno pero más pasado de rosca si cabe. Como cráneo viviente, Skully podrá moverse rodando por el escenario como si se tratase de una canica y tendrá que ir saltando sobre plataformas, evitando el contacto con el agua o incluso pegarse a hiedras y plantas para subir paredes.

Al principio nos va a costar adaptarnos al manejo de la esfera, que responde directamente al movimiento del stick del mando, ya que si pulsamos la palanca hasta el fondo irá a una velocidad difícil de controlar y puede hacer que en primera instancia nos dé una mala impresión. Por lo tanto habrá que tener un especial cuidado para poder superar los obstáculos, debido a que la sensibilidad tanto del personaje como del stick son muy altas y nos pueden mandar rápidamente a cualquier precipicio si nos pasamos presionando.

Hay que decir que, en mi opinión, la dificultad es un tanto elevada, especialmente si no se tiene tanta experiencia en este tipo de juegos o estamos acostumbrados a juegos de corte sencillo con puntos de control habituales. Si vamos a piñón fijo desde el principio hasta el final del nivel no tendremos demasiados problemas en acabar el juego, sin embargo a lo largo de los niveles encontraremos una suerte de coleccionables en forma de flores que debemos recoger -varios centenares en cada nivel- para ir desbloqueando extras y conseguir el 100% y vamos a sufrir bastante para conseguirlos todos.

Es aquí cuando el juego se vuelve realmente complicado, pues cada vez que morimos tendremos que recoger todas las flores de nuevo y no quedarán recogidas hasta que volvamos a tocar el checkpoint. Ya desde los primeros niveles nos daremos cuenta de la dificultad que esto supone, pero más adelante la cosa se complica especialmente en los niveles «guiados» en los que una amenaza nos persigue, donde veremos que es totalmente imposible que nos dé tiempo a coger todo sin morir a menos que seamos los mejores jugadores del planeta, lo que nos obligará a darle una segunda -o tercera, o cuarta…- pasada al nivel para ir recogiendo todos los coleccionables por tandas.

Hasta ahora hemos hablado del manejo de la esfera en niveles de plataformeo y habilidad, pero no es lo único que Skully podrá hacer. Otro de los pilares importantes del juego son las transformaciones, donde nuestro huesudo amigo podrá utilizar la arcilla mágica para moldear su cuerpo en seres con habilidades especiales. Tendremos tres transformaciones: la forma fuerte que nos permitirá romper paredes y atacar a enemigos, la forma rápida con la que podremos correr a toda velocidad y mover objetos, y por último la forma saltarina, con la que podremos hacer un doble salto y también manipular objetos y plataformas.

Con estas transformaciones se abren nuevas mecánicas de resolver puzles, donde tendremos que utilizar a estos personajes para superar los obstáculos que nos vayan surgiendo en el camino. Podremos tener hasta tres golems en activo al mismo tiempo y tendremos que interactuar entre ellos y hacer que sumen fuerzas para cruzar precipicios, llegar a sitios a los que no podemos normalmente o simplemente recoger coleccionables ocultos. Sea como sea, estos puzles no son fáciles de resolver y nos van a dar más de un quebradero de cabeza.

Estas transformaciones tienen un «pero», y es que a pesar de ser originales y aportar variedad a la jugabilidad, pueden llegar a cansar bastante y cortar el ritmo del juego, pues cuando mejor nos lo estamos pasando controlando a la esfera y plataformeando, nos obligan a pararnos a resolver un puzle que nos puede llevar varios minutos finalizar. A eso se le suma la pesadez de ir cambiando entre los diferentes cuerpos, pues para controlar a cada golem tendremos que desplazarnos hasta donde se encuentre y poseerlo, lo que nos hará dar varios viajes que alargarán más la superación del obstáculo. Se hubiese agradecido incluir algún botón para alternar entre cada transformación instantáneamente para agilizar el proceso, aunque eso facilitaría mucho los puzles ya que han sido diseñados en base al planteamiento pensado originalmente.

A lo largo de todo el juego contaremos con un argumento que servirá como hilo conductor para unir los diferentes niveles, 18 en total, donde Terry nos acompañará a lo largo del viaje. El tono de humor se encuentra muy presente a lo largo de todo el juego, ya de por sí por el absurdo de controlar a un cráneo rodante, pero también por los diálogos y discusiones entre los cuatro hermanos que nos van a sacar más de una risa. No faltará, eso sí, cierto tono reflexivo y conmovedor, pero no va a ser la tónica general del juego.

Gráficamente hablando, lamentablemente hay que decir que estamos ante un juego más bien pobre, que no destaca demasiado en lo visual aunque hay que admitir que algunos efectos de luz y su uso en algunos puzles me han sorprendido gratamente, al igual que el rendimiento a 60fps. Respecto al sonido, la banda sonora ambiental animará nuestro viaje, pues sabe muy bien cuando reproducir temas relajados y cuando meternos presión para hacer algo. Los diálogos de los personajes, en inglés con subtítulos en español, están un poco sobreactuados pero eso ayuda a acentuar lo acalorado de las discusiones entre los personajes y resulta bastante efectivo.

En definitiva, lo que nos propone Skully es un juego muy divertido y original que intenta innovar en el clásico juego de la pelota rodante añadiendo exploración, historia y puzles interesantes. Con unas 8-9 horas de juego por delante, tendremos un juego con el que nos lo pasaremos bien siempre que tengamos la habilidad -y ante todo paciencia- suficiente para exprimirlo. Una buena compra recomendada que nos dejará un buen sabor de boca.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Dead Good Media