Muchos serán reacios a reconocerlo, pero al ser humano le gusta lo raro. De hecho, le fascina lo raro, supongo que como algo imbricado en nuestro ADN ancestral. «¡Oh! Una planta de exóticos colores. Voy a tocarla y a comerla, sin saber si me nutrirá, me matará o me drogará». «Que bello animal con esos pedazo dientes y garras ¿Se dejará domesticar o seré su almuerzo?». Algún darwinista recalcitrante pondrá en tela de juicio mis palabras. Pero tú, TÚ, amable y curioso leyente también lo sabes. Y si aún no, acabas de alcanzar ese momento de tu vida donde te acabas de dar cuenta que sí.
Damas, caballeros y todo tipo de variables humanas ¡Con ustedes, SUPER ADVENTURE HAND!
Pues ahora que ya conoces esa nueva faceta de tu personalidad, te sientes como mínimo con una curiosidad insana sobre qué es esta aventura de rivalidad, venganza, redención, plataformas y física manual.
Super Adventure Hand es un juego de plataformas algo atípico sin duda. Lo firma Devm Games, que si los también atípicos créditos del juego no mienten, es una sola persona, Jan Rigerl. Ya hemos tenido a este ‘equipo’ en el también descacharrante Moving Out, cuya secuela oficial se ha estrenado justamente a finales de el pasado agosto. Aquí Rigerl parece adquirir más carga a sus espaldas. Pero le ayudan a llevarla Bright Gambit, como editores y colaboradores en las faenas que un juego tan engañosamente ambicioso tiene detrás.
La historia de Super Adventure Hand va… es que… si la cuento no me vais a creer. Bueno, bueno, lo intento. El caso es que un brazo hasta la altura del codo va paseando despreocupadamente por un bosque ¿Vale? Y en esto que le asalta una banda de malvados pies. Le hacen mucho daño, separan el antebrazo de la mano, nuestro protagonista sobrevive solo para ver que ya no es la persona… la cosa que solía ser. Y eso le lleva a un viaje que… Bueno, que tras la inclasificable intro empieza un cacho juego de plataformas que se apoya en unas físicas muy complejas.
Y es que vamos a manejar a esa pobre y desvalida mano en un marco de niveles totalmente surrealistas. Lo primero es hacerse y comprender bien qué somos. Creo que este puede ser uno de los momentos más complicados desde que escribo en 33bits, porque poner en texto como funciona todo no va a hacer justicia a lo que tendremos, valga la redundancia, en las manos.
La forma más rápida de hacerse una idea sobre como funciona esto es pensar en una araña, en movimiento, en su forma de saltar, de agarrarse a las superficies, de tocar las cosas… Somos una mano, y realmente haremos lo que nuestras manos harían si no estuvieran pegadas a nuestro cuerpo.
Las cualidades básicas de ‘mano’ son saltar, sujetarse a todo tipo de superficies, objetos y materiales, e interactuar en la medida que nuestras cinco falanges lo permitan. El manejo es sumamente sencillo, y acostumbrarse a la física tan especial de ‘mano’, también. Es cuando ya jugamos con las enormes posibilidades de esa física donde vemos como se abre Super Adventure Hand, y vemos esa ambición claramente mayor que su muy básico apartado técnico y realización nos hacían pensar.
Tenemos 50 niveles con una progresión excelente, que además irá añadiendo no solo más complicaciones, también nuevas mecánicas y factores sorprendentes. Empezaremos saltando y agarrándonos a todo como una bicha, tocando algún mecanismo, sujetando llaves, metiendo los dátiles en diferentes chismes, movemos bloques… en niveles que no están hechos para tenernos largos tiempos dando vueltas y vueltas.
Porque uno de los valores del juego es su gran capacidad speedrun, donde no solo competimos con nosotros mismos intentando alcanzar las tres marcas de tiempo, sino que, si jugamos conectados a la red, veremos diferentes rankings de jugadores y nuestra posición en ellos al terminar cada nivel. Aunque nos digamos inicialmente que solo queremos pasarnos la «historia» del juego, me apuesto mi antebrazo a que prácticamente todo el mundo rejugará algunas fases merced de esos hitos, números y rankings tras unos simples minutos o menos de volver a recorrerla.
Tal vez mezcle peras con manzanas, pero jugando Super Adventure Hand me viene a la cabeza ese clásico de la primera PlayStation que fue Kula World. También un mundo extraño, también un protagonista especialito, también se apoya bastante en las físicas, decenas de niveles, rejugada en ellos…
Hay dos factores más para apuntalar al juego. Uno es como la progresión ya he comentado que no es solo poner obstáculos y retos más complejos, sino añadir cosas más diferenciadas, de las que ese momento del trailer conduciendo un cochecito es solo una muestra anterior al nivel treinta.
En su primera decena de niveles Super Adventure Hand ya se revela como divertido, accesible y sabiendo picarte para continuar al siguiente nivel. Luego veremos como los mismos elementos se complican y retuercen, para tener en puntos estratégicos esos giros de cintura.
El otro factor es que estamos ante un juego no muy largo, decenas de niveles que se pueden pasar en pocas horas sintiendo el avance muy dinámico. Pero serán algunas más si nos da por repetir y mejorar tiempos, o encontrar los 70 dedales, cuya acumulación desbloquea complementos para tunear nuestra mano. ¿Que te parece que la mano es muy cishetero patriarcal? ¡Pues hazte tu propia mano woke!
Como apuntes técnicos, ya he dicho que sus sencillos gráficos y divertidas melodías contrastan con el trabajazo de físicas. Tanto trabajo y tan complejo a veces que todo funcione como debe que aquí aparece el único lunar que le pongo al juego, cuando hay momentos donde no funciona tan adecuadamente. Pongo como ejemplo rápido los momentos con bombas, donde churruscaremos a nuestra manita cuando no se conecte todo como debe. Realmente es algo que ya me esperaba desde su muy prometedora demo, ese sistema de agarre y manipulación tendría momentos donde algo no chutaría como tocaría. Y me alegra ver en el juego final que no son más que cosas menores.
Ojo, no hay que confundir esos fallitos físicos con cosas como deslizarse tras un salto al intentar agarrarnos a una hamburguesa, o como una lámpara de oficina se bambolea según como hayamos llegado a ella. Esos momentos de fallos, caídas y risas son de los grandes momentos del juego. Y además quedo agradecido de tener textos en castellano, que no se me pase decirlo.
La conclusión final es que Super Adventure Hand merece bien la pena. Es una experiencia de habilidad y plataformas puras, con una originalidad que funciona a favor del juego y no se queda en mero reclamo. Y ¡Que narices! ¿Vais a ser tan insensibles de darle la espalda a esta cosita adorable?