EA sorprendió a todos durante su conferencia en el E3 de Los Ángeles anunciando Unravel Two, la inesperada secuela del notable plataformas de Coldwood Interactive. Aunque la existencia del juego se había filtrado un par de horas antes del evento, con lo que nadie podía contar era con verlo disponible de forma inmediata en PlayStation 4, Xbox One y PC. Apenas había concluido la conferencia cuando ya estábamos descargando el juego en nuestra consola.
Unravel llegó hace poco más de dos años y logró conquistar a muchos jugadores gracias a la interesante idea de hacer uso del hilo que formaba nuestro propio cuerpo. Más bien, el cuerpo de nuestro protagonista: Yarny. Avanzar hasta una nueva bobina de hilo que nos permitiera volver a enrollarnos y poder decir eso de «tenemos cuerda para rato», mientras hacíamos uso de la misma para interactuar con el entorno y resolver cada una de las diversas situaciones en las que nos veíamos inmersos. Coldwood Interactive no solo fue capaz de cautivarnos gracias a sus mecánicas jugables; también lo hizo a través del emotivo mensaje que nos transmitió. Parece que Yarny ha vuelto con la intención de extender, una vez más, el hilo del amor. En esta ocasión, no está solo…
LOS LAZOS QUE NOS UNEN
Como resulta evidente, el hecho de apostar por dos personajes en lugar de uno es la principal seña de identidad de Unravel Two. La soledad era uno de los temas —con permiso del amor— sobre los que Coldwood nos hizo reflexionar en el inolvidable viaje que muchos emprendimos durante los primeros compases de 2016. Esa tormenta de sensaciones, protagonizada por la añoranza, el abandono o la nostalgia, entre otras, que terminaban por dar nombre y apellidos a uno de los mayores temores del ser humano: estar solo. En aquel viaje tuvimos el corazón en un puño cada vez que la vida de Yarny corría peligro. Por así decirlo, le necesitábamos. Tanto como él a nosotros.
En esta ocasión, nuestro simpático amigo y fiel compañero de aventuras ha de hacer frente una vez más a todo tipo de peligros, pero, afortunadamente, la soledad no es uno de ellos. Después de una escueta —aunque contundente— puesta en escena en la que vemos a Yarny atravesar un momento delicado en altar mar, finalmente vemos como logra salvar su vida, seguido de lo que, quizás, sea tan importante como ello: encontrar una compañera de viaje.
Aunque no sería demasiado extraño pensar que viajar en pareja no es más que una decisión al servicio de la jugabilidad —porque lo es—, la realidad es que el estudio sueco también lo tuvo claro de cara a concebir una historia muy bien hilada. Al igual que lo visto en el título original, en esta nueva entrega también disfrutamos de un guion que se desarrolla mediante diversos flashbacks. No me atrevería a desvelaros ningún aspecto argumental, pero, no obstante, sí que me tomo la libertad de recomendaros encarecidamente que, si os gustó Unravel, no os perdáis este nuevo viaje.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA
Apenas unos minutos a los mandos del juego son más que suficientes para empezar a vislumbrar el aumento de complejidad que han sufrido los puzles que debemos superar para seguir avanzando. Ahora, nuestro cuerpo no está sujeto a una bobina de hilo de la que no podemos alejarnos más bien de la cuenta; somos libres, aunque los hilos de ambos personajes están unidos. Por un lado, el hecho de no ver cómo nuestras posibilidades de avanzar se ven mermadas por el hecho de no haber encontrado supone un alivio. Por otro, la imposibilidad de poder alejarnos del personaje no seleccionado nos exige dar lo mejor de nosotros mismos en cada rompecabezas, especialmente en esos en los que debemos aprovechar las estructuras del escenario para continuar avanzando.
Conviene resaltar la posibilidad alternar en tiempo real entre un personaje y otro, algo que podemos hacer en cualquier momento. Además, cuando estamos cerca de nuestro aliado y no hemos sujetado el hilo a ningún punto de anclaje, también podemos unirnos a él, como si de una fusión se tratara. Estas mecánicas se suman a las que ya vimos en Unravel: engancharnos a puntos brillantes, unir dos puntos en aras de formar un puente, manipular ciertos elementos del entorno que nos rodea… Unravel Two hereda la base jugable de su antecesor y amplía sus posibilidades con acierto gracias al sorprendente aumento de velocidad del juego. Aunque estamos ante una secuela mucho más compleja, Coldwood ha sido capaz de imprimir una marcha más, dando lugar a una experiencia mucho más ágil y dinámica.
La variedad de situaciones que vivimos disfruta de una mayor variedad y nos exigen planificar a la perfección cada movimiento. Cuando vemos un engranaje giratorio, no solo debemos pensar en la posibilidad de que un personaje se sitúe a un lado del mismo para poder balancearnos; también debemos acertar con el personaje seleccionado, no queremos que los hilos se enreden más de la cuenta… Tampoco conviene pasar por alto un detalle importante: cuando pasamos a controlar a un personaje, el otro se convierte en un peso muerto, permitiéndonos balancearnos haciendo de nuestro compañero un sólido punto de anclaje. Cuando debemos empujar un elemento del escenario que haga las veces de puente, plataforma e incluso nos proteja de otros peligros, podemos servirnos de nuestro amigo para que lo sostenga mientras llegamos a la posición deseada y, tras ello, ponernos a sus mandos y llegar hasta él enrollando el hilo que une ambos cuerpos. Unravel Two está perfectamente diseñado y aprovecha con maestría su nueva seña de identidad.
Otro factor que no conviene pasar por alto es el aumento de peligros a los que debemos hacer frente. En Unravel, nuestros mayores temores no eran otro que los elementos a nuestro alrededor: el agua, la electricidad o algún que otro animal salvaje. En esta ocasión, la inclusión de enemigos clásicos se suma a todos esos factores. A lo largo y ancho de cada nivel, no son pocas las veces que somos asediados —y perseguidos— por lo que parecen entidades de otra dimensión, representadas por sombras en forma de ¿gusano? Estos enemigos nos obligan a ser muy rápidos, teniendo que explotar al máximo nuestras habilidades tanto para huir, como para resolver algún que otro rompecabezas mientras nos pisan los talones. Saltar entre dos muros como si de Mario Bros se tratara, distraer a los enemigos con un personaje mientras empujamos una escalera con el otro, pulsar interruptores en el orden correcto con cuidado de no enredar nuestro hilo y quedarnos atrapados… Unravel Two es más complejo y dinámico que nunca, y el cambio le ha sentado de maravilla.
MÁS Y MEJOR
Al igual que vimos en el título original de 2016, Unravel Two nos presenta niveles principales que pueden tomarnos hasta media hora. No hay demasiados niveles, pero son bastante extensos. Como era de esperar, el conjunto audio visual es una auténtica maravilla, presentando escenarios de corte realista, plagados de elementos interactivos y en los que la banda sonora siempre aparece en el momento ideal. Coldwood ha puesto mucho mimo en este juego. No obstante, sí que tenemos alguna que otra sorpresa, y es que el Faro, que hace las veces de nexo para conectar con cada nivel, ahora cuenta con hasta veinte pequeñas misiones que nos proponen superar un único puzle. Estos niveles, escuetos pero muy bien diseñados, nos permiten adquirir nuevos elementos de personalización —sí, podemos modificar el aspecto de ambos personajes— si logramos superar cada rompecabezas. Hay hasta cuatro retos por cada uno de los cinco primeros niveles principales, y algunos de ellos son un auténtico quebradero de cabeza.
Como uno puede intuir poco después de ponerse a los mandos del juego, Unravel Two nos plantea una experiencia conservadora. Siendo fiel a sus orígenes, no tiene miedo alguno de proponernos nuevas ideas. Coldwood Interactive concibió un plataformas preciosista, original y emotivo, y el resultado fue un conjunto más que notable. En esta ocasión, el nuevo viaje en el que nos embarcamos no solo mantiene los muros de carga de su antecesor; los amplia y mejora en todo momento. Cualquier jugador que haya disfrutado a los mandos de Yarny, sufriendo cada vez que su vida corría peligro y alegrándose cada vez que éste encontraba un momento de paz, disfrutará mucho al acompañarle una vez más. Eso sí, ahora, nuestro amigo no está solo, esperemos que tres no sean multitud…