Un juego llamado Yellow Taxi Goes Broom, ¿sobre qué puede ir? Obviamente pensaremos que se trata de un título donde tenemos que llevar a clientes del punto A al punto B de forma rápida y eficiente. Pero las cosas no van a ser tan sencillas. Si os digo que Alien Mosk está intentando envenenar el mundo y que nuestro taxi tiene un mecanismo “de cuerda”. Empecemos.
Yellow Taxi Goes Broom es ante todo un juego de plataformas, y como se llama al género, un collectathon. Deberemos recoger engranajes por un buen número de niveles para avanzar y eliminar a Alien Mosk. Si repito el nombre es que me ha parecido muy divertido. Se trata de un título con mucho humor y con una duración bastante ajustada. Su historia es una completa locura que ni es importante ni merece ser destripada, así que no la nombraré más.
Lo más importante en Yellow Taxi Goes Broom es nuestro taxi, y el movimiento del mismo. Se trata de uno de los más efectivos y entretenidos sistemas de movimiento que he visto en juego alguno. Nuestro vehículo no puede saltar de forma normal, partamos de esta situación. Tenemos un botón de turbo, y en la mayoría de ocasiones tendremos que usar rampas para llegar a lugares lejanos. Este será el 90% del movimiento que haremos a lo largo del juego, y es tan suave que se disfruta completamente.
Y aunque dominar este movimiento no es fácil, no es el único que podemos hacer a lo largo del juego. Si pulsamos los botones correctamente, podremos hacer un backflip, o incluso ponernos sobre el lomo para salir rebotados del mismo. Estos movimientos son más avanzados y no hacen falta para completar el título, pero sí para conseguir los engranajes más difíciles. Es un juego condenadamente divertido, de eso podéis estar seguros.
Además de estos movimientos, desbloqueados desde el inicio, tendremos dos “poderes” que desbloqueamos a lo largo del título -que sirven para bloquear ciertos niveles-. Uno de ellos es invencibilidad y el otro se trata de un gorrocóptero -por llamarlo del alguna forma- que sirve para alcanzar lugares más lejanos. Si manejamos los movimientos básicos y avanzados, y los combinamos con estos dos poderes, no habrá lugar del juego que se escape a nuestro control. Pero os aseguro que esto no es tarea fácil.
Porque además de un buen número de engranajes, tendremos que conseguir un elemento más complicado: conejos. Son los objetos “secretos” de cada nivel. Hay tres en cada uno y normalmente son más complicados de conseguir -con algunas excepciones-. El post-game del juego se basa en conseguirlos, y funciona bastante bien. Muchos de ellos son complicados de conseguir en las primeras sesiones de juego. Por último, deberemos conseguir monedas, que servirán para conseguir sombreros, las “skins” del juego, que no afectan a la jugabilidad en absoluto. De hecho, además de las tiendas, habrá algunos de estos birretes desperdigados por el mapa. Algunos de ellos son mucho más difíciles de conseguir que cualquier otro objeto del juego. Algunos son tan complicados que conseguirlos todos no afecta a los logros que nos ofrece Yellow Taxi Goes Broom.
Los niveles tienen muchísimo encanto, tanto mecánicamente como visualmente. Hablemos de lo primero: hay tres tipos de niveles, siendo los dos primeros bastante usuales. El primero trata de juego libre, donde exploramos lo que queramos cuando queramos. El segundo tiene límite de tiempo, y para extender nuestro tiempo tendremos que dar servicios de taxi o coger coleccionables a lo largo del mapa. En estos niveles es recomendable hacer de taxi un rato para conocer el mapa y luego intentar conseguir los coleccionables. El tercer tipo de nivel cambia la jugabilidad y la cámara: pasaremos a controlar el coche desde una perspectiva isométrica, se bloquearán ciertos movimientos y algunos de los controles cambiarán. Entre los tres tipos y las mejores anteriormente mencionadas, el juego nunca se siente repetitivo.
Visualmente tenemos de todo: ciudades, la imaginación de uno de los personajes, cloacas, islas, fábricas, un gimnasio… Hay muchísima variedad visual. Todo ello tiene un aspecto gráfico de juego de Nintendo 64, aunque con colores más alegres y vívidos que los de aquella consola. Todos los movimientos del coche son fluidos y bonitos de ver. También quiero nombrar la música de Jacob Lincke, que hace que visitar cada nivel sea un completo disfrute. Unos temas chiptune de lo más animado, cada uno adecuado para el tipo de nivel. Por poner un ejemplo, el nivel ambientado en un gimnasio tiene un tema perfecto que me sacó una sonrisa.
En resumen, Yellow Taxi Goes Broom es un juego casi perfecto. Si os gustan los juegos de plataformas y collectathones, para mi es obligado jugarlo: cuesta menos de veinte euros, tiene una jugabilidad fácil de entender pero difícil de dominar, un aspecto gracioso y una música genial. Recomiendo este juego desde el fondo de mi corazón, y soy un poco más feliz después de haberlo jugado. Ahí queda eso.