Zero Division es un roguelike de cartas con temática ciberpunk, uno de muchos que tenemos ahora. Y no os voy a mentir, uno de mis géneros favoritos. Cada vez que veo un juego roguelike, se me alegra el alma; y si ese juego es de cartas, no veo el momento de sentarme frente al PC para probarlo. 

El juego que tenemos hoy entre manos es uno de esos que me entusiasman, pero con sus propios problemas. Pero eso ya lo veremos más adelante. Por ahora, comentar que se trata de un título con un precio ajustado, menos de quince euros, y con una ambientación ciberpunk bastante lograda. El inicio promete, eso es así.

En este juego controlaremos a tres personajes directamente, por lo que el inicio será duro. Tenemos que entender tres personajes que entender, con sus habilidades propias además de sus mazos, que cuentan cada uno con cartas propias. Inicialmente, es fácil perderse entre las opciones, y el tutorial en forma de mensajes y pop-ups en la pantalla, tampoco ayuda mucho -además de que a veces se repite aunque ya lo hayamos visto-. De hecho, aunque en el tutorial se explican la mayoría de cosas, hay un menú que queda oculto y hay que hacer cierto hincapié para descubrirlo. Creo que aunque el juego parece terminado, algunas cosas podrían explicarse mejor. La interfaz en general funciona bien pero esto que comento le pasa factura. 

Entrando en la jugabilidad, como he comentado, manejaremos a tres héroes. Cada uno de ellos -y los enemigos- tienen tres características: La fuerza, la armadura y la vitalidad. Funcionan como os imaginaréis, y el juego no ofrece mucha novedad en este apartado. Los personajes tienen puntos de energía y jugar las cartas nos cuesta un número determinado de esos puntos. No os voy a decir que nada de esto no funcione, pero creo que un cambio, o al menos cierta mezcla, vendría bien.

El desarrollo de una partida también es bastante típico, muy parecido a la de cualquier partida de este género. Tenemos eventos que nos aportan un poco de información sobre el mundo, y que nos darán recompensas. También habrá una tienda en la que podremos comprar cartas o energía, ya que en este juego no hace falta llegar al jefe final de una zona para salir de ella; podemos abortar la misión en cualquier momento. Podremos volver sobre nuestros pasos si hace falta, para volver a visitar la tienda. Pero cada movimiento nos cuesta un punto, así que tendremos que pensar bien el camino y no avanzar a lo loco.

Zero Division cuenta con un buen número de enemigos, y es importante comentar que hay cierta estrategia tras cada combate. Sin embargo, tras las primeras partidas, se empieza a hacer repetitivo. Hay diferentes dificultades pero al juego le vendrían bien un buen número de actualizaciones y de contenido nuevo. Los combates contra los jefes finales es donde de verdad brilla el juego, y hay algunos que tienen distintas fases.

Algo que me ha parecido interesante es que podemos mejorar a nuestros operativos si conseguimos suficiente del recurso indicado, llamado mnemosynth. Estas mejoras se guardan de una partida a otra, por lo que el juego tiene cierto elemento roguelike que lo hace más agradecido para los jugadores. También podemos hacer lo propio con las cartas, y guardarlas para partidas posteriores si las guardamos. Estas mecánicas son interesantes y hacen que el juego sea un poco más rejugable.

Además del sistema clásico donde tenemos un mazo inicial, hay un sistema de crafteo, donde elegimos nuestras cartas de entre un buen número de ellas para luego enfrentarnos a diferentes rondas de jefes. Un interesante añadido que recuerda a los juegos de cartas de mesa y añade un poco más de variedad.

Entrando en lo que menos me ha gustado del juego, su apartado visual. Los menús y modelados de la mayoría de cosas son resultones. Por ejemplo, los fondos de los combates son bastante detallados, y los modelados en 3D de los jefes también son disgnos de mención. Por otro lado, el arte usado en las ilustraciones de las cartas no me ha convencido. Los personajes me parecen un poco genéricos, como si ya los hubiera visto antes en otras obras cyberpunk

En resumen, Zero Division es café solo para los más cafeteros. Estamos ante un título que jugablemente lo hace relativamente bien, pero al que le falta algo de ambición, y eso le pasa factura. Me gusta lo que propone, es un juego con muchas opciones, pero la falta de innovación, en mi opinión, lo lastra un poco. Si os apetece jugar un juego de cartas roguelike y habéis jugado a los recomendados, pues os dará para unas horas de juego, y estoy seguro de que lo disfrutaréis. Pero ahora mismo hay mejores ofertas en el mercado.