¡Ya hemos estado de nuevo en Lordran! Dark Souls Remastered llegará el próximo 25 de mayo a PlayStation 4, Xbox One y PC a través de Steam. Posteriormente, el aclamado juego de From Software desembarcará en el catálogo de Nintendo Switch. En 33bits teníamos muchas ganas de volver a Lordran y, gracias a la prueba online ofrecida por el estudio japonés, hemos tenido la oportunidad de dar un paseo por la Parroquia de los no Muertos. Sin lugar a dudas, un lugar que todos conocemos como la palma de nuestra mano.

Aunque la prueba estaba destinada a comprobar el rendimiento de los servidores, estoy seguro de que el gran aliciente para muchos —entre los que me incluyo— era ver cómo luce la remasterización. Hay que decir que, si bien no estamos ante un gran despliegue, no es mentira que los cambios con respecto al título original de 2011 son bastante notorios. El aumento de resolución (1080p en la versión de PlayStation 4), sumado a la tasa de 60 imágenes por segundo y algunas texturas renovadas (especialmente en lo que a los modelados y armaduras se refiere) da lugar a un aspecto renovado, considerablemente diferenciado de la versión que disfrutamos durante la pasada generación de consolas.

El escenario elegido para la prueba no es otro que la Parroquia de los no Muertos, todo un clásico. Sí, el Caballero Negro de la torrre, así como el jabalí acorazado y las inolvidables gárgolas siguen estando ahí. Las salidas hacia la torre habitada por Andre de Astora, así como el puente que custodia el temible Dragón Rojo y, por supuesto, los ascensores que hacen las veces de atajo al Santuario de Enlace de Fuego, están bloqueados por una niebla que no podemos traspasar. Siendo así, hay que reconocer que la prueba está destinada a sucederse en un entorno bastante reducido, que apenas abarca la entrada a la catedral, el interior de la misma y el tejado en el que nos espera la lucha final. Una vez derrotamos a las gárgolas, la prueba se da por finalizada, aunque siempre podemos volver a empezar.

Lo siento, pero tenía que hacerlo

A diferencia de lo que nos espera en la versión final, aquí podemos elegir un personaje preconcebido, con la peculiaridad de la inclusión de un Caballegro Negro, así como del mismísimo Solaire. Estos personajes cuentan con su equipamiento al completo. De hecho, si optamos por el caballero, notaremos un gran descenso en la dificultad, y es que la Espada de Caballero Negro siempre fue una de las mejores armas del juego ¡Es capaz de matar  a las gárgolas con tan solo tres golpes! Sin embargo, para vivir una experiencia lo más fiel posible a lo que supone comenzar una nueva partida, para ello también podemos seleccionar varios personajes más… modestos.

¿Novedades? Siendo una prueba online, pocas. Podemos usar varias unidades del mismo objeto de una vez y establecer una contraseña para estrechar el cerco y coincidir con un amigo —aunque no hemos sido capaces de conectar entre nosotros— a modo de partida privada. Por ahora, poco más hemos podido comprobar. No obstante, está confirmado que habrá alguna que otra nueva hoguera, así como una modificación del sistema de teletransporte que nos ofrece la Vasija del Señor. El objetivo no era otro que someter al servidor a una prueba de estrés y, por el momento, parece que la cosa no va nada mal. He sido invadido una docena de veces y, de paso, también he probado a ser yo el invasor gracias al orbe rojo roto. Aunque no viene al caso, he de confesar que mi balance de victorias y muertes no ha sido tan favorable como esperaba ¡Me he oxidado con el paso de los años!

Dios los cría…

A decir verdad, la prueba no da mucho de sí. De todos modos, tampoco necesitaba mucho más, ciertamente. Uno de los alicientes era comprobar hasta qué punto ha cambiado el apartado técnico del juego. Visualmente, el renovado aspecto se agradece, si bien es cierto que, como era de esperar, no estamos ante ninguna revolución. En cambio, si nos quedamos con el rendimiento, la tasa de imágenes por segundo da lugar a una experiencia de lo más fluida. La muerte luce mejor que nunca, pero, a diferencia de lo que muchos vivimos hace algo más de un lustro, en esta ocasión no le tenemos ningún miedo. De nada le servirá esconderse en los confines de Lordran.