¿Quién iba a decir a Larian Studios cuando fue fundada en 1996 que iban a gozar del éxito que gozan hoy día gracias a una saga estrella como es la saga Divinity?. Y menos aún que uno de los títulos que más expectativas iba a levantar iba a ser una nueva entrega de una saga que vería la luz por vez primera dos años después, en 1998. Hablamos como no, de la saga que nos ocupa, Baldur’s Gate, que recibió una inesperada expansión con una versión mejorada del Infinity Engine de mano de Beamdog de forma relativamente reciente. Podría haberse esperado que la tercera entrega siguiese la estela retro de dicha expansión, pero de forma inesperada se mostró que Larian Studios se encargaría de esta nueva entrega, y se alejaría de ese toque retro.

Para comenzar, hay que dejar claro un importante aspecto del lanzamiento, y es que se trata de un Early Access, es decir, a pesar del precio completo de 59.99€ que hay que pagar, nos encontramos ante una versión previa, inacabada, que se presta a la presencia de bugs, partes incompletas, y es sensible aún a muchas mejoras durante el año que, como mínimo, separa el lanzamiento actual de la versión 1.0 completa. Los Early Access son una forma de adelantarnos para los más ansiosos, de participar incluso del desarrollo y mejoras hasta la llegada del producto final, pero a cambio hay que ser muy consciente de lo que nos llevamos.

En este caso, por ahora, tendremos acceso solamente al capítulo 1 de 3, con una duración aproximada de unas 25 horas según los cálculos de la propia Larian Studios. Algunas partes estarán bloqueadas, de lo cual seremos conscientes en el mismo momento que estemos editando nuestro personaje y veamos que no tenemos acceso a los orígenes preestablecidos y solo podremos personalizar uno propio. Sí podremos escoger entre las seis clases de personaje y las ocho razas, con la promesa por parte de Larian de ir añadiendo algunas adicionales antes del lanzamiento de la versión definitiva.

En el editor de personaje tendremos acceso a la creación, de forma bastante afín a lo que sería la creación de un personaje con las reglas de D&D. No es el editor más completo que hayamos encontrado, pero sí que tiene la variedad suficiente como para satisfacer a los aficionados. Posteriormente a la creación de nuestro personaje, el juego nos pedirá que establezcamos un segundo personaje de forma superficial ante la pregunta de ¿Con quién sueñas? ¿Quién te atrae?, sin dar más pistas. ¿Tal vez para los conocidos romances futuribles? ¿Se configurará así algún personaje importante que nos encontraremos más adelante en el juego y de esta forma vernos más implicados?

Una vez configurado nuestro personaje, tomaremos su control justo tras los sucesos que se nos mostraron en los vídeos que mostraban la escena introductoria. Estamos en Avernus, y acabamos de liberarnos de nuestra prisión en un nautiloide que nos tenía cautivos tras ser este atacado por jinetes githyanki montados en dragones. Vamos contrarreloj porque estamos infectados con un parásito y deberemos librarnos de él si no queremos mutar, tal como se veía en otro de los anuncios promocionales del juego.

Desde ese momento, todo, desde la interfaz, el control, el aspecto visual, es inevitable ser consciente de que la tercera entrega está a manos de los creadores de Divinity Original Sin 2 y las comparaciones son lógicas. Se podría decir que es como coger las reglas y lore de D&D y fusionarlos con aquel otro genial juego. Lo cual no es malo. Aunque el juego hubiese sido desarrollado por la propia Bioware, han pasado veinte años, el mundo del videojuego ha cambiado, y salvo que se hubiese optado por la opción de utilizar el Infinity Engine en una tercera entrega muy continuista, es lógico que el cambio exista.

Pero el tema es: ¿se siente como un Baldur’s Gate? Ya hace veinte años había quien defendía un cambio de tono entre la primera y segunda entrega, al punto de haber quien disfrutó de la primera y no tanto de la segunda. Y eso, teniendo en cuenta que la historia era una continuación bastante directa a pesar del cambio del villano. Dicho lo cual, es muy personal y dependerá de cada uno, pero desde luego Baldur’s Gate 3 se siente como un juego de D&D y la ambientación en los Reinos Olvidados está realizada con mimo y detalle.

Por el camino hemos ganado novedades como la capacidad de saltar o apilar objetos para poder subir a planos del escenario superiores mejorando con ello el factor de exploración, un combate por turnos bastante más detallado que el de los originales, y la original situación de tirar los dados de forma directa para la superación de tiradas -valga la redundancia- como investigación, persuasión, y demás fuera del combate, originando una gran sensación para los jugadores del juego de lápiz y papel y rompiendo en cierto modo la cuarta pared y la sensación de videojuego.

Durante el juego, y como era de esperar, la interacción con los PNJs y las decisiones contarán. Y tendremos libertad para tratar a los personajes que nos encontremos y sus interacciones como queramos, así como organizarnos a la hora de afrontar las misiones a nuestro antojo.

El diálogo está bien doblado, al 100% y en inglés, con textos traducidos al castellano en su millón y medio de líneas y aumentando, aunque presenta por ahora algunos bugs o están incompletos y no será extraños que se nos mezclen en inglés y castellano.

Baldur’s Gate 3 permite multijugador local a dos, y online a cuatro con conexión directa o por LAN, lo cual se podrá antojar escaso para los que estén acostumbrados a los dos anteriores. Visualmente es una delicia la forma en que está representado el mundo de D&D y la banda sonora goza de piezas épicas que acompañan a la perfección. La cámara es más flexible, obviamente con especto a Baldur’s Gate 1 y 2 pero también con respecto a Divinity Original Sin 2, aproximándose a las opciones de otra saga de Bioware, Dragon Age, pudiendo posicionar la cámara en una vista superior táctica muy útil en los combates o prácticamente en tercera persona. Eso sí, no carente de fallos en su control a día de hoy.

Estas primeras horas, Baldur’s Gate 3 nos ha dejado sensaciones encontradas. Por un lado, aún y sabiendo que nos encontramos ante un Early Access, cosa que además queda clara en todo momento con un cartel de versión que llega a ser algo intrusivo en las escenas de diálogos por su tamaño, vemos que el juego tiene aún demasiados errores y detalles por pulir como los textos, la cámara, la carga de texturas o contenido que está ahí, pero al que no podemos acceder.

Por otro lado, sin embargo, el entusiasmo de tener al fin entre manos una tercera entrega de Baldur’s Gate se ve acrecentada por el hecho de que los responsables del mismo sean unas manos expertas en el género. Larian demuestra que la licencia está en buenas manos, solo queda esperar que las mejoras del motor y ampliación del contenido se vayan sucediendo.

 


Estas impresiones han sido realizadas mediante una copia cedida por Dead Good Media