Nintendo y SEGA hicieron su esperado cruce de espadas juntando a Mario y Sonic en una competición olímpica, la de Pekin 2008. Este complicado año 2020 se han juntado de nuevo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en Switch. Técnicamente, están desplazados al 2021 con el eterno COVID-19, incluso con la sombra de la cancelación, pero ¿Y por qué no llevarlos a cabo de forma virtual? Pues Sonic en los Juegos Olímpicos: Tokio 2020 nos trae el sano espíritu arcade Track & Field a nuestros smartphones, sin el universo de Nintendo, pero con un buen recorrido por localidades japonesas igualmente.

Una forma inteligente de combinar la sencilla jugabilidad y disposición de lo que demandan los usuarios menos implicados en los juegos de smartphone, junto a un diseño bien tradicional, desafiante, competitivo y perdurable de jugador clásico ¿Es eso posible? Realmente, sí. Porque es meritorio que la filosofía de juego rápido y simple de teléfonos móviles case adecuadamente con la del jugador de cierta experiencia que pida y necesite retos crecientes y que aporten profundidad.

Esto no es un Free-to-Play barato. Es un juego con la sana filosofía del mítico Track & Field de Konami trasladado a la palma de nuestra mano. Que sí, que desde los tiempos de la Wii de Nintendo ya estaba esta idea de las olimpiadas ‘flipadas’. Pero un jugador talludito puede colmar sus ansias de la forma más sencilla, y bien clásica, jugando en su móvil con animales antropomórficos.

Bien, son los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 -desconozco como resultará la cosa cuando el lector se acerque a esta entrada-, y los personajes del universo Sonic quieren disputarlos. Por supuesto, Sonic está ilusionado, pero ¡Oh no! El malvado Eggman tiene un plan para complicarlos. Mirad, voy a ser condescendiente en un juego que está traducido al español y usa el nombre japones del villano clásico de la saga, cuando la película de imagen real de Jeff Fowler ha usado y nombrado al personaje como Robotnik, en la figura de Jim Carrey. Quede aquí el -importante- dato.

Lo importante ¿A qué jugamos?¿Como lo jugamos? Pues es una excelente cuestión. Porque, como bien estaba anunciado desde el comienzo, y como ya empezó desde la Nintendo Wii, esto es un puro y duro Track & Field. Sencillamente, ahora usamos la pantalla táctil de nuestros teléfonos móviles.

Lo básico es tocar, tocar, tocar y más tocar, pero lo inteligente es como hacerlo. En una carrera de 100 metros es usar la salida, y luego la recta final. En el tiro al plato es apuntar, y soltar el dedo para que surja el disparo. A la hora de escalar es dirigir el ángulo, y volver a apuntar rápido para seguir escalando. Saltamos en trampolín y elegimos el ángulo, pero tocamos para girar estratégicamente en el aire…

Tenemos quince pruebas distribuidas en cinco escenarios. «La primera es gratis, chaval», porque aquí la monetización va unida a la compra de las zonas japonesas, tanto sus pruebas como sus variantes y eventos. Mola que en la primera nos salgan las medallas de oro fáciles, que nos ofrezcan dejar nuestra huella digital, o mandar nuestros ‘phantom’ a otros jugadores. Pero nunca jugar de forma directa con nadie.

El juego distribuye adecuadamente la progresión, porque los cinco escenarios traen consigo el desbloqueo de todas las pruebas, todos los personajes, y todos los eventos especiales, así como las habilidades especiales para los mismos. Ejemplo fácil: desbloqueas un toque hábil en el salto de vallas, o una reacción rápida en el tiro al plato. Por eso, obsesionarse de primeras por las mejores marcas, no tiene ningún sentido.

El componente online es marcar records mundiales entre todos los usuarios, mandar esos fantasmas de lo que tú crees grandes proezas a otros jugadores, de tu lista de amigos o globales. Dejar tu huella…aunque tu huella sea más fuerte progresando y pagando.

El juego es bastante divertido. Es que encima, dado el formato, es tremendamente inteligente. Mi mayor temor era el fantasma del imput lag dado el sistema de juego móvil, usando o bien el control táctil, o bien, un pad externo bluetooth. Y mi gran sorpresa es que la respuesta extrema, la que demanda precisión absoluta, ha sido muy consistente en las pruebas que me han permitido disputar. No, eso no significa respuesta milimétrica, tened esto presente si queréis arañar décimas o centésimas como en los juegos más competitivos y responsivos.

El sistema de monetización entronca de manera muy directa con la progresión. Y hay que tenerlo bien claro para saber lo que hacemos y lo que luego queremos. La monetización directa consiste en comprar los escenarios adicionales del juego. Fácil ¿No? En dichos escenarios, vamos viendo las pruebas adicionales en estos Olympic Games 2020, pero también, los personajes del universo Sonic, que se presentan con sus características adicionales en cada prueba, así como sus propias mejoras cuando los vamos usando.

Realmente, un Super Mario Run, donde un primer contacto ofrece opciones sencillas y divertidas. Pero quieres más, porque está bien hecho, porque lo merece. Y no es caro. Su forma de ser casa perfectamente con los tiempos modernos ¡Joder! Si hace casi cuarenta años nuestro paradigma jugable era pulsar unas teclas como locos ¿Por qué no hacerlo en las pantallas de nuestros smartphones?

 


Este análisis se ha realizado con un código cedido por Cosmocover.