Las aventuras gráficas fueron uno de los géneros estrella del PC durante los primeros años de efervescencia del sector. Gigantes como Sierra dominaban la escena con una plétora de juegos, tales como King’s Quest, Police Quest, Legend of Kyrandia y muchos otros. En aquella época el ratón todavía no era un periférico indispensable a la hora de utilizar un ordenador, por lo que en muchos juegos se interactuaba unicamente a través del teclado. La tecnología avanzó rápidamente y, con la popularidad de los ratones y su mayor integración dentro de los sistemas operativos modernos, la jugabilidad de las aventuras gráficas cambió radicalmente en una evolución que fue equivalente a la que se había vivido anteriormente con el salto de las aventuras conversacionales a las aventuras gráficas. Los desarrolladores pasaron a utilizar el ya conocido estilo de «apuntar y hacer clic» y el género vivió una etapa de esplendor.

La llegada del CD-ROM supuso un nuevo impulso tecnológico y los juegos aprovecharon el mayor almacenamiento disponible para incluir vídeos en movimiento, doblaje y fondos prerenderizados de altísima calidad. Por desgracia, la tecnología disponible no fue siempre bien utilizada, lo cual dio pie al lanzamiento de una gran cantidad de juegos de baja calidad. No solo eso, también el interés por el género fue decayendo a medida que el crecimiento del mundillo iba atrayendo a un público más generalista interesado en otro tipo de juegos con mayores dosis de acción.

Durante estos últimos coletazos de la época dorada, ya en 1996, Revolution Soft, conocida dentro del mundillo por su magnifico Beneath a Steel Sky, publicó Broken Sword de la mano de Virgin Interactive, lanzando posteriormente una notable conversión para PlayStation. Para un servidor no es un juego cualquiera, es una de las mejores aventuras gráficas jamás creadas y uno de los mejores juegos que ha podido disfrutar… O al menos ese es el recuerdo que he tenido durante más de veinte años, puesto que durante todo estos años no había encontrado la oportunidad de jugarlo de nuevo.

No será porque no haya habido relanzamientos, puesto que durante este periodo el juego se ha mantenido disponible en el mercado de numerosas maneras. Se realizó una meritoria conversión para Game Boy Advance y posteriormente se publicó para Wii, DS, teléfonos móviles y PC una versión Director’s Cut que incluía nuevo contenido y que era, hasta ahora, la versión más fácil de adquirir al ser la que se mantenía a la venta en plataformas de distribución digital como Steam o GOG. El gran problema es que esta versión, además de cierta censura y de una interfaz demasiado pensada para dispositivos móviles, incluía numerosos cambios artísticos que no fueron bien recibidos, como unos intrusivos retratos en formato cómic que aparecían ocupando gran parte de ella pantalla cada vez que se producía un dialogo entre los personajes. También fue objeto de numerosas críticas el nuevo segmento de historia, en este caso porque se situaba justo al arranque de la aventura y estropeaba el climático inicio del juego original.

A tal punto llegaron las criticas que se acabó ofreciendo la posibilidad de descargar la versión de 1996 a todos los compradores de la Director’s Cut de PC. Esta versión corría sobre SCUMMVM y, aunque era perfectamente funcional, dejaba la sensación de que un juego de tal calidad merecía algo más, sobre todo viendo el resurgimiento de otras sagas icónicas de la aventura gráfica, como Monkey Island, en forma de remasterizaciones y nuevas entregas.

Finalmente, y cogiendo a todo el mundo por sorpresa, el pasado año se produjo el anuncio de Broken Sword: The Parzival’s Stone, la sexta entrega de la saga. La nueva secuela venía de la mano del anuncio de un completo remake de la aventura original, este Broken Sword La Leyenda de los Templarios: Reforged que ahora tenemos en nuestras manos. Y nos alegra poder decir que Revolution se ha tomado en serio su trabajo y que Broken Sword La Leyenda de los Templarios: Reforged hace justicia a la versión publicada hace casi 28 años, que hará las delicias tanto de los veteranos como de aquellos que quieran descubrir la saga por primera vez.

A los recién llegados hay que dejarles claro que Broken Sword tiene, según los estándares actuales, una historia construida en torno a ciertos temas que en 2024, después de la aparición de obras como El Codigo Da Vinci, pueden sonar un poco a tópico sobreexplotado. Broken Sword repasa cliché tras cliché al presentar a un típico héroe americano inverosímil en la forma de George Stobbart y a una mujer entrometida y oportunista en la piel de Nico. Para rematar los clichés, se convierten en una pareja que, en cierto modo, se encariña mientras ambos trabajan codo con codo para resolver misterios y desbaratar conspiraciones urdidas por poderosas sociedades secretas que permanecen en la sombra, anhelando la forma de utilizar el poder de objetos milenarios cuyos misterios se pierden en la niebla de los tiempos.

Sin embargo, la historia que cuenta Revolution resiste claramente el paso de los años. El carisma de los personajes, y también la forma en que los asesinatos y los misterios se van complicando con un ritmo trepidante, consigue que los que anhelan un juego de aventuras con una gran historia se encuentren como en casa. La trama comienza en París mientras un turista americano, George Stobbart, disfruta de sus vacaciones en la puerta de una cafetería. Su tranquilidad se ve interrumpida cuando un hombre disfrazado de payaso hace que la cafetería salte por los aires, asesinando a una persona. Conmocionado por la explosión, George se encuentra con un rompecabezas lleno de enigmas y preguntas sin respuesta, las cuales lo acabarán llevando a lugares exóticos y a conocer a muchos personajes pintorescos mientras resuelve numerosos puzles para conseguir acercarse un poco más a la verdad.

Estos puzles están muy bien integrados en la historia y en la mayor parte de los casos se nos presentan de forma orgánica. Suelen ser situaciones en las que necesitamos realizar una cadena de acciones para conseguir desencadenar algo, ya sea un suceso o desbloquear una linea de conversación determinada, que nos dé una pista u objeto que nos lleve a la siguiente cadena de acciones, pero por norma general todos los pasos resultan bastante lógicos y no hay ninguna situación del estilo “pollo-polea” y tampoco hay un abuso del pixel-hunting, sobre todo porque en esta versión se ha tratado de que aquellos puntos del escenario con los que podemos interactuar sean más visibles y tengan áreas de interacción más amplias.

Al ser un juego de naturaleza tan PCera podría existir cierta duda razonable con respecto a la forma en la que se ha podido adaptar a un mando el esquema de control «apuntar y hacer clic» que tan natural resulta con un ratón, pero lo cierto es que se ha adaptado muy bien y el juego es perfectamente jugable con un mando. Eso sí, es necesario señalar que he probado el juego con dos mandos y en los dos he tenido problemas con el puntero, puesto que en ocasiones se deslizaba solo. No he podido comprobar con certeza si se trata de un bug, de un mal ajuste de la zona muerta de las palancas o de un indicativo de que los mandos pueden estar algo tocados, pero es un problema que no he tenido con ningún otro juego y que me ha obligado a bajar al mínimo la sensibilidad, con la consiguiente incomodidad. En cualquier caso, la versión de PlayStation 5 es compatible con la posibilidad de conectar un ratón de PC a través de USB.

Para el final queda comentar lo mejor de este relanzamiento: el apartado visual. La mejora que se ha realizado en fondos, animaciones y modelados es impactante, sin nada que envidiar a cualquier juego publicado hoy en día. El arte del juego cobra una nueva vida con resolución 4K, permitiendo incluso apreciar nuevos detalles de los bocetos originales que en el juego original pasaban desapercibidos o que, directamente, tuvieron que ser eliminados por limitaciones durante el desarrollo. No os miento si os digo merece la pena volver a jugar Broken Sword, por muy fresco que lo tengáis, solo por poder ver Broken Sword La Leyenda de los Templarios: Reforged en todo su esplendor. Quizá son las secuencias de video, eso sí, las que han quedado un poco más desangeladas y donde más se notan los años y las costuras, pero el trabajo de Revolution es encomiable. Es más, incluso se nos permite modificar la fuente de los textos para recuperar la fuente original y, como colofón, se incluye el mismo doblaje en castellano que se realizó en 1996.

Lo es, sobre todo, porque no se han andado con rodeos y han ofrecido lo que la gente quería: una versión de Broken Sword La Leyenda de los Templarios visualmente adaptada a los tiempos modernos, pero sin tocar nada de su esencia y manteniéndose fieles hasta el extremo a la versión original, desechando incluso el contenido que ellos mismos consideraron que merecía la pena añadir a la Director’s Cut . Espero que otros equipos de desarrollo capten el mensaje: cuando lo que tienes entre las manos es una obra maestra atemporal lo que se necesita es un trabajo de restauración, en lugar de intentar recrearla desde cero.