“Tres mil millones de vidas humanas se apagaron el 29 de Agosto de 1997. Los supervivientes del fuego nuclear llamaron a aquella guerra el Día del Juicio Final. Solo vivieron para hacer frente a una nueva pesadilla: la guerra contra las máquinas” Sarah Connor – Terminator 2.
De esta forma comienza la que es sin duda, y hasta la actualidad, la última entrega que dejó satisfechos a todos los fanes de la dilatada saga Terminator. Hace más de treinta y cinco años, en 1984, un jovencísimo James Cameron –Abyss, Mentiras Arriesgadas, Avatar– junto con Gale Anne Hurd –Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas, Terminator: Las Crónicas de Sarah Connor, Terminator Salvation– y William Wishier Jr. –Terminator 2: El día del Juicio Final, Abyss, El Guerrero Nº13– se embarcaron en un proyecto de bajo presupuesto, algo más de seis millones de dólares, junto con unos también jóvenes Arnold Schwarzenegger que acababa de rodar Conan el Bárbaro y aún tenía la, infame para muchos, secuela en ciernes, Linda Hamilton y Michael Biehn. Pero de una película de bajo presupuesto y, de forma inesperada para muchos, surgió una longeva saga que nos traería, a la postre, múltiples secuelas, series basadas en ella, libros, comics, crossovers, merchandising a raudales y, por supuesto, videojuegos.
Desde luego, los casi ochenta millones de dólares recaudados por la primera entrega tuvieron mucho que ver para que se diera luz verde a la secuela que pudo ostentar el título, en su momento, de producción más cara de Hollywood, y sacar pecho en cuanto al uso de los efectos CGI ya por aquel entonces. Pero tras borrarse James Cameron del mapa de las historias que rodeaban a Skynet y su cruzada contra John y Sarah Connor, los vaivenes de la saga han contribuido a minar su popularidad.
En el mundo del videojuego, sin embargo, no podemos quejarnos de que haya ocurrido lo mismo, porque la calidad irregular nos ha acompañado desde el nacimiento de la primera película. En un tiempo en que cada película que se precie tenía su videojuego, y muchos de ellos de calidad con Ocean al frente, algunas de las primeras entregas de Terminator en el mundillo lúdico que nos ocupa tuvieron la «suerte» de caer en las manos de LJN y otras compañías de dudosa habilidad, aunque también hubo entregas muy dignas que hicieron las delicias del aficionado. Pero no vamos a extendernos más en dar un repaso a toda la saga en el mundo del videojuego -si estáis interesados en ello os invitamos a escuchar el recientemente publicado episodio 2×03 de RetroManiac Podcast ¡Ya disponible en iVoox!-
Y todos estos antecedentes nos traen al día actual, con una secuela cinematográfica que, de nuevo, ignora aproximaciones anteriores como ya hicieron a su vez algunas de esas secuelas previas. Con el reclamo de la vuelta del verdadero padre de la saga, James Cameron, pero esta vez en labores de producción, y con Tim Miller –Deadpool, Terminator: Destino Oscuro, Sonic: La Película– tras la cámara, se anunciaba como «la verdadera secuela de Terminator 2». Pero, si bien eso tal vez debía de darnos esperanza, de nuevo ha llegado una secuela que ha tenido disparidad de opiniones y un fracaso en taquilla.
Paralelamente, y para sorpresa de muchos, se anunció este Terminator Resistance. Pero la sorpresa no venía del hecho de que a una película de Terminator le acompañase un videojuego. De hecho en esta saga ha seguido siendo habitual y a las entregas clásicas de Terminator 1 y Terminator 2, siguieron no uno sino varios juegos basados en Terminator 3. Salvation tuvo su videojuego para máquinas de la generación respectiva e incluso Terminator Génesis tuvo dos entregas para iOS como fueron Terminator Genysis – Future War y Terminator Genysis – Revolution.
La doble sorpresa venía, por un lado, porque por una vez el videojuego lanzado coincidentemente con la película no tiene nada que ver con la película. De hecho Terminator Resistance juega a lo mismo que hace Destino Oscuro en el sentido de ignorar a todas las películas excepto a Terminator 1 y 2, ignorando incluso a la propia Destino Oscuro paradójicamente. Por otro lado, la sorpresa de que los encargados de llevar este proyecto a buen puerto sean los polacos de Teyon, sí, los desarrolladores del infame Rambo: The Videogame -34 de media en Metacritic, con 50 como nota máxima-. Todo parecía indicar que se avecinaba un fracaso de crítica, público y ventas, y que la poca confianza en el proyecto partía incluso desde los encargados de darle luz verde y producirlo, dotándolo de un presupuesto muy contenido y encargándoselo a una desarrolladora cuyo antecedente inmediato no debería dar mucha confianza precisamente. Y aquí viene, desde luego, la tercera y mayor sorpresa.
Producido por Reef Entertainment y distribuido en nuestro territorio por Koch Media, los chicos de Teyon nos traen este juego para PlayStation 4, XBOX One y Pc, que nos sitúa treinta años después del «Día del Juicio Final» en una suerte de secuela o precuela, según como queramos verlo, de las dos primeras entregas del cine, tal como hemos comentado. La acción comienza con nosotros, encarnando a Jacob Rivers, un soldado de la Resistencia y a la postre único superviviente de la División Pacífico, directamente en la acción, viendo como nuestros compañeros son masacrados por las máquinas y una misteriosa voz en un comunicador nos guía para poder ponernos a salvo.
Tras unos primeros compases a modo de tutorial durante el juego, nos daremos pronto cuenta de que no nos encontramos ante un first person shooter al uso, y que enfrentarnos de forma alocada desde el comienzo a los T-800 y o arañas acorazadas acabará, casi irremediablemente, con nuestros huesos unidos a la vasta alfombra ósea humana que decora los escenarios.
Durante todo el juego, y sobre todo en los primeros compases del mismo, deberemos hacer uso del sigilo y escoger muy bien qué objetivos abatir y cuales sortear. Para ayudarnos contaremos con el ultravisor, una suerte de visión infrarroja que nos permitirá ver a las máquinas a través de los muros y diversos obstáculos que copan esta zona de guerra en la que nos encontramos, y que cuenta con la limitación de no permitirnos correr ni utilizar armas mientras lo utilizamos. El ultravisor además nos indicará datos relevantes de dichos enemigos, los cuales en realidad y una vez conozcamos todas las unidades y sus características, no nos serán muy necesarios. Hay que tener en cuenta en estos momentos, además, la barra de detección, siempre presente en la zona superior central de la pantalla, que nos mostrará qué nivel de alerta con respecto a nosotros posee un enemigo concreto y saber a qué punto estamos de continuar nuestro avance sin provocar un ataque o si toca recular y esconderse antes de encontrarnos con un enfrentamiento directo que no nos interese.
Podemos decidir, no obstante, que preferimos enfrentarnos a toda máquina viviente y no dejar pasar ni una, si somos muy habilidosos y no nos importa hacer uso intensivo de las coberturas para rodear y escondernos continuamente. Pero en tal caso la escasez de munición nos recordará pronto que eso no es buena idea, y que el juego está diseñado para que tengas que hacer uso de todas las mecánicas en momentos determinados, pues aunque puedas elegir, siempre hay una más adecuada.
Y es que, aunque aparentemente pueda parecer que el juego te ofrece libertad a la hora de afrontar los objetivos o para explorar el terreno en búsqueda de objetos para comercial, botiquines, piezas o munición, nos encontramos ante un juego lineal en su base y no muy rejugable más allá de hacerlo por el mero placer de volver a vivir su historia.
Para dar variedad y alargar la vida del juego, por tanto, se hace uso de diversas mecánicas añadiendo a las ya comentadas el hackeo de máquinas como torres de vigilancia. De esta forma, podremos usarla en nuestro beneficio. El hackeo es sencillo, y se realiza, al igual que la apertura de cerraduras, mediante minijuegos. En ambos casos, además, no podremos evitar recordar otros videojuegos que utilizan prácticamente el mismo sistema para abrir cerraduras o, en el caso del hackeo, directamente en el conocido Frog, puesto que el minijuego utilizado es básicamente el famoso juego de la rana.
Se han añadido, además, ligeros toques de juegos de rol, como la capacidad de tomar ciertas decisiones en los diálogos, la realización de misiones secundarias e incluso el uso de la experiencia para subir niveles y desarrollar un árbol de habilidades.
Pero todo es bastante básico. Las decisiones en las conversaciones aparentan ser decisiones morales pero queda todo lejos de otros juegos en los que realmente te planteas qué hacer. La respuesta es bastante evidente y las consecuencias apenas se notan salvo al final del juego. Puedes desviarte algo del camino pero tampoco hay una gran amplitud y es imposible perderse. Las secundarias son bastante sencillas en su concepción pero ayudan a alargar la duración de un juego que, de otra forma y si vas a terminarlo rápido, tiene una duración bastante contenida.
La subida de habilidades nos ayudará a que nuestra extrema vulnerabilidad al comienzo del juego se vaya subsanando. Pero siempre va a haber máquinas pequeñas, poco letales y fáciles de batir como arañas exploradoras o drones, y también habrá T-800 o CAs que son relativamente fáciles de esquivar pero más difíciles de combatir, incluso cuando contemos con armas de plasma. Da igual el nivel que tengas y el arma que empuñes, enfrentarte de frente y solo a un grupo de T-800s no es buena idea.
El árbol de habilidades, bastante sencillo pero funcional, se divide en Combate, Ciencia y Supervivencia. Y a su vez tienen las descriptivas secciones de Sigilo, Armas y Explosivos dentro de Combate; Forzar cerraduras, Fabricación -de objetos- y Hackeo dentro de Ciencia y, por último, Mochila, Dureza -resistencia/vida y Aprendizaje rápido -que aumentará la experiencia obtenida-. Habrá que tener en cuenta la naturaleza real del juego a la hora de desarrollar nuestras habilidades puesto que, si decidimos desarrollar al máximo algunas habilidades y olvidar otras, de encontrarnos ante una situación que prácticamente nos obliga a utilizar alguna habilidad que tenemos a cero con el juego ya avanzado, se nos puede hacer ese momento bastante cuesta arriba.
Desde el punto de vista técnico se nota el presupuesto. Es un juego que presenta algún detalle de calidad pero que no nos va a hacer asombrarnos ni frotarnos los ojos en ningún momento. Todo lo contrario, se limita a cumplir en este aspecto y muestra algunas costuras. Los modelados de los PNJs son correctos pero sus animaciones faciales son bastante acartonadas. El sonido cubre perfectamente la función de ambientar el mundo en el que nos encontramos, habiendose preocupado en utilizar los sonidos originales de la saga, pero tiene algún detalle de baja calidad como el crepitar del fuego que está bastante mal medido si juegas con auriculares y, en un ambiente postapocalíptico como este, hay bastante fuego. Se presentan algunos bugs menores, algunos de los cuales se han subsanado con el correspondiente parche, pero sigue presente uno muy curioso por el cual, si tienes en el equipo las Oculus Rift, al ejecutar el juego se abre como si de un juego para RV se tratase, encontrándote al salir con un error en el Steam VR y con que la aplicación de Oculus RV está abierta y se vuelve a abrir por mucho que te molestes en cerrarla.
Por lo demás el juego no deja de ser agradable audiovisualmente y presenta un framerate estable. El control, si bien podría estar más afinado, es lo suficientemente fluido como para que no tengamos que acordarnos del mismo durante el desarrollo de las escenas de acción o sigilo. Y no se nos ha presentado ningún bug grave que nos obligue a dejar una partida o no poder continuar el juego tal como teníamos planeado.
Y si no fuera por esos detalles comentados que evidencian que no estamos ante el AAA de turno, y si podemos asumirlos, nos encontraremos ante un título que nos sorprende con cierta ambición y no se conforma con cubrir el expediente. Presenta cierta variedad en sus propuestas y una ambientación perfectamente ejecutada. Desde el escenario y desarrollo, que nos recordará a Terminator Salvation o las escenas iniciales de Terminator 1 y 2, cuando se nos muestra la guerra en el futuro, hasta la banda sonora perfectamente utilizada en los momentos necesarios haciéndonos partícipes de la tensión requerida en dichos momentos, pasando por el desarrollo de la historia, no exento de guiños a los amantes de la saga.
Tal vez el único pero que se le puede poner a la ambientación es que, si limpias un escenario de enemigos, no aparecen más de ninguna parte, con lo cual se pierde esa sensación de «zona de guerra» que tan bien está conseguida en otros momentos.
En definitiva, Terminator Resistance es un juego que no esconde su bajo presupuesto pero que está bien diseñado y ejecutado, cumpliendo sin problemas en todos los aspectos e incluso con nota en alguno. Y presenta una doble valoración o vertiente para los potenciales compradores. Como juego per se no es un mal juego, es divertido y variado, pero ciertamente hay títulos que hacen mejor cada una de las cosas que hace este Terminator Resistance. Pero si eres fan de la saga, estás deseando echarle el guante a un juego que capture la esencia de lo que sería la guerra en el futuro y el devenir de las últimas entregas en el cine te ha dejado un sabor más agrio que dulce, seguramente disfrutarás mucho de esteTerminator Resistance, se te hará corto, e incluso te apetecerá buscar una excusa para volver a jugarlo aunque su desarrollo sea bastante lineal.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Reef Entertainment