A causa de la proliferación de estas aventuras contemplativas que ahora llamamos walking simulators, y que suelen contar una historia, donde el peso recae en la narrativa y el ritmo, hemos visto que se han abordado todo tipo de temáticas, y por supuesto una de ellas ha sido la del terror. The Park es un buen ejemplo de ello, una aventura de terror psicológico que basa su jugabilidad en la simpleza de avanzar mientras la historia transcurre. No sería justo decir que simplemente avanzamos, también podremos interactuar con unos pocos elementos, como abrir puertas, leer documentos que enriquecen el argumento, y luego veremos por qué, y coger ciertos objetos para ser usados automáticamente al llegar el momento, es decir, un walking simulator en su máxima expresión.
Pero antes de ahondar en las bondades de The Park y su historia, o al menos el comienzo de esta, tenemos que decir que este pequeño proyecto del estudio noruego Funcom, es a su vez un spin-off y se basa en el mismo universo que uno de sus títulos más famosos, el MMORPG The Secret World. Esta conexión la veremos reflejada en los distintos documentos que vayamos encontrando en el juego, que servirán como parte del argumento de este, pero a la vez contendrá referencias al mundo creado por la desarrolladora. Situado el lugar de la acción, sólo queda zambullirnos en una historia sencilla pero convincente, que puede no sorprender, sobre todo en la segunda mitad del juego, pero que no deja indiferente aunque nos lo esperemos.
The Park arranca su historia con una madre, Lorraine, que parece que junto a su hijo Callum ha pasado una buena tarde en el parque de atracciones de Atlantic Island Park, cuando Callum advierte haber olvidado su osito de peluche y Lorraine decide preguntar en taquilla por el osito de su hijo. Mientras esto sucede, veremos lo que parece ser a Callum colándose en el parque de atracciones, y el operario dándonos acceso al parque recien cerrado para que recojamos a nuestro hijo. Lorraine empezará a subir unas escaleras que llevan al parque y tras cerrar los ojos un momento, al abrirlos estaremos en un lugar muy diferente. Es el mismo parque, sí, pero parecerá llevar bastante tiempo cerrado y abandonado. Callum, como si fuese un juego, se esconde de nosotros, y la pesadilla sólo acaba de comenzar.
Con esta interesante historia, nos adentraremos en el parque de Atlantic Island Park mientras seguimos a Callum, al que a veces veremos, y otras oiremos cuando le llamemos, lo que nos dará una idea de que camino seguir. Manejaremos a Lorraine en primera persona, y no es mucho lo que podremos hacer con ella, avanzar a paso lento, o paso ligero, interactuar con ciertos elementos del entorno, predefinidos para ello, como abrir una puerta, coger un objeto que se usará automáticamente llegado el momento, leer documentos y notas, y lo más interesante, llamar a Callum, del que casi siempre obtendremos respuesta, unas veces invitandonos a seguirle, y otras… mejor no seguir contándolo, y que además resaltará objetos en el escenario con los que podremos interactuar.
Por lo demás avanzaremos por el parque, sin mucho margen de perdernos, ya que la ruta esta bastante predefinida, e iremos pasando por cada una de las atracciones, donde lógicamente algo pasará, unas veces con más susto, otras con menos, pero alguna nos pillará de imprevisto seguro. La historia se irá desarrollando durante poco más de una hora que dura el juego, con apoyo de la propia Lorraine hablando de sí misma, y los documentos y notas que encontremos, que hablan sobre todo de lo acontecido en el parque, y conectan con el exitoso MMORPG de la compañía, The Secret World.
El apartado audiovisual de The Park es bastante mediocre, no es que hayan fallos graves, o que técnica o gráficamente el juego se vea comprometido, sino que el apartado visual podría pasar perfectamente por el de un juego medio de hace un par de generaciones. Es correcto pero sin ambición, con algunos efectos de luz interesantes que se usan para ayudar en el momento del susto, y un buen uso de las sombras para crear tensión, aunque el juego se desarrolla de noche ya de por sí. El parque de atracciones esta bien detallado, es rico en detalles, y por lo general, es suficiente, pero sí es cierto que Funcom podría haber puesto algo más de su parte, sobre todo en un juego tan corto.
El apartado sonoro es cuanto menos interesante. La banda sonora no es nada de otro mundo, acompaña bien los eventos, y participa activamente para crear suspense, tensión, y para caer en el momento de susto, por lo demás ni nos percataremos de ella. Es en los efectos de sonido donde el juego sí destaca, no sólo por el continuo murmullo, las voces que oiremos desde la nada, diciendonos cosas para nada alentadoras, bastante perturbadoras, y poniendonos en alerta constante, los ruidos, los sonidos típicos de un parque de atracciones que no debería estar abierto y funcionando, y en especial la voz posicional de Callum. Una de las posibilidades que tendremos en todo momento es llamar a Callum pulsando un botón, y este contestará desde la posición por la que tengamos que seguirlo. Avanzar siguiendo la procedencia de la voz de Callum sería bastante interesante si el juego no fuese tan lineal y no hubiese tan pocas opciones a no seguir el camino correcto, pero ha sido un buen intento, al que se le saca partido sobre todo usando auriculares. Por otra parte, las respuestas de Callum cada vez nos gustarán menos…
El juego esta cargado de buenas ideas, con una buena narrativa, y más de un momentos que nos pondrá los pelos de punta, sobre todo cuando vayamos haciendonos a la idea de lo que realmente esta pasando. Es cierto que a partir de cierto punto, y debido a las revelaciones de la propia Lorraine hablando para sí misma, empezaremos a imaginarnos el desenlace, aunque no por ello será menos perturbador. De un tipo de terror basado en el susto fácil pero efectivo, pasaremos a un terror angustioso y psicológico de una forma muy convincente, casi enfermiza, que logrará inquietar e incomodar al jugador. Esto esta realmente bien conseguido, y es el mayor atractivo del título.
El mal mayor de The Park es sin duda su duración, poco más de una hora, fruto del género al que pertenece, donde al no hacer prácticamente nada más que avanzar y con las demás acciones predefinidas, no tendremos oportunidad de atascarnos y la exploración es casi nula; y también fruto de su historia, bien narrada e interesante, que empuja al jugador a querer saber más, pero que no justificaría ser alargada ni un minuto más. Y por supuesto no hay que olvidar su apartado técnico desfasado, aunque en principio pueda ser suficiente, si nos tomamos el juego como una pequeña producción indie. Con estas premisas, The Park es sólo recomendable si podemos hacernos con él a un precio reducido, aunque si es así, tendremos el terror garantizado, aunque sea por un corto espacio de tiempo.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Evolve PR