Muchas veces no somos conscientes de lo que tenemos. Buscamos desesperadamente por nuevos entornos que visitar, nuevas criaturas que descubrir, y no somos capaces de darnos cuenta de que tenemos el vasto océano para saciar esas necesidades, y aquí es donde entra Beyond Blue, que nos enseñará la belleza que se encuentra en las profundidades de nuestro planeta, las extrañas criaturas que allí habitan, como se parecen a nosotros, y el papel tan destructivo que podemos llegar a tener. Empezamos.

Nadar con ballenas siempre está bien.

Lo primero a tener claro con Beyond Blue es que esto no es Subnautica , pues aquí no tendremos que buscar nuestra supervivencia en un mundo extraño, nada más lejos de la realidad. Beyond Blue se trata de una experiencia más observacional y didáctica, lo que llamaríamos un «walking simulator» -término que no me gusta demasiado porque se suele usar de forma despectiva-, en el sentido de que es un juego más cercano a otros como Firewatch o Gone Home. En el papel de una científica, nos adentraremos en las profundidades del océano Pacífico tratando de seguir la pista de una familia de cachalotes. A lo largo de varios niveles -desde arrecifes cerca de la superficie alternando día y noche, hasta las profundidades más oscuras del mar, pasando por alguna sección de océano abierto que a los más aprensivos les generará cierta incomodidad por no tener visión ni del fondo ni de la superficie- nos dedicaremos a explorar los distintos mapeados escaneando distintos animales -reales, al contrario que Subnautica-, recogiendo muestras biológicas, y observando en general como funciona la fauna del lugar. Insisto, esto no es un juego de supervivencia, ni el más fiero de los tiburones o la más terrorífica de las orcas tratará de atacarnos. Quitando un par de interacciones puntuales, nuestra presencias en el océano es casi fantasmal, lo cual, para mí, rompe un poco la fantástica inmersión que logra tanto el apartado visual como sonoro. Tampoco es algo grave pero quizá un puntito más de tensión a la hora de aproximarse a ciertos elementos del océano habría sido positivo para la experiencia global, uno de los niveles podría haber sido muy tenso por cómo y dónde tiene lugar, pero sabiendo que nuestro papel es totalmente ignorado por las criaturas del océano, pierde puntos.

Hay mapas muy, muy oscuros, que con otros parámetros jugables serían de lo más tenso que puedes echarte en un videojuego. Por suerte Beyond Blue no entra en esos terrenos y no va a venir ninguna criatura abisal a arrastrarnos al fondo del mar.

El juego intercala estas secciones centrales de buceo con momentos en nuestro submarino personal, donde nos podremos poner al día con la base de datos de criaturas escaneadas -es una lista muy amplia-, donde podremos ver los fantásticos mini documentales sobre el océano y la ciencia que se hace a partir de su estudio, y pequeñas conversaciones personales con nuestros compañeros científicos y nuestra familia por teléfono, las cuales hacen avanzar la trama que, si bien tiene interés, acaba de una forma un poco abrupta. En general, lo que aporta este juego es una experiencia más bien didáctica, ya que nuestros buceos nos sirven más para que tratemos de apreciar la belleza de los océanos más que buscando una historia super interesante, ya que esta historia está escrita pensando en esto mismo, que veamos todo lo que nos aporta la vida marítima, tanto los grandes depredadores como los tiburones, como los mamíferos marinos como los delfines o las ballenas, pasando por todo tipo de peces, moluscos, corales, algas… Una vez terminemos el juego, además, tendremos total libertad para explorar todos los mapeados que ofrece y así terminar de completar la base de datos.

Los documentales que encontramos en el juego según vamos progresando la trama son fantásticos y exponen el valor didáctico y de divulgación que podrían tener los videojuegos. ¿Os imagináis un juego de exploración espacial acompañado de charlas de físicos reales sobre como funcionan los cuerpos celestes que nos encontramos? Sería maravilloso.

En definitiva, Beyond Blue es un juego que, gracias a su colaboración con OceanX, una iniciativa real de exploración del fondo marino con fines científicos para tratar de ofrecer una mejora en los conocimientos colectivos del ser humano, básicamente lo apuesta todo para tratar de enseñarnos desde qué se busca cuando se explora el mar -nuevas especies, qué hacen éstas cuando están enfermas, que clase de criaturas se pueden esconder en los entornos más extremos del planeta, qué clase de relaciones tienen las familias de mamíferos acuáticos entre sí, cómo cazan, cómo se comunican…-, colocándonos en el papel central de una pequeña aventura para que así experimentemos de primera mano como los científicos se pueden implicar con la materia que estudian y hasta que punto se está dispuesto a llegar para tratar de entender y defender el bioma más variado y desconocido de nuestro planeta. Quizá no sea el juego más profundo del mundo, pero es una experiencia fantástica que recomiendo a todo aquel que tenga interés en su temática. La cantidad de criaturas que podemos ver, la información que nos dan con los mini documentales, y el mero placer de bucear entre animales tan majestuosos como las ballenas jorobadas o entre tiburones martillo, son puntos más que positivos para entrar en lo que nos da Beyond Blue.

El fondo del mar es tremendamente hermoso y Beyond Blue trata de hacerle justicia.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida