«La universidad de la calle» es la mejor forma de introducir y resumir lo que ofrece Bambas! . Quienes lean esto sin duda tendrán horas y horas de calle. Igual da que en un pueblo, ciudad, o ya gran ciudad. Cuando eres joven, si no has crecido en un bunker aislado presa de unos padres sobreprotectores, haces vida de calle sin caer tampoco en el ‘¡Esto no es un hotel, que te pasas la vida fuera de casa!’. Pero también, cuando crecemos la calle sigue con nosotros, en nuestras aceras, nuestros barrios, nuestros espacios cómodos.
El gran logro de Bambas! no es apelar a la nostalgia, que también, como han ido introduciendo Devilish Games de punto de entrada, sino el plasmar el sentimiento que tantísimas personas de todas las edades tenemos hacia esas calles y espacios urbanos no solo donde hemos sido felices, sino donde ponemos los pies en el presente.
Si hablamos de veteranía, Devilish Games llevaría casi treinta años de rodadura. Y obviamente con semejante currículum hasta en nuestro modesto portal se han pasado alegremente. Dos años después de aquel simpático juego, que tantos memes y chistes suscitó con su nombre, este estudio alicantino nos ofrece un auténtico walking simulator.
O sea… un juego destinado a caminar, y caminar, y caminar… Porque nuestro cometido es manejar a un par de zapatillas, literal, no hay una persona física visible tras esas… Bambas!
Empezamos en un agradable parque -realmente, todas nuestras sesiones de juego empiezan ahí, primer problema…- , y con indicaciones someras entendemos que tenemos dos zapatillas semi-independientes, que debemos manejar cada una con los gatillos traseros para dar un paseo o golpeo/patada, y con con los dos sticks, asociados derecho e izquierdo a cada zapa.
Se hará muy fácil caminar, no tanto controlar, mucho menos perfeccionar. Es fácil y maravilloso recorrer los metros iniciales pisando hojas, tapas de alcantarilla, pateando cosas… y, sobre todo, hablar con más calzado. Nuestro mundo ficticio desarrollado en una ciudad con playa, esta lleno de gente tan interesante como cercana.
Por supuesto, nuestros primeros contactos -indicados con un mini-mapa- ofrecen conversaciones distendidas, de pares de calzado jóvenes, que nos proponen cosas dentro de nuestros medios basados en caminar, y sobre todo, usar nuestros pies para hacer cosas. Pero tampoco tardamos en ver que el calzado con quien hablamos tiene su personalidad. Porque todos paseamos por un parque en algún momento, ¿no?
Comprendemos fácilmente que Bambas! es un sandbox muy particular. Por un lado, vemos misiones, cosas que debemos hacer cuando en ese mini-mapa -otra cosa, en el mapa general no tenemos tanta información como en el de la esquina inferior izquierda-, que hay que cumplir a rajatabla cuando las hemos empezado. Y luego muchísimas cosas que haremos simplemente por recorrer esa zona-barrio. Pasear, correr, hablar con la gente, pisar, golpear, manejar nuestros pies zapatillas sobre una tabla de skate o un patinete… hay una cantidad enorme de objetivos menores y nos saltarán logros cada dos por tres, de forma intencionada o no.
No siempre está claro si esa ‘bamba dorada’ es realmente importante, aunque seguiremos sus destellos. Pero nadie nos pide que lo hagamos. Así que podemos ir completamente a nuestro aire.
Tanto si elegimos ser independientes, como si pensamos en completar objetivos, conoceremos a todo tipo de personajes ‘de calle’. Hay que entender realmente esto, tengamos la edad que tengamos. Porque se nos direccionará un poco sobre la chavalada que busca divertirse, usar Tik-Tok por cualquier chorrada, y ver ese mundo adulto que ahora les es tan ajeno.
Pero también vemos gente que habla de sus inquietudes sobre el barrio, sobre otra gente «diferente», sobre sus problemas de media edad, lo que cargan en las espaldas…
Diría que Bambas! es uno de los juegos narrativos que más hacen con menos medios de los que me he cruzado en la cara. Quien recuerde el pionero, y gratuito, ‘Passage‘ quizás pueda ponerlo en duda. Pero igualmente creo que DevilishGames ha logrado algo formidable, cuando las capturas que vais viendo y el tráiler al final de la entrada, ni se acercarán a transmitir como esas visuales engañosamente simples, logran tantísimo en construcción de mundo y narrativa.
Pero…
…el juego falla justamente, cuando tenemos que jugarlo a fondo.
Como ejemplo de todo lo que he comentado, y lo que ahora pretendo advertir, está la prueba/misión de los puñeteros penaltis de las puñeteras narices. Conocemos a un grupo que se dedica a jugar al futbol más callejero, y el portero, ‘el muro’ nos pone a prueba pidiendo que le marquemos cinco goles.
Pues lo primero, lo complicadísimo de ajustar adecuadamente los chutes. Está muy bien poder posicionar los pies con los sticks y chutar con los gatillos, pero la pelota se va a las quimbambas sin poder hacer mucho en ello. Haciendo lo mismo, el balón reacciona de formas muy diferentes. Pero es que encima, cuando logramos marcarle, comprobamos que al fallar de nuevo se reinicia la prueba, ¡hay que meter los cinco goles de forma consecutiva! Intentas salir de ella para irte y probar otras cosas en la ciudad ¡Y no puedes! Toca salir directamente del juego, abrirlo de nuevo, empezar en el parque inicial y ya podemos volver a explorar y probar cosas.
Las pruebas presentan bastantes fallos, como elementos que desaparecen y reaparecen, o fallarlas tontamente saliendo de los límites donde se producen. Pisar chicles para limpiar un poco el ‘skatepark’ puede ser engorroso pero factible. Ya otras cosas como los globos en el parque infantil son muy complicadas y frustrantes. Este es el gran punto negro de Bambas! . Y es una pena, porque ves que el control funciona mucho mejor que mismamente lo que hemos visto en la demo del próximo Baby Steps, que recibirá más fama seguramente. Pero cuando toca afinar, nos damos contra un muro de ladrillos.
Y aún con todo, Bambas! me parece un juego tremendamente recomendable, aunque suene a coña marinera por la baja nota. Me parece maravilloso recorrer la ciudad, o el fragmento de la misma inspirado entiendo por la localidad mediterránea donde paran DevilishGames, descubriendo múltiples historias encapsuladas en simples pares de calzado. Una mujer divorciada que lleva a su hija al parque y nos habla de su ex, la custodia y como lo va llevando la niña; un vecino que cuida de su madre; mensajes sobre la gentrificación y el turismo masivo…
Y otro puntito, de tantos que tiene el juego, es ir consiguiendo más calzado a medida que sacamos dineros, sean monedas en una fuente o tiradas en el suelo, o bien trabajando y todo. También, con un sistema de cambio de colores para dejar aún más a nuestro gusto a ese mudo protagonista en el que nosotros nos introduciremos.
La música mismamente ofrece diferentes emisoras con distintos tipo de música, pudiendo hasta tener música clásica. El contraste entre un entorno muy urbanita y música ‘de mayores’ es algo que también me ha tocado dentro. Pues el juego está lleno de todo tipo de matices y detalles como decía, para quienes hemos vivido y seguimos viviendo de nuestras calles.
Esta entrada sale días antes del lanzamiento del juego, y DevilishGames ha prometido contenido adicional tras el lanzamiento, que sin duda probaré. Ojalá pueda ajustarse también el tema de las físicas y los problemas de muchas misiones y encargos. Pero igualmente, darse un garbeo a pata o con patinete eléctrico me parece una experiencia tremendamente recomendable, y espero que haya gente que pase de un simple número y le de su merecida oportunidad a Bambas!