A pesar de que pueda parecer lo contrario y no sea muy fan de los juegos deportivos o de simulación, me encantan los juegos de carrera. Habitualmente prefiero los juegos de carreras con una jugabilidad tirando más a lo arcade, pero siempre viene bien ponerse a los mandos de un buen simulador realista y exigente para mejorar tus habilidades. Es el caso de Assetto Corsa Competizione, desarrollado por el estudio Kunos Simulazioni y distribución por parte de 505 Games que llega ahora a consolas tras su paso por el PC.
Assetto Corsa Competizione es la secuela de Assetto Corsa, juego lanzado en el año 2016 que nos ofrecía un simulador bastante realista de las carreras y coches GT. Ha sido un año después cuando se ha decidido dar el salto a las consolas actuales, en concreto a Playstation 4 y Xbox One, mientras que Nintendo Switch se queda fuera de la ecuación por motivos que más adelante aclararé.
Lo que nos ofrece Assetto Corsa Competizione no es más que un simulador de carreras de corte realista, y lo del realismo no lo digo con la boca pequeña, pues podría asegurar que es el simulador de coches más realista que haya visto nunca. Y es que absolutamente hasta el más mínimo parámetro cuenta y afecta al rendimiento del vehículo: detalles a priori tan insignificantes y al que nunca se le suele prestar atención como el ángulo de los neumáticos o el consumo de combustible, entre otros parámetros mucho más técnicos, pueden ser suficientes para hacernos ganar una decimas que ya os aseguro que son muy valiosas.
Y ese es el principal problema de este juego, su claro enfoque hacia el jugador experimentado en juegos de coches que se los toma muy en serio y está dispuesto a perder horas en aprender a manejar las físicas y los ajustes de los vehículos, lo que hace que el jugador medio que solo quiere divertirse echando unas carreras rápidas quede totalmente fuera de la ecuación. Esto es algo que no solo se nota en la jugabilidad, sino también en el tiempo de dedicación que el juego nos exige si queremos seguir avanzando y ganando grandes premios.
Otro detalle que puede echar para atrás a mucha gente a la hora de decidirse por comprar este juego es su método de control, pues se ve claramente que ha sido pensado para ser disfrutado con volante y pedales, periférico del que desgraciadamente no mucha gente dispone, entre los que me incluyo. Por supuesto también podremos jugar con pad tradicional y no se juega del todo mal de esta forma, pero está claro que jugando de esta manera nos vamos a perder una gran experiencia automovilística.
En cuanto a la jugabilidad, Assetto Corsa Competizione difiere bastante del resto de juegos de coches en el sentido de que aquí no jugamos por número de vueltas sino por tiempo: dispondremos de 10 minutos -configurables a más o menos cantidad de minutos- para hacer la vuelta más rápida y colocarnos en los primeros puestos. Si queremos ganar debemos hacer una conducción perfecta y esto lo digo de la manera más literal posible, pues el más mínimo error o pisar un solo centímetro fuera del asfalto es suficiente para que la vuelta cuente como no válida y haya que esperar a la siguiente -si es que la hacemos bien- para que cuente en el ranking.
Algo que también me ha llamado la atención es el uso de las marchas en los vehículos. Mientras que en este tipo de juegos habitualmente se nos suele permitir jugar con cambio de marchas automático o manual, Assetto Corsa Competizione cuenta con un sistema híbrido que nos permite utilizar ambos modos a la vez. Mientras que el coche cambia las marchas de manera automática, al mismo tiempo será posible subir o bajar marchas manualmente pulsando los botones correspondientes, siendo un elemento bastante util y merecedor de ser dominado para apurar unas décimas o recortar distancia con los rivales si hacemos un uso óptimo de esto.
En el modo carrera se aplica la misma fórmula que en las competiciones oficiales reales, teniendo que jugar dos días de entrenamientos, otros dos de clasificación y finalmente dos de carrera, todo ello utilizando el tiempo como baremo para ganar. Más duras resultan las competiciones más importantes como los GT o Lemans, donde nos exigen jugar como mínimo 40 minutos ininterrumpidos por cada carrera hasta la posibilidad de jugar las 24 horas en tiempo real, un reto solo apto para los más obsesos y con demasiado tiempo libre
En cuanto a contenido se podría decir que no está mal si tenemos en cuenta el enfoque del juego. Contaremos con apenas una veintena de vehículos disponibles, cifra que puede parecer escasa para lo que suele ofrecer un juego de conducción, pero a cambio cada uno de esos vehículos ha sido desarrollado y diseñado de la manera más fiel posible respecto a sus homólogos reales, ofreciendo unas físicas y un comportamiento prácticamente de 1:1. Más de lo mismo ocurre con la cifra de circuitos disponibles, unos 15 y todos basados en circuitos reales entre los que se incluyen Monza, Nurbungring o Catalunya. En cuanto a competiciones oficiales, contamos con la licencia de la GT World Challenge Europe 2018 y 2019
En los modos de juego es quizás donde más flojea, pues son bastante escasos y poco trabajados. Aparte del modo carrera donde nos enfrentaremos a los ya mencionados GT World Challenge, contamos con un modo campeonato donde podremos crear nuestra propia competición personalizada, y finalmente están los modos habituales modos como entrenamiento, vuelta rápida, contrarreloj, etc…El problema es que todo se ve muy similar, no hay una diferenciación significativa entre los modos individuales, de hecho dichos modos no son más que configuraciones ya preestablecidas del menú de opciones en el que podemos modificar los parámetros a nuestro gusto. También contaremos con el modo multijugador online que la verdad es que es muy mejorable, pues cuesta mucho encontrar una partida que no esté ya empezada y te toca esperar bastante para poder jugar.
Lamentablemente, el apartado gráfico del juego es una de sus peores bazas. A pesar de contar con un motor tan adaptable y amigable como el Unreal Engine 4, el rendimiento es bastante mediocre, especialmente en las versiones de PS4 y One básicas donde nos tendremos que enfrentar a una tasa de 30 fotogramas por segundo que en ocasiones llega a bajar hasta 25, por supuesto los 60fps ni los oleremos ni siquiera en las versiones pro. El problema no son los 30fps, perdonables siempre que se mantengan estables y no afecten a la jugabilidad, sin embargo el juego cuenta con un grave problema de frame pacing -cada fotograma permanece en pantalla un tiempo distinto que el anterior y no se mantiene estable- que hace que el juego se vea a tirones y es bastante molesto tras un rato de juego.
Por suerte en el sonido nos vamos a llevar una alegría, pues es simplemente maravilloso. El ruido de los motores es sensacional, muy bien recreado y variable al pisar todo tipo de superficies, al igual que el sonido ambiente y de los efectos climatológicos. Se siente como si estuviésemos en un auténtico circuito y sin duda es un juego que disfrutaremos mucho más con auriculares.
Concluyendo ya, Assetto Corsa Competizione es una auténtica bestia en cuanto a realismo y simulación, eso es innegable, pero lamentablemente se olvida de otros muchos aspectos y se convierte en un juego para un mercado muy específico, que es el de los competidores profesionales y los e-sports. No podemos olvidarnos tampoco del problema del rendimiento y el del contenido que incluye, pero aun con esos detalles se convierte en un juego recomendable si somos fans del automovilismo y queremos una recreación fiel de las competiciones oficiales.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por 505 Games