De Grecia nos viene la tradición artística más antigua y extendida de Europa, o al menos, esa es la visión más romántica que la historia nos presenta. Y de Grecia viene Reky, ofreciendo arte minimalista, dibujo técnico y uso de las formas y el color en un conjunto sobrio y bello, tan directo sencillo y complejo a la vez, como el reto de sus casi cien puzles.
Reky es producto del grupo beyondthosehills, formado unicamente por tres personas: María Aluopi, Andreas Diktyopoulos y Konstantinos Sfikas. Los tres dan forma a un juego de rompecabezas singular, muy directo en su propuesta y reglas, con un apartado audiovisual poderosamente técnico y especial, en su dibujo y uso del color y la música.
Sus reglas son extremadamente sencillas de explicar: manejamos a una masa redondeada que se mueve a golpe de ratón, y por pasos. Clickando sobre los bloques de color presentes en cada nivel, podemos moverlos. Y si situamos nuestra gota sobre uno de ellos, podremos absorber el color para derramarlo en otro bloque y poder moverlo, pero solo si no estamos sobre él. Creo que más sencillez es casi imposible.
Por supuesto, como demanda el género, esta propuesta irá creciendo en complejidad aumentando el número de bloques y movimientos a realizar para llegar al punto objetivo, así como algunos añadidos adicionales en los niveles como el trasporte a través de conductos y agujeros. Luego, hay retoques en las reglas, como jugar con el coloreado para modificar los patrones de movimiento de los bloques. Y así tenemos 96 niveles para combinar estos factores.
Como he dicho, el movimiento es por pasos, pero no hay que asustarse pensando en algún sistema que interrumpa la necesaria agilidad y movimiento que el juego demanda. Simplemente, al realizar una acción, habremos dado un paso. Es decir, si nos desplazamos hacia un punto, cada bote de nuestra bolita será un paso, coger el color de un bloque es un paso, mover un bloque coloreado es un paso, meternos en un conducto es un paso…Y el juego propone hacer cada nivel en el menor número de pasos posibles, a fin de conseguir mayor puntuación.
Este sistema no es imprescindible para desbloquear extras, y de hecho, que sea algo más accesorio dependiente del reto personal de cada jugador resta alicientes para intentar hacer cada nivel en el número mínimo de pasos que el juego presenta.También esto tiene la ventaja de no ceñirnos a acumular puntuación para seguir avanzando, ya que el tener que superar cada fase haciendo solo las acciones justas y necesarias, puede ser muy tedioso cuando va creciendo la escala y aumentando los elementos de las mismas.
El juego permite deshacer cada paso que damos, sea cual sea, y volver pasito a pasito a la posición inicial de cada nivel aunque llevemos cientos de pasos hechos. O también, reiniciar cada uno desde el principio, si hemos llegado a un callejón sin salida o queremos intentar hacerlo todo mejor, sin rebobinar decenas de pasos previos.
Es una mecánica interesante pero adivino que muchos jugadores, pasadas unas decenas de niveles, empezarán a obviar tanto los pasos como los puntos finales que consiguen al culminar cada nivel. Porque esto va de la mano de otro defecto que le encuentro al juego: una progresión poco interesante en mecánicas y hasta en su bella factura audiovisual.
Cuando el objetivo de los niveles avanzados es mover cantidades y cantidades de bloques, aprender primero sus trayectorias, ver como luego se modifican y combinan con las particularidades de cada escenario, sientes que las cosas no cambian ni progresan como deberían en tan alto número de fases. La propuesta entra bien para jugar partidas más cortas, porque un juego prolongado puede hacerse repetitivo. Y como digo, esto se acentúa con un diseño bello pero sin prácticamente modificaciones, y una música interesante pero que tampoco soporta bien sesiones prolongadas de juego como demanda este género.
En todo caso, estoy seguro que las imágenes que acompañan esta entrada habrán captado la atención de más de uno y de dos. Pues os digo que Reky merece el acercamiento, a poco que disfrutes de resolver rompecabezas, con el gran reclamo también de su muy reducido precio.
Este análisis se ha realizado con un código cedido por Future Friend Games