Hace unos años, una desconocida -aquí- Kairosoft nos trajo a nuestros móviles Game Dev Story. Venía a ser un juego de gestión, simple, pero con un estilo artístico que desprendía encanto. Además de eso, su temática -gestión de una compañía de desarrollo de videojuegos- atraía a los que nos gusta esto, repasando la historia de los PCs y las consolas hasta entonces, pasando por E3s y, en definitiva, haciéndonos sentir que participábamos de forma activa en una de nuestras pasiones. He de reconocer que, personalmente, le eché más horas de las que nunca reconoceré. Y como todo producto de éxito, tuvo clones a mansalva.
Desde los juegos sacados por la propia Kairosoft –Grand Prix Story, Hot Springs Story, Pocket League Story…– hasta externos, siendo, posiblemente, el más conocido el que justamente replicaba la temática original: Game Dev Tycoon. Ahora, y por parte de Algo.Rocks y distribuido por TinyBuild, nos llega Startup Panic, donde cambiamos la temática por la del comienzo de una startup. Una startup tecnológica donde crearemos una red social.
Si hemos jugado a alguno de los juegos previamente mencionados, todo nos resultará rápidamente familiar. Empezamos en nuestra habitación, sin nada más que un PC, y al poco estaremos empezando nuestra página web. Ya desde ese momento me resultó demasiado cercano a otros juegos de este estilo, y es que, como en los Game Dev, tendremos una legión de analistas/escritores en distintas publicaciones que revisarán cada una de las funciones que añadamos. Solo que en este caso existe cierta incoherencia: si bien tras desarrollar un videojuego, por pequeño que sea, siempre tendremos algún portal, ya sea también pequeño -como este mismo que nos ocupa- o grande al que enviar el juego y que te lo analizará y le pondrá una nota, con mejor o peor criterio, en este caso me resulta extraño que un periodista de la revista X analice la página de inicio o el formulario de registro -que son las dos primeras funciones-, puntuándolas. «Las cajitas de usuario y contraseña del apartado de Login no son bonitas: un 3». Quizás soy yo que a nivel empresarial soy un lego total, pero me chafó un poco la experiencia.
Una vez acoplado a eso, pues seguimos de la misma manera que en Game Dev Story, podremos ir realizando funciones de la página web, que nos irá aportando usuarios y, por tanto, dinero, poco, por cada uno de ellos -aunque no sé exactamente como, ¿tenemos publicidad? ¿vendemos sus datos?-, o encargos para otra gente, que nos aportarán fajos contantes y sonantes de billetes pero que no ofrecerán valor añadido a nuestra empresa. Cada uno de estos encargos tendrá unos requisitos distintos, ya que no es lo mismo diseñar un logo para una compañía, que mejorar la experiencia de usuario de una aplicación de móvil.
Para conseguir resultados positivos respecto a esos requisitos, nuestros empleados, que podremos ir contratando a lo largo de la partida, tendrán distintos valores en cada uno de los apartados del juego: tecnología, estética, usabilidad…, y de nosotros depende elegir a la persona adecuada para cada desarrollo. No solo eso, sino que tendremos que elegir qué porcentaje dedicar de entre Tecnología, Usabilidad y Estética para cada desarrollo. Por ejemplo, si para un banner dedicamos el 80% del tiempo a estética, y un 10% a cada una de las otras dos, probablemente saquemos una muy buena puntuación, ya que la estética es lo que más importa aquí. En otros desarrollos, esto variará.
Aun así, esto le resta cierta rejugabilidad al juego. Así como en los Game Dev podemos elegir entre distintas ramas y tipos de juego e ir mezclándolas para ver como quedan casi desde el principio -juego de estrategia con fantasía, por ejemplo- aquí tendremos un árbol de funciones totalmente definido que, en un primer momento será totalmente lineal. Es decir, la intención de nuestra startup es crear una especie de red social, y por tanto el principio será bastante común: página de inicio, registro, perfil, añadir amigos…
Una vez pasada esta etapa podremos desviarnos: ¿queremos una red social orientada a imágenes? ¿a videos? ¿comentarios? ¿videojuegos?. El problema es que cada función tiene unos requisitos -que podremos más o menos intuir haciendo un post-mortem, o una revisión de lo desarrollado-, y una vez sabidos más o menos esos requisitos, lo siguiente es bastante sencillo. Eso resta interés y dificultad al juego, y me parece que es fruto -otra vez- de querer acercarse demasiado a lo que hacía Game Dev Story.
El juego tiene también ideas propias: podremos realizar campañas de publicidad en distintas partes del mundo, o ampliar nuestras sedes a otros países, incluso sabotear a las compañías rivales. Además que el juego tiene ciertos eventos para que la partida no sea especialmente monótona, aunque estos pasan demasiado a menudo, incluso cuando no debería -empleados que me han pedido irse de vacaciones «porque llevan mucho tiempo en la empresa» al poco de entrar, o incluso estando de vacaciones, o raptos de algún empleado que se haya ido de vacaciones, la delincuencia en el mundo de Startup Panic está a niveles de Juez Dredd-. Aun así, se agradecen estos eventos en muchos ratos en los que no pasa nada.
La interfaz también parece portada directamente desde una hipotética versión móvil, y tendremos descripciones en cuadros minúsculos, con su barra de scroll al lado, pocos atajos de teclado -me mataba cada vez que intentaba pulsar ESC para cerrar algún popup abierto, siempre sale el menú de salir del juego- o los textos superpuestos.
Hablando de los textos, hay que decir que la traducción al castellano es, y sintiéndolo mucho, especialmente mala. Uno se da cuenta de que el testeo de esta ha sido directamente inexistente cuando en el mismo listado de empleados tenemos dos traducciones tan literales como «Gratis», en el estado de los empleados, que no es que esté sin cobrar -lo pensé, ojo-, sino que no tiene ninguna tarea asignada, que está libre -«Free»-, o que el botón de echar a alguien, que en inglés sería «Fire», está traducido por «Fuego». Dos fallos de ese calibre en una pantalla tan utilizada como la de los empleados de la empresa muestran la falta de interés habida en la traducción.
De todas formas, traducciones al márgen, Startup Panic no es mal juego. Se deja jugar, es interesante y sencillo. Pero no aporta nada nuevo o relevante, la sensación de deja vu es continua, a veces incluso demasiado, llegando a ofrecer ciertas incoherencias, con aquello de que las revistas del sector analicen y puntúen tu formulario de inicio de sesión. Algo que es habitual y normal en el sector del videojuego no tiene por qué ser norma en otros sectores. Es tan sencillo como que si Game Dev Story/Tycoon te dejaron con ganas de más, Startup Panic puede aliviar eso, ya que viene a ser prácticamente lo mismo con otra temática.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por tinyBuild