Pocos meses después del lanzamiento de Haven para Xbox Series X/S, Xbox One, PlayStation 5, y PC, el juego de The Game Bakers llega ahora a PlayStation 4 y Nintendo Switch, y es esta última versión la que nos ha permitido volver a Origen. Como ya expusimos en su análisis, Haven es un juego difícil de encasillar pues aúna elementos de diferentes géneros, como las visual novel, exploración y aventura, RPG, simulador de relaciones, y walking simulator. Una interesante mezcla que aunque no brilla por igual en todas sus variables, nos ofrece un resultado satisfactorio, sobre todo en el eje de esta obra, la relación amorosa entre nuestros protagonistas. Así pues volvemos a Origen a conocer cómo se desempeña esta versión del juego, una de las más esperadas por el idilio que vive la consola de Nintendo con las producciones indies.
Como ya vimos en el análisis de las otras versiones, Yu y Kai son una pareja que ha huido de su planeta natal. Al principio pocos detalles más tendremos, aunque conforme avance el juego y seamos participes y cómplices de su relación, iremos descubriendo más y más sobre ellos, por sus conversaciones, sus comentarios, y por cualquier detalle por nimio que sea, todo nos hará ser una parte activa de su vida cotidiana. Muy pronto sabremos que provienen de una red de planetas a la que llaman La Colmena, y que en su sociedad existe una figura de la que han huido, el Emparejador, que como su nombre indica, se dedica a emparejar hombres y mujeres, a saber por qué o bajo qué criterios. Pero Yu y Kai están enamorados y por ello han huido, lejos, muy lejos, a un planeta llamado Origen, donde han llegado con su nave, El Nido, la cual será su nuevo hogar.
Como para explicar las mecánicas ya tenemos el análisis de las otras versiones, vamos a centrarnos en la experiencia de volver a visitar el misterioso planeta Origen donde Yu y Kai se han refugiado para vivir su historia de amor, y que sin embargo conforme avanza la aventura descubriremos que el planeta esconde más de lo que parece a simple vista, y que son varias las amenazas a las que nuestros protagonistas se tendrán que enfrentar. Mientras tanto disfrutaremos de la exploración deslizándonos a toda velocidad por los diferentes islotes, y de la evolución de la relación amorosa de Yu y Kai, tan auténtica que nos veremos reflejados y nos hará participe de ella. Volver a vivir la experiencia nos ha permitido jugar de una forma más pausada -más que recomendable- y profundizar en las interacciones de la pareja, elegir otras respuestas a las cuestiones que ellos se plantean, y descubrir nuevos eventos al encontrar nuevos lugares o conseguir nuevos objetos fruto de una exploración más meticulosa.
A pesar de perder el factor sorpresa en el devenir argumental de la aventura, conocer el camino nos ha permitido salirnos de él, y pasar más tiempo donde anteriormente pasamos casi de puntillas, encontrando bastantes más secretos, áreas ocultas, y nuevos eventos que han enriquecido más la experiencia y la relación de nuestros protagonistas. Incluso esta exploración extra y el intentar limpiar cada islote de óxido ha permitido encontrar enfrentamientos opcionales, algunos bastante duros, que le han dado algo de interés al sistema de combate -aunque seguimos siendo de la opinión que en una aventura como Haven, sobra-. Todo lo que dijimos bueno de Haven queda reafirmado, incluso aumentado al afrontar la partida de una forma diferente, explorando, donde el juego aún guarda sorpresas, y donde nos hemos vuelto a enamorar de nuestros protagonistas.
En el apartado técnico es donde empiezan las malas noticias de la versión de Nintendo Switch. Aunque partimos de la premisa de que el cambio de sistema requiere ciertos compromisos en rendimiento y resolución, lo cierto es que Haven no es un juego puntero que debiera poner en jaque al sistema híbrido de Nintendo -hemos visto juegos muy superiores técnicamente en el mismo sistema- pero asumamos que lo que tenemos entre manos es un juego indie y no podemos esperar un resultado similar al de una gran producción. Aún así su rendimiento y resolución son muy aceptables en el modo dock, y donde el juego más sufre es en la distancia de dibujado y el popping, sobre todo cuando jugamos en modo portátil.
Hasta aquí es todo entendible debido al origen modesto del título, pero lo que no se puede obviar y dificulta la experiencia de juego son los lentísimos tiempos de carga entre islotes -y tenemos muchos- y sobre todo los errores que provocan que el juego se cierre y volvamos al menú de la consola. Es cierto que al guardar entre islote e islote, nunca perderemos mucho avance si sufrimos unos de estos errores, pero es que no ocurren en solo un par de ocasiones, lo cual se podría pasar por alto, sino que ocurren más habitualmente de lo que consideramos aceptable y The Game Bakers debería estar trabajando ahora mismo en solucionar este contratiempo, sobre todo al ocurrir en la versión del juego donde posiblemente consigan más rédito, como sucede con otros muchos juegos indies.
Hablando del apartado artístico, como ya apuntamos en el análisis de las otras versiones, Haven es artísticamente cautivador a pesar de su simpleza, con unos personajes y entornos realizados en cel shading, y con mucho colorido. Sin llegar a usar una técnica Low Poly, se apuesta por modelados bastantes minimalistas que con el cel shading quedan visualmente muy atractivos. Un juego bonito de ver, y sobre todo genial de escuchar, especialmente por su banda sonora obra del músico francés Danger, que con melodías electrónicas de gran calidad, acompaña nuestras exploraciones por Origen. Algunas zonas del juego ofrecen temas más ambientales, aunque en los momentos álgidos de la aventura, disfrutaremos de los mejores temas electrónicos del talentoso músico francés. Mención aparte merece el doblaje, donde todas las conversaciones de nuestros protagonistas están dobladas con gran calidad e interpretadas de forma muy convincente.
Volver a Haven reafirma las cosas positivas que ya comentamos de las otras versiones, incluso las aumenta al haber afrontado esta nueva partida de una forma diferente, más relajada y explorando nuevas situaciones y lugares. La relación de Yu y Kai son el motor del juego, ellos si quieren, se gustan, bromean, discuten y se desean como cualquiera de nosotros haríamos con nuestra pareja, de una forma cercana a la real, convincente y plausible, quizá de forma ideal, como todos imaginamos que debería ser. Quien haya escrito a los personajes lo ha hecho de auténtico lujo, creando una de las mejores parejas del mundo de los videojuegos, y si no en carisma o popularidad, al menos si de la forma más realista que podamos imaginar. El resto del juego gira alrededor de este núcleo, con sus pros y sus contras -que desafortunadamente en Switch se acentúan por los problemas que ya hemos mencionado-, pero con un encanto que nos obliga a explorar Origen junto a ellos.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por The Game Bakers