Haven es una de esas obras que no es sencillo de calificar. Aunque nos presenta elementos que fácilmente podríamos encasillar en algunos géneros jugables bastante conocidos como puedan ser un simulador de relaciones personales -de pareja en este caso-, una aventura de exploración, un juego de rol, y hasta un walking simulator, es la combinación de todo esto lo que el nuevo juego de The Game Bakers nos ofrece, y mucho más. Estamos en un caso evidente donde la suma de las partes da más de lo que esperábamos, aunque es cierto que no todo esta tan bien resuelto, y profundizaremos en ello más adelante, aunque lo que brilla, lo hace con fuerza.

Hace 4 años que The Games Bakers lanzó Furi, un hack’n slash que por su calidad se hizo un nombre en el panorama indie. El cambio de registro ha sido total para hacer de Haven un título que no se parece en nada al juego anterior del estudio, y que explora otros campos sin miedo a la experimentación. La combinación de géneros funciona mejor de lo esperado, y parte del éxito también recae en el apartado audiovisual. Pero la joya de Haven es la relación entre Yu y Kai, dos personajes bien diseñados a los que acompañaremos en su huida de un futuro prestablecido donde no podrían estar juntos. Para abordar Haven de una forma efectiva, vamos a dividir el juego en dos partes, en la representación de la relación de nuestros dos protagonistas, y en todo lo demás.

Yu y Kai son una pareja que ha huido de su planeta natal. Al principio pocos detalles más tendremos, aunque conforme avance el juego y seamos participes y cómplices de su relación, iremos descubriendo más y más sobre ellos, por sus conversaciones, sus comentarios, y por cualquier detalle por nimio que sea, todo nos hará ser una parte activa de su vida cotidiana. Muy pronto sabremos que provienen de un planeta al que llaman La Colmena, y que en su sociedad existe una figura de la que han huido, el Emparejador, que como su nombre indica, se dedica a emparejar hombres y mujeres, a saber por qué o bajo qué criterios. Pero Yu y Kai estan enamorados y por ello han huido, lejos, muy lejos, a un planeta llamado Origen, donde han llegado con su nave, El Nido, la cual será su nuevo hogar.

Conforme avancemos en las once o doce horas que dura el juego, iremos descubriendo más detalles de la historia, y aunque la misión es encontrar piezas para reparar El Nido -accidentado después de un temblor de tierra-, el desarrollo de la relación de Yu y Kai y la exploración de Origen nos irá desvelando una historia y un contexto que responde a las preguntas que nos iremos formulando durante la aventura. El juego tiene un ciclo de día y noche que marcará las pautas y el ritmo del juego. Podemos quedarnos en El Nido y hablar, cocinar, u otras acciones que irán desarrollando la relación de Yu y Kai, pero para que la historia avance hay que salir y explorar, conseguir alimentos y otros recursos necesarios para arreglar El Nido y para nuestra supervivencia. También puede ser que se nos haga de noche fuera, por lo que existen ciertos puntos donde poder acampar y pasar la noche.

La mayor parte de la relación de nuestros protagonistas sucederá en El Nido, aunque fuera de él, también tendremos determinados lugares o momentos en los que volveremos a ser testigos de cómo avanza la relación. Yu y Kai se quieren, el juego nos lo enseña desde el primer momento, y además es un amor reciente, aún se están conociendo, adaptándose el uno al otro. Yu es la bromista, y también un poco mandona, y parece darsele muy bien todo lo referente con la mecánica, Kay es más calmado, templado y pacífico, y su campo es la biología. Durante el juego asistiremos al desarrollo de su relación, sus conversaciones a veces son intranscendentes, aún así no sobran, están muy bien escritas y se desarrollan con total naturalidad, y otras veces se nos darán detalles de la historia o las motivaciones de la pareja, y podremos interactuar eligiendo entre dos posibles respuestas, lo que en caso de elegir la mejor opción, se nos recompensará con determinación.

Dentro de nuestra nave -y en los puntos de acampada- podremos conversar, entretenernos, comer, cocinar, y otras acciones circunstanciales. Cocinar, o sintetizar medicinas se hará de una curiosa forma, mezclando recursos y esperando ver el resultado. Cuando comemos lo cocinado, conversaremos sobre la comida, o sobre otros temas personales de Yu y Kay. Así mismo cuando vayamos a dormir también tendremos eventos y conversaciones. Todo esto está cuidado al máximo detalle, haciendo que además de creíble, esta faceta de simulador de relación nos parezca simplemente entrañable y sea el punto fuerte del juego. El secreto de Haven es que resulta muy fácil creer en la relación de sus protagonistas, vernos reflejados en ellos, y pasar por situaciones -más allá de la aventura espacial de dos extraterrestres- que nos resultarán familiares de cierto modo.

Cuando salimos al exterior del Nido, es cuando viene la combinación de géneros. Origen está compuesta por múltiples islotes unidos por puentes de onda -una energía que también tendremos que recoger siguiendo los hilos de onda mientras nos deslizamos sobre ellos para recargar nuestro equipo-, nos desplazaremos deslizándonos por las islas, e iremos limpiando un óxido que cubre los suelos pero que se ve afectado por la energía de nuestras botas. Eventualmente estableceremos combates con ciertas criaturas que encontraremos en un estado agresivo debido al óxido, y entraremos a una pantalla de combate donde tendremos cuatro posibles acciones para cada personaje: golpe, magia, defender y apaciguar -más adelante podremos usar ítems-. Estas acciones las podemos realizar a la vez con cada personaje, de forma que podemos hacer que uno de ellos defienda -a si mismo o al otro- mientras el otro ataca, o cargar ataques conjuntos más poderosos. Finalmente podremos apaciguar a la criatura.

Y poco más podremos hacer en Origen, más allá de ir limpiando islotes, recogiendo recursos, y explorar para que nos salte el siguiente evento entre Yu y Kay. Conforme más lejos nos aventuremos, más avanzará la historia, y conseguiremos mejoras para nuestro equipo. También desbloquearemos una especie de viaje rápido, y puntos de acampada, que nos sirva para alejarnos más y más del Nido y así encontrar los materiales que nos hacen falta, y desentrañar los secretos de Origen y su relación respecto a La Colmena. A pesar de que la parte de explorar Origen resulte atractiva, sobre todo por ir deslizándonos a gran velocidad mientras disfrutamos del buen diseño artístico del juego, donde más tiempo querremos pasar es evolucionando la relación de Yu y Kay, y en busca del próximo evento que nos haga partícipe de ella.

Audiovisualmente Haven es una maravilla, sin más. Artísticamente es cautivador a pesar de su simpleza, con unos personajes y entornos realizados en cel shading, y mucho colorido además de que Origen es un planeta curioso, lleno de islotes, algunos flotantes, que despertará la curiosidad de nuestros protagonistas. Un juego bonito de ver, y sobre todo genial de escuchar, especialmente por su banda sonora obra del músico francés Danger -que ya participó en la banda sonora de Furi– que con melodías electrónicas de gran calidad, acompaña nuestras exploraciones por origen de forma ideal, en especial cuando flotamos a toda velocidad sobre los campos de Origen. La combinación no podría haber sido mejor en este aspecto, además el rendimiento de Haven es bueno, con lo que de poco nos podemos quejar.

Haven es un juego muy especial, un juego de sensaciones, de conquistas, primero te atrapa audiovisualmente para después envolverte con su aproximación al amor y al enamoramiento, ese periodo donde se hacen locuras como la de fugarse de una sociedad donde Yu y Kay no pueden estar juntos, y que les empuja a empezar su vida en solitario, con la sola compañía del uno don el otro. Ayudaremos a que la relación de nuestros protagonistas crezca, a que se conozcan más, y a resolver el destino que Origen les depara. Pero no todo el juego brilla al mismo nivel porque los combates acaban sobrando, el uso dual no es mala idea, pero le falta profundidad y propósito, y la exploración acaba al servicio de encontrar más momentos de Yu y Kay, no de avanzar en la historia, que es interesante, pero pasa a un plano secundario. Haven es algo más que un juego, es una historia de amor que merece la pena experimentar.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por The Game Bakers