Ya está aquí, ya lo tenemos en nuestras manos y ya podemos jugarlo. Casi 10 años después de Chivalry: Medieval Warfare, y casi 15 años después de Age of Chivalry, ya está a la venta la nueva entrega de la franquicia caballeresca de los canadienses Torn Banner Studios. Titulada Chivalry II, y subtitulada Online Medieval Warfare, nos promete combates multitudinarios, en grandes mapas y con hasta 64 jugadores en una misma partida. En 33bits hemos podido jugar ya unas cuantas horas y estamos en disposición de contarte qué te vas a encontrar cuando arranques el juego. Coge tu alarbarda, lacayo, y vamos allá, que nuestro señor nos reclama.
Chivalry nos hablaba del conflicto en la Edad Media entre los ficticios caballeros de Agatha y la orden de los Masones a lo largo de distintas batallas que íbamos viendo en cada uno de los mapas. Así, encarnábamos a un caballero y nuestro objetivo era obtener la victoria para nuestra facción, a base de espadazos, flechazos o «alabardazos». Esta segunda parte es totalmente continuista y en breves nos sentiremos como peces en el agua si hemos jugado al juego anterior.
El tema de las notas siempre es controvertido en un análisis de videojuegos. ¿Un 7 -notable- es mala nota? ¿Un 10 indica la perfección? Y muchas veces, sinceramente, uno no sabe a qué atenerse cuando pretende resumir un análisis en un número: ¿puntuamos por lo que tiene? ¿por lo que le falta? ¿por lo que esperábamos que tuviese? Lo más importante de todo: ¿a qué viene esta reflexión -que podría dar para un artículo entero- totalmente aleatoria en un análisis de Chivalry II? Más adelante lo entenderéis.
Pero empecemos por la jugabilidad. Chivalry II nos intenta meter en el cuerpo de un caballero del Medievo, y no seré yo quién para decir si el resultado es realista o no, pero sí puedo decir que Chivalry II es muy divertido. No solo divertido, sino que además es todo lo profundo que queramos. Ayer mismo estaba viéndome partidas de gente que supera de forma muy amplia mi nivel y el control del flujo del combate que mantenían era impresionante.
Tenemos distintos tipos de golpe: tajo horizontal en una u otra dirección, estocada o tajo vertical de arriba a abajo. Cada uno servirá para un tipo de ataque, siendo el tajo horizontal un ataque amplio donde abarcaremos el mayor terreno a nuestro alrededor, con la estocada conseguiremos el mayor alcance hacia adelante, y con el tajo vertical haremos el mayor daño posible.
Además tenemos ataques ligeros y pesados, y junto con los puñetazos y las patadas podremos efectuar un número importante de combos y coreografías, donde los intercambios de golpes y los contraataques se sucederán. Es importante realizar el tutorial -que te regala monedas del juego además, hablaremos de la monetización más adelante en este análisis-, ya que te enseñará todos los movimientos posibles, pero hasta que no estemos en medio del meollo con todo el mundo atacándonos, no nos daremos cuenta de cuan poco sabemos.
Poco a poco iremos aprendiendo a posicionarnos -hay que intentar resguardar nuestra espalda lo máximo posible-, a movernos entre cámaras para tener claros nuestros alrededores, a realizar fintas y esquivas. A controlar la iniciativa dentro del flujo de un particular combate, y es que no hay que atacar sin más, o simplemente lanzar patadas para romper los bloqueos -dar una patada no para un ataque y te deja totalmente expuesto-, y muchas veces esto es como un partido de tenis en el que la mano ganadora la tiene el rival pero tienes que saber manejar la bola para conseguir la ventaja en un peloteo.
El modo estrella de Chivalry II es, sin duda, el de Objetivos por Equipos. Con 5 mapas enormes, tendremos diversos objetivos divididos en varias fases por mapa que tendremos que realizar, como saquear una ciudad -cuya primera fase para el equipo Masón es masacrar aldeanos en un trozo de partida que me ha llegado a recordar brevemente al famoso «Nada de ruso» de aquel ya lejano CoD: Modern Warfare 2– o eliminar a un duque rival pasando por las diversas fases de un ataque a un castillo.
Además, se ha intentado añadir ciertas cinemáticas, un capitán dando una arenga antes de que empiece un combate… se le ha intentado aportar una narrativa a cada mapa de forma que tengamos un contexto antes de lanzarnos a la batalla. Y las batallas en estos mapas son crueles y cruentas, veremos montones de cadáveres en el suelo llenos de sangre, gente explotando por las catapultas del castillo rival, cabezas rodando por doquier o gente envuelta en llamas. Si se busca sensación de epicidad, en Chivalry II la vas a encontrar.
También tendremos otros dos modos, que serán Combate a muerte por equipos y Combate a muerte todos contra todos. Estos discurrirán en 3 mapas, bastante bastante pequeños donde tendremos un campo de batalla abierto, un estadio de torneos de justas y, el más interesante, un coliseo en el que habrán trampas y habrá que tener en cuenta tanto a los enemigos que tienes delante como a la trampilla que tienes debajo y que en cualquier momento se va a abrir para que acabes ensartado en estacas de madera.
En general, Chivalry II es un gran juego, con una jugabilidad divertida, profunda, y una sensación importante de epicidad. Pero ahora voy a la reflexión con la que he empezado el análisis: ¿es esto suficiente? ¿Se puede esperar más? Si bien los 5 mapas del modo objetivo por equipos son un número decente, tampoco es un número enorme. Esto además se ve afeado por los 3 simples mapas que tenemos para los modos secundarios, en los que en media hora de juego ya te los conoces de sobra. Quizás estos modos podrían haber conseguido algo más de cariño porque si bien se entiende la complejidad de realizar los grandes mapas, los otros, siendo pequeños, podrían haber incluido más.
Además, el número de modos se antoja algo escaso. Comparado con Mordhau, su principal competencia, estos tienen un Battle Royale, o un modo Horda en el que cooperaremos contra la máquina. Por suerte, los jugadores pueden ser maravillosos, y ya se han creado servidores para, por ejemplo, mantener duelos 1v1 en los que todos respetan las reglas.
En la misma línea tampoco tenemos partidas rankeadas o estadísticas y tablas de clasificación de los jugadores, por lo que para muchos jugadores importará menos ganar o perder partidas. También he notado estos días varios picos de lag, pero esto lo achaco a que, siendo los primeros días, tendremos unos servidores más que llenos, y suficiente es que están aguantando muy bien. Y hay que decir que desde Torn Banner Studios se asegura que van a seguir trabajando en el juego con actualizaciones periódicas con nuevos mapas o nuevos modos.
Para asegurar estas actualizaciones, los desarrolladores han añadido al juego cierta monetización: en Chivalry II ganaremos monedas de oro que podremos gastar en el juego. Estas monedas no añadirán ninguna ventaja y simplemente servirán para comprar equipo estético. Me parece perfecto, pero también me parece importante notar que estas monedas se pueden comprar con dinero real. Estando valorado este título como +18 no es algo que afecte demasiado, pero es algo que vale la pena saber.
Para ir acabando, repito un inicio de párrafo anterior: Chivalry II es un gran juego, con una jugabilidad divertida, profunda, y una sensación importante de epicidad. Es posible que le falten cosas. Es posible que tengamos que tener paciencia para otras. Es posible que prefieras la jugabilidad de Mordhau. Pero si le damos la oportunidad, nos aportará tardes y noches que se pasarán en un suspiro dando espadazos y flechazos a diestro y siniestro.
Este análisis se ha realizado en PC mediante un código cedido por Koch Media