26 de Abril de 1986, el mundo entero quedaba sobrecogido ante una catástrofe sin precedentes en la historia: el reactor nuclear de la ciudad de Chernóbil, Ucrania, hace explosión y toda la zona de Pripyat queda contaminada. 31 personas murieron de manera directa en la explosión, pero miles de ellas sufrieron los efectos secundarios que les acabarían matando poco a poco. Este suceso ha dado para muchas historias de ficción, pero es cierto que se ha explotado poco en el mundo de los videojuegos, teniendo su mayor exponente en la saga S.T.A.L.K.E.R. Ahora llega Chernobylite, obra del estudio The Farm 51 que tras su paso por el PC se estrena ahora en PlayStation 4 y Xbox One, ofreciéndonos una historia diferente en esta famosa localización. Es hora de volver a «La zona».
Chernobylite nos pone en el papel de Igor Khymynyuk -no pienso volver a escribir el apellido-, un científico que trabajó en el reactor nuclear y estuvo presente en el momento del conocido suceso. Durante el fatídico momento, su esposa Tatyana desaparece sin dejar rastro y todos la dan por muerta, todos excepto él. Ahora en la actualidad, Igor vuelve a la zona del desastre debido a un extraño aumento de las fuerzas militares que le hacen sospechar que algo turbio se está cociendo allí, pero también porque ha sufrido extrañas visiones relacionadas con su esposa que le hacen creer que sigue con vida, por lo que no duda en regresar para encontrar la verdad.
Chernobylite es un título de acción y supervivencia que se inspira principalmente en el ya mencionado S.T.A.L.K.E.R, en el que tendremos que volver a las diferentes localizaciones de Pripyat en busca de pistas y recursos. Pero también se inspira mucho en su estructura, aunque sorprenda, en Metal Gear Solid V, pues cuenta con un sistema de misiones no lineales muy parecido en el que el argumento transcurre al ritmo que nosotros decidamos.
Tras un breve tutorial que nos enseña los fundamentos básicos del juego y el inicio de la historia, llegamos a nuestra base. Esta base se convertirá en nuestro nuevo hogar y básicamente será el hub central del título, desde donde accederemos a todas las opciones del juego tales como elegir las misiones, aprovisionarnos y en general charlar y aprender cosas de nuestros compañeros y de todos los sucesos recientes.
Quizás lo más llamativo de Chernobylite es que desde el mismo comienzo ya nos permitirá acceder a la misión final para completar el juego, pero no será buena idea hacerlo. ¿Por qué? Porque la misión final no es trabajo para un solo hombre, a lo largo del juego tendremos que ir reclutando a miembros que se unan a nosotros que también participarán en la ofensiva final. Lo ideal entonces es esperar a tener más experiencia y un buen grupo, ya que intentarlo de primeras es prácticamente un suicidio.
Podríamos decir que el sistema de misiones es la mayor baza del título. Como ya decimos, es un sistema bastante similar al del título de Hideo Kojima, en el que nos aparecerá una lista de misiones a las que podemos acceder y será decisión nuestra elegir la que queremos. Las misiones principales estarán marcadas en rojo y serán las que nos hagan avanzar en la trama, mientras que el resto de misiones no destacadas nos servirán para explorar un poco las diferentes zonas y conseguir recursos para la base. Normalmente seremos nosotros mismos los que juguemos las misiones principales -ya que el resto de miembros no pueden-, pero para las misiones de reconocimiento podremos enviar a nuestros compañeros, cuya habilidad depende del porcentaje de éxito que tengan éstos en función de su estado de salud y su equipamiento.
Estos recursos obtenidos durante las misiones nos servirán para mejorar la base, en la cual podremos construir diferentes herramientas, máquinas y mobiliario con el que ir mejorando poco a poco y haciéndonos más fuertes. Hay que decir que el crafteo es más bien sencillo, no nos atosigarán con cientos de fórmulas de creación ni una enorme cantidad de recursos que conseguir, de hecho con los mismos cuatro o cinco recursos habituales podremos construir la mayoría de elementos de la base, aunque esto es algo bueno para los que solo quieren disfrutar de la acción sin preocuparse por otros aspectos del juego.
Normalmente el juego siempre repite la misma estructura: empezaremos el día por la mañana y ahí nos tocará elegir misión, por la tarde es cuando jugaremos las propias misiones y una vez acabado, durante la noche es cuando volveremos a nuestro cuartel general y hay podremos aprovechar para mejorar la base con los recursos que hemos obtenido para finalmente irnos a la cama a dormir y empezar un nuevo día. Esto es algo que se repite a lo largo de todo el juego y se entiende que pueda llegar a hacer ser repetitivo en ciertos momentos, pero lo cierto es que este sistema funciona bastante bien y no llegaremos a cansarnos de ello.
A los amigos hay que cuidarlos o los perdemos, o al menos eso dice la gente, en este caso es a nuestros propios compañeros a los que tenemos que cuidar para que rindan al máximo. Al volver de cada misión, tendremos que racionar el alimento encontrado y almacenado, pues el hambre puede acabar pasando factura a las habilidades de cada miembro y a su relación con nosotros mismos. Podemos elegir entre darle la mitad de una ración, la ración entera o doblar la cantidad, mejorando más o menos sus habilidades según la opción escogida. Los propios compañeros también pueden conseguir alimento como recompensa por enviarlos a misiones, por lo que por lo general no tendremos escasez de los mismos salvo que así lo decidamos en la selección de dificultad.
Entrando ya en la propia jugabilidad directa, cada misión nos permita ir a una zona diferente del mapa en la que jugaremos con una vista en primera persona. En estas zonas, además de cumplir con nuestro objetivo, aprovecharemos para buscar recursos gracias a nuestra herramienta con radar que nos señala la ubicación de los objetos que hay en un radio cercano. Una vez acabada la misión, tanto si hemos cumplido nuestro objetivo como si hemos fracasado, volveremos a la base utilizando nuestra pistola de portales -porque sí, hay mucho de ciencia ficción en este juego-.
Mención especial merece el sistema de decisiones, pues el juego está plagado de ellas y nos hará dudar de todo en cada momento. Sin embargo, Chernobylite le da una vuelta de tuerca al clásico sistema de A o B: Mientras que en otros juegos las decisiones son permanentes e inamovibles, aquí podremos enmendar nuestros errores. Si morimos durante una misión, seremos transportados a un espacio extraño rodeado de chernobilita, una especie de mineral con propiedades especiales que permiten alterar las leyes del espacio-tiempo, de manera que podremos cambiar una decisión que ya habíamos tomado previamente, aunque esto tiene un coste, pues a cambio perderemos algunos de nuestros recursos al azar y eso incluye a nuestras armas. Podemos pensar que este sistema facilita mucho las cosas, pues si una tomamos una decisión equivocada podemos revertirla para escoger la opción buena, pero no es así, toda decisión tiene su consecuencia positiva y negativa, de manera que lo que en un principio parece beneficioso para todo el grupo, a la larga podría acarrear consecuencias graves.
No estaremos solos en la zona, durante las misiones tendremos que enfrentarnos a una serie de enemigos como los propios soldados, monstruos mutados por la radiación y, por qué no decirlo, a un «némesis» incansable que hará aparición de vez en cuando y se pondrá a perseguirnos -no temáis, pues sus apariciones están scriptadas de antemano y solo aparecerá en momentos concretos de la historia-. Hay que decir que el gunplay es más bien realista, es tosco y poco preciso pero ha sido desarrollado así a propósito, algo que tiene sentido teniendo en cuenta que controlamos a un científico de laboratorio y no a alguien experimentado en el uso de armas de fuego. Por lo tanto y para evitar más problemas de la cuenta, el sigilo será vital y es recomendable hacer uso de él cada vez que sea posible, dándonos la opción de sorprender a los enemigos por la espalda para acabar con ellos. Lamentablemente la IA enemiga no está la altura, es fácil sorprender a un enemigo que esté al lado del otro sin que éste se entere siquiera, al igual que un soldado puede pasar por el lado de un cadáver y no darse ni cuenta de que está ahí.
Llegamos al apartado gráfico, que sinceramente es uno de los mejores aspectos del juego. Lo cierto es que es sorprendente la calidad gráfica alcanzada en estas dos consolas, gracias a un excelente uso del Unreal Engine que lleva a la consola al límite en lo referente a juegos third -sin llegar al nivel de los first party-. La recreación de Pripyat se ha hecho de manera exacta, mostrando la recreación más fiel del lugar hasta la fecha, un lugar lleno de vegetación y emplazamientos que podremos visitar por secciones separadas entre sí. Hay algunos detalles que fallan, como alguna texturas que están a peor resolución que otras, bugs que se esperan que sean solucionados con el habitual parche día 1 y unos tiempos de carga un tanto largos, pero todo lo bueno tiene un precio.
En cuando al sonido, melodías melancólicas interpretadas principalmente por una simple guitarra nos acompañarán durante nuestros viajes y son bastante efectivas. En cuanto al idioma, contaremos con textos en castellano con doblaje al inglés y ruso, aunque personalmente recomiendo ponerlo en este último para meternos de lleno en su ambientación y sentir que realmente estamos en tierras ucranianas.
Podemos decir sin miedo que Chernobylite es una de esas joyas que aparecen cada mucho tiempo en cada generación, un juego que sabe jugar perfectamente con su ambientación, sus mecánicas y con una historia intrigante que nos tendrá enganchados hasta el final. Mientras hacemos tiempo hasta el esperado S.T.A.L.K.E.R 2, no vamos a encontrar mejor opción que este juego para volver a revisitar uno de los lugares más misteriosos y siniestros del planeta, aunque estamos deseando ver una versión de nueva geenración que nos haga caernos de espaldas y ofrezca un rendimiento todavía mejor.
Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Plan of Attack