Microids está dispuesta a devolvernos a nuestra infancia resucitando viejas franquicias tanto de comic como de televisión. Ya tiene anunciados próximos lanzamientos de juegos como Asterix & Obelix: Slap’em all, Los pitufos: Operación Vilhoja o el más desconocido The Sisters: Party of the Year. Otra de las franquicias que retoman es la de Marsupilami: Hoobadventure, desarrollado por Ocellus Studio, que es el que vamos a analizar hoy.
Muchos conocerán a Marsupilami por la famosa serie de televisión del género «satAM» -series emitidas principalmente los sábados por la mañana en bloques de programación infantil, siendo además un término acuñado por la famosa serie Sonic the Hedgehog de 1993-, pero su nacimiento es más antiguo todavía. Este personaje nació en las páginas del comic francés Spirou y Fantasio en 1952, en una historia en la que los dos protagonistas viajaban a la selva ficticia de Palombia para realizar un documental sobre este curioso animal. Desde entonces ha sido protagonista de varias historietas, llegando a tener su serie propia e incluso una película de imagen real.
Pero no es este personaje el protagonista de Marsupilami: Hoobadventure, sino sus tres hijos pequeños, quienes un día despiertan a un antiguo espíritu maligno que comienza a controlar mentalmente a los animales de la selva. Estos tres pequeños tendrán que perseguir a este espíritu maligno para arrebatarle las tres gemas que le impidan seguir controlando a los animales y devolver todo a la normalidad.
Marsupilami: Hoobadventure es un plataformas 2’5D en el que tendremos que ir superando niveles llegando al final de los mismos para pasar al siguiente. En estos niveles tendremos que ir superando obstáculos, recogiendo manzanas y consiguiendo coleccionables para conseguir el 100%.
Si en las capturas aquí publicadas el juego os recuerda a algo, estáis en lo correcto: su gran inspiración es la saga Donkey Kong Country Returns de Nintendo, de la cual utiliza bastantes ideas y cuenta con una jugabilidad prácticamente idéntica. La saga del gorila con corbata sirve de base para este título tanto en su jugabilidad como en su estructura. Nada más comenzar, contaremos con un mapa del mundo en el que seleccionar nivel, así como elegir a cuál de los tres marsupilamis controlaremos -esto es puramente estético, pues los tres se manejan exactamente igual sin diferencias-.
La característica principal de esta raza animal es su larguísima cola de varios metros, la cual pueden mover a voluntad y darle la forma que deseen. En este juego nos servirá para realizar varios movimientos tales como golpear, movernos a gran velocidad como si se tratase de una rueda o columpiarnos. Los movimientos, como ya hemos comentado, recuerdan mucho a los de Donkey Kong en su franquicia principal, por lo que si alguna vez hemos jugado a algunos de los juegos veremos que no nos va a costar mucho hacernos a los mandos.
Me gustaría destacar también el aspecto de la dificultad, pues bajo su apariencia infantil y enfocada principalmente a los más pequeños de la casa, se esconden momentos que realmente nos pueden hacer sudar y reintentar algunas secciones varias veces, en especial en los niveles finales. Pero realmente nunca llegaremos a ver la pantalla de game over, ya que en contraparte es absurdamente fácil conseguir vidas extra, ya sea reuniendo 100 manzanas de las casi miles que pueblan cada nivel o las que encontraremos directamente al romper cajas y jarrones. Al final, es fácil acabar el juego con 99 vidas en el marcador.
Otro de los elementos que encontraremos en este juego son los niveles bonus, los cuales se ocultan en cada nivel y nos proponen pruebas extras basadas en pasar por cierto número de aros dentro de un tiempo límite. Estos niveles son muy llamativos visualmente, pues cuentan con un estilo artístico diferente basado en siluetas a contraluz -nuevamente, igual que en Donkey Kong Country Returns-.
A su vez, los combates contra los jefes -EL jefe, siempre será el mismo- son un poco diferentes y en este caso se inspiran más en Rayman Legends. En estos niveles, el escenario irá avanzando automáticamente y nuestra misión será la de ir sorteando obstáculos hasta conseguir alcanzar al jefe en cuestión. Sin duda aportan un toque de frescura al título y son bastante divertidos de jugar.
Gráficamente el juego entra rápidamente por los ojos, los escenarios dejan unas estampas muy bellas con una amplia paleta de colores y un aspecto de dibujos animados bastante interesantes. El diseño de niveles, aunque bien planteado y trabajado, peca de cierta repetitividad al repetir las mismas temáticas una y otra vez, al igual que la variedad de enemigos, apenas unos 10 enemigos diferentes en total en los 25 niveles que tendremos por delante. Otro aspecto negativo que toca destacar es que en ciertos momentos sufre severas caídas de frames, algo extraño porque sucede sin que haya una gran cantidad de elementos en pantalla, pero de todas formas estos momentos se pueden contar con los dedos de una mano y no es algo preocupante.
En cuanto al sonido, las melodías son bastante buenas, muy pegadizas y variadas en función de cada escenario que saben ambientar perfectamente los diferentes niveles y escenas, sin duda uno de los aspectos más destacables del título. Respecto al idioma la verdad es que es algo meramente anecdótico, pues no tendremos voces de ningún tipo y los textos son más bien escasos, aunque los podremos leer en perfecto castellano si es eso lo que nos preocupa.
De duración está bastante bien, la justa y esperada en un título de estas características, pues en unas 3 o 4 horas podremos estar viendo los créditos, pero si queremos conseguir el 100% nos llevará bastante más. A esto hay que sumarle también el modo contrarreloj, que nos propone acabar los niveles en el menor tiempo posible y puede ofrecer un buen reto si nos empeñamos en bajar los tiempos una y otra vez. Como vemos, a pesar de su carácter infantil, se han esmerado en añadir contenido para ofrecer una duración digna para que no sepa a poco.
En general, puedo decir que me he llevado una grata sorpresa con Marsupilami: Hoobadventure, un título muy entretenido y divertido de jugar. Tal es así que creo que el mayor problema del juego es el propio concepto de su desarrolladora de tratarlo como un juego «común» y sin grandes aspiraciones, pues con un poco más de trabajo y contenido podría haber sido uno de los mejores plataformas del año. Aun así, un juego altamente recomendable tanto para los más pequeños como para los más mayores.
Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Meridiem Games