SENSEs: Midnight acaba de ser lanzado en consolas -PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series y Nintendo Switch- después de que la versión de PC fuera lanzada hace casi un año sin hacer mucho ruido. SUZAKU Games, el estudio detrás de este título vuelve a probar suerte con un survival horror old school como ya hiciera con su primer título, el controvertido Sense: A Cyberpunk Ghost Story, del que este SENSEs: Midnight toma prestados ciertos elementos, quizá los más innecesarios, pero ya volveremos sobre este asunto. Como hemos dicho, tenemos entre manos un juego de terror que toma prestadas varias mecánicas de diferentes títulos de la era de las 32 y 128 bits y lo hace sin medir si el resultado es realmente satisfactorio. Vamos a verlo.
La historia comienza en el año 2085 con Kaho Uesugi, una estudiante universitaria que pertenece al Club de Investigadores de lo Oculto junto a un grupo de amigos. En un viaje a Japón por motivos familiares, aprovecha para cumplir con el desafío que le imponen sus compañeros, investigar una famosa leyenda urbana: el Portal de la Medianoche del Parque de Ikebukuro. Kaho acepta el reto y se dispone a visitar el parque abandonado a medianoche para ver si las historias tan terribles sobre el lugar son ciertas o solo leyendas urbanas sin fundamento. Nos adentraremos en el fantasmagórico parque sin saber que estamos a punto de despertar a un ente maligno que hará que nuestra vida corra peligro sin cesar.
SENSEs: Midnight nos propone una aventura en 3D con cámaras fijas y control de tanque a lo Resident Evil -se puede cambiar por uno más moderno pero un poco incontrolable ya que no funciona muy bien con las cámaras fijas y el cambio de estas demasiado frecuente-, y sin abandonar la franquicia de Capcom, tendremos un lugar fijo donde guardar la partida -y en este caso, solo un lugar- y tendremos un inventario de espacio reducido que deberemos de gestionar adecuadamente y elegir que llevar con nosotros y que dejar en el suelo -como Resident Evil Zero-, lo que permite volver a por los ítems descartados, aunque con el riesgo de exponernos en la travesía.
También tenemos una cámara de fotos en nuestra PDA que cambia la vista a primera persona y nos permite ver los escenarios en otra perspectiva que puede ayudarnos a ver ciertos objetos, y por supuesto sirve para ver a ciertos espíritus, a lo Fatal Frame, aunque en este caso estos espíritus son totalmente pasivos y no nos darán ningún problema, por lo que fotografiarlos realmente no nos servirá para nada, más allá de documentar los eventos del parque abandonado, que iremos comentando mediante la PDA con nuestros amigos del Club. Y como no hay dos sin tres, en cuanto comience el ritual del Portal de la Medianoche aparecerá un ente diabólico furibundo con apariencia de bruja que nos perseguirá constantemente como en Clock Tower, y no nos quedará otra que intentar darle esquinazo huyendo, a pesar de que el control de Kaho no nos va a ayudar a ello.
Otros espíritus malignos también tratarán de acabar con nosotros, aunque estos sin la muerte instantánea de nuestra perseguidora, y para zafarnos de ellos además de correr, podremos utilizar unos talismanes que a través de un sencillo minijuego protegerán el lugar donde se encuentran, o un consumible llamado magatama que alejará a estos espíritus momentáneamente. Durante el desarrollo de la aventura encontraremos varios puzles -algunos más interesantes que otros- que deberemos resolver para poder avanzar. Esta parte es quizá la mejor resuelta del juego ya que algunos de estos puzles ofrecen un buen y satisfactorio reto, aunque otros son bastante sencillos y de puro trámite, aunque tampoco sobran.
Audiovisualmente SENSEs: Midnight es modesto, muy modesto, ya sea por inspiración de los clásicos o por el reducido presupuesto que debe manejar el estudio, visualmente no es nada destacable. Artísticamente volvemos a encontrarnos con dos premisas que ya conocimos en el juego anterior del estudio, la ambientación «ciberpunk» meramente testimonial y que solo justifica un par de detalles, y la hipersexualización de Kaho, marca de la casa, y que para nosotros no es más que fruto de decisiones creativas del estudio y por ello no vamos a entrar a valorar. En cuanto a la banda sonora podemos decir que cumple su función manteniendo la tensión y que su uso es más productivo que memorable.
SUZAKU Games tiene potencial y ciertas buenas ideas, pero vuelve a fallar en el desarrollo y en la ejecución de estas. Tenemos la sensación que se ha querido hacer un popurrí de mecánicas jugables de grandes títulos de terror de las 32 y las 128 bits como Resident Evil, Fatal Frame, o Clock Tower y no se ha llegado a profundizar en ellas ni medir su resultado. No esta mal fijarse en los clásicos del género, pero si vas a hacerlo, hay que garantizar que se hace bien y que obtenemos un resultado sólido. Si optamos por el control de tanque no deberíamos tener movimientos tan lentos -menos mal que se puede correr-, o si introducimos una cámara para poder ver espíritus, que al menos sirva para algo más que eso.
También tenemos ideas interesantes, como el punto único de guardado que si bien puede irritar y agradar a partes iguales, consigue un extra de tensión de agradecer, o el uso de la PDA y el contacto frecuente con los amigos del Club que nos darán pistas y consejos en determinados momentos. Como hemos dicho SUZAKU Games tiene potencial, pero a pesar de ser un estudio indie con muy poco presupuesto, deben ser más creativos en sus próximos proyectos y potenciar sus propias ideas. Y si es posible y quieren seguir con la ambientación «ciberpunk», que se note y que no sea algo meramente testimonial como ya pasó en el primer juego y se repite ahora. SENSEs: Midnight encontrará a su público entre los amantes de los survival horror más clásicos ofreciendo una aventura con ciertas aristas pero a precio contenido que nos invitará a darle una oportunidad.