Hace casi un año que aparecía en PC y sistemas Xbox el juego Planet of Lana de Wishfully Studios y ahora hace lo propio en sistemas PlayStation y en Nintendo Switch. Este primer juego del estudio sueco nos transporta al casi idílico mundo de Lana, la niña protagonista, que vive en una aldea costera y que ve de primera mano su mundo cambiar por la invasión de un ejercito de robots y máquinas de origen desconocido que nada más aparecer, secuestran a su mejor amigo y al resto de su aldea. Una historia sencilla que por supuesto se desarrolla más mientras avanzamos en las cinco horas que nos puede durar esta bonita y entrañable aventura.
La fórmula jugable de Planet of Lana es fácilmente reconocible, se nos presenta un plataformas cinematográfico con jugabilidad en 2D donde tendremos secciones de sigilo, por supuesto plataformas, y puzles contextuales para seguir avanzando -nos recuerda mucho a juegos como Planet Alpha por ejemplo-, y para todo esto Lana contará con la ayuda de una pequeña criatura parecida a un gato llamada Mui. Al poco de comenzar la aventura y después de la huida inicial de las máquinas, veremos como estas capturan a Mui, el cual después de ser salvado por nosotros y una pequeña pseudo persecución se convertirá en nuestro inseparable amigo.
Como es sencillo de imaginar, la función de Mui no es la de ser solo una acompañante pasivo al que acariciar de vez en cuando, sino que buena parte de las mecánicas jugables se basan en la interacción de Lana con Mui. Podremos pedir a Mui que se pare y espere o que nos siga, que escale a un risco o que nos lance una liana, que llame la atención de un enemigo para poder avanzar con Lana, y así con varias mecánicas más que nos permitirán avanzar tanto por los segmentos con enemigos -porque si no os lo habéis imaginado aún, Lana no tiene opción de atacar a los enemigos-, solventar los abundantes puzles contextuales que irán deteniendo nuestro avance -situaciones y puzles que no se nos explican pero que se solucionan con una deducción sencilla observando el entorno-, o simplemente ayudarnos a avanzar por los segmentos de plataformas.
Aunque antes hemos mencionado su parecido con un título como Planet Alpha, lo cierto es que Planet of Lana se diferencia con el título de Planet Alpha ApS en que el avance es mucho más pausado e incluso contemplativo. No existe la urgencia de avanzar ante un enemigo que nos vaya a dar alcance, podemos tomarnos nuestro tiempo, interactuar con Mui, pensar como resolver las distintas situaciones, y si bien es cierto que en varios momentos tendremos que solventar un pasaje con una combinación de acciones y cierta precisión -esconderse de un enemigo y ejecutar una acción en el momento justo por ejemplo- no nos llevará más de un par de intentos lograr nuestro objetivo.
Este avance tan «tranquilo» o sin demasiada dificultad permite que nos centremos en la narrativa visual que iremos viendo a lo largo de la aventura, donde se nos regalarán algunos momentos emotivos -algunos funcionan mejor que otros- que nos sumergirán más en la historia. Lana habla un idioma desconocido aunque realmente lo que hace es repetir ciertas palabras y ordenes que gracias al contexto acabaremos por entender y al igual que en su relación con Mui, Lana conectará con el jugador de forma emocional, para lo que se apoya de forma magistral en su apartado audiovisual.
Pero también hay que decir que más allá de avanzar por conocer un poco más de la historia -que tampoco es tan sorprendente- y la sucesión de momentos emotivos, el tramo final del juego se nos puede atragantar por la repetición de situaciones, aunque afortunadamente si esto llega a ocurrir será ya al final y no nos dará tiempo a caer en la desidia. El buen ritmo conseguido durante la mayor parte del título no esta igual de conseguido al final, pero no llega a empañar el notable resultado final de la aventura. Eso sí, la rejugabilidad de Planet of Lana es escasa, pues solo existe un coleccionable -unos santuarios- en caso de no haberlos conseguido todos en nuestra partida inicial.
Visualmente Planet of Lana es una preciosidad, con un estilo artístico que nos recuerda mucho a las obras del Studio Ghibli con esa paleta de colores apagados tan característica del estudio de animación japonés. No podemos decir más, el juego es bonito hasta decir basta, sobre todo en entornos exteriores donde fácilmente podremos quedarnos embobados con los paisajes que la gente de Wishfully Studios nos presenta. Pero es que hay más, porque además de bello visualmente, el apartado sonoro es también impresionante. Para la ocasión se ha contado con Takeshi Furukawa, el compositor de The Last Guardian -y otros trabajos para televisión como Star Wars: The Clone Wars– que ha sabido crear una banda sonora totalmente inmersiva para Planet of Lana, adaptada a la perfección a cada instante de la aventura.
Planet of Lana es un título que entra por el ojo desde el primer instante, y su facilidad para avanzar hace el resto. La colaboración entre Lana y Mui esta muy bien conseguida y conforme su relación se consolida más opciones jugables tenemos. Hay muchos momentos emotivos y el título sabrá tocarnos la fibra en alguno de ellos, pero conforme avanzamos es posible que la fórmula jugable se nos empiece a repetir y pierda el punch inicial, por suerte con su duración de cinco horas no llegaremos a cansarnos de las mecánicas propuestas. Para ser el primer título de Wishfully Studios no se podía empezar mejor y Planet of Lana es un título más que recomendable.