Blasphemous 2 fue uno de los títulos más destacados de 2023 en el panorama indie, y ahora, poco más de un año después, The Game Kitchen y Team17 nos sorprenden con su primer DLC, Mea Culpa. Esta expansión nos invita a empuñar nuevamente la icónica espada espinada del primer juego, un arma cargada de simbolismo y que marcó profundamente la jugabilidad de la entrega anterior. Pero la expansión Mea Culpa no viene sola, ya que incluye también una actualización gratuita que introduce cambios significativos en el juego base, ampliando su contenido y el mapa original -en especial para nuevas partidas-. Para quienes no estén familiarizados con el juego base, Blasphemous 2 es un juego de plataformas y acción de estilo metroidvania bastante equilibrado y bien ejecutado, que además destaca por su profundo lore y su apartado audiovisual.

Mea Culpa no solo introduce dos nuevas zonas, Gélido Reposo y Santa Vigilia, sino que también expande y conecta de forma orgánica el mapa base con las nuevas zonas. Esta integración natural hace que el DLC se disfrute más al comenzar una partida desde cero, en lugar de utilizar una partida completada, ya que de lo contrario, podríamos encontrarnos explorando más de lo necesario. Además, el DLC nos lleva a explorar estas nuevas zonas y a regresar a algunas áreas modificadas, ahora con nuevos ítems, un nuevo coleccionable adicional, nuevas magias y nuevos desafíos. Este enfoque recuerda a los DLCs del primer juego, donde los contenidos adicionales se fusionaban con el progreso principal, en lugar de ofrecerse como un añadido independiente.

La historia de Mea Culpa nos presenta a Hilaria, un nuevo personaje que encomienda al Penitente la misión inicial de reunirse con ella en diferentes localizaciones para recolectar una llave de barro que abre unas puertas que han aparecido en Cvstodia. En el camino, también conocemos al Hermano Asterión, una figura trágica y oscura que actúa como némesis del Penitente. Nuestros enfrentamientos con Asterión destacan por su intensidad y su diseño, recordando a los duelos contra Crisanta en el primer Blasphemous. Este paralelismo no solo es un homenaje, sino que también refuerza la calidad de los enfrentamientos, convirtiendo a Asterión en uno de los antagonistas memorables del universo de Blasphemous aunque su participación sea bastante breve y genere más preguntas que respuestas.

Por supuesto, la gran protagonista de esta expansión es el regreso de la espada Mea Culpa, un elemento que a pesar de tener justificada su ausencia el Blasphemous 2, los fans habían echado mucho de menos. Más que una simple arma, esta hoja llena de espinas se convierte en un pilar central de la jugabilidad gracias a sus nuevos movimientos y habilidades. Al igual que las armas del juego base, las habilidades de Mea Culpa -particularmente el teleport- nos da acceso a secciones del mapa previamente inaccesibles, fomentando el uso combinado de todas las herramientas a disposición de nuestro Penitente. Además, el DLC introduce mecánicas nuevas al plataformeo, como jarrones que activan y desactivan plataformas al ser golpeados aportando más desafío y mayor dificultad.

En cuanto al diseño de las nuevas zonas, el equipo de The Game Kitchen demuestra nuevamente su maestría en la construcción de escenarios visualmente impactantes y llenos de secretos. Pero hay que advertir que aunque las dos nuevas zonas estén perfectamente integradas en el mapa de Cvstodia, su diseño y dificultad no las hacen recomendables hasta bien avanzada la aventura, ya que no solo ha subido la exigencia del plataformeo -además de una gran dependencia de Mea Culpa para explorar en condiciones- sino que los nuevos enemigos, su número y distribución, nos dará más de un disgusto, sobre todo en Santa Vigilia. También se han añadido un par de jefes nuevos, también con una dificultad considerable.

Por otro lado, la actualización gratuita merece su propio reconocimiento. El añadido de una nueva habilidad de desplazamiento sobre suelo de cristal no solo amplía las posibilidades de exploración, sino que reconfigura partes del mapa existente, añadiendo conexiones y caminos que antes no estaban disponibles, tanto para la conexión de zonas como para la obtención de nuevas figuras para el retablo, conjuros, cuentas del rosario, o fragmentos de oro. Esto, combinado con el nuevo modo Nuevo Juego+, aporta una rejugabilidad significativa. En este nuevo modo, llamado Verdadero Calvario, podremos activar hasta ocho efectos para configurar y complicar aún más nuestra nueva partida, a cambio de importantes recompensas.

Audiovisualmente, Mea Culpa mantiene los altísimos estándares de Blasphemous 2. El pixel art sigue siendo un espectáculo, con animaciones fluidas y escenarios llenos de detalle, sobre todo en exteriores -en interiores es cierto que desluce un poco más-. Santa Vigilia tiene un diseño artístico más en tono con otras áreas del juego base, pero Gélido Reposo nos presenta un bioma completamente nuevo y diferenciado bastante bello en sus exteriores. La banda sonora de Carlos Viola continúa ambientando a la perfección la atmósfera del juego, y las voces de los nuevos personajes -y algún personaje que vuelve desde el primer Blasphemous– tienen el mismo altísimo nivel al que The Game Kitchen nos tiene acostumbrados.

En conclusión, Mea Culpa no solo complementa a Blasphemous 2, sino que también lo mejora en varios aspectos. Su narrativa expandida, los nuevos desafíos y el rediseño del mapa hacen de este DLC una experiencia imprescindible para los fans de la saga, sobre todo por el regreso de la icónica arma Mea Culpa. Aunque también es cierto que algunas decisiones de diseño, como la integración del contenido en partidas completadas, o el poder de Mea Culpa -mejorada al máximo y con ciertas figuras en nuestro retablo se convierte en un arma rotísima-, no está exento de críticas. A pesar de no ser perfecta, Mea Culpa es una expansión indispensable para el fan de la franquicia, una forma de expandir Cvstodia y su oscuro y atrayente lore, y solo podemos desear que este siga creciendo con nuevo contenido próximamente.