Los puzles y el arte pueden coexistir, Braid o The Witness bien lo demuestran, mostrando paisajes preciosos al mismo tiempo que tenemos que darle al coco para resolver rompecabezas complejos. Además, los juegos de rompecabezas con componente de físicas han ganado un hueco en estos últimos lustros. Hoy en 33Bits analizamos Manifold Garden, juego de William Chyr Studio donde los enigmas y la belleza visual están a nuestro alcance desde seis perspectivas. Vamos a sumergirnos en una especie de sueño de M.C. Escher.

El juego llega por momentos a ser pura psicodelia. Parecerá que estamos en alguna especie de fantasía LSD.

UN DIFERENTE PUNTO DE VISTA

Manifold Garden no tiene ningún tipo de diálogo o narrativa: todo es visual. Nuestro objetivo es eliminar la corrupción del abstracto mundo donde nos encontramos, resolviendo puzles avanzando poco a poco hasta haber eliminado todo rastro de corrupción. Nada más empezamos el juego tenemos que limitarnos a movernos e interactuar lo que podemos con el escenario, todo ello son los primeros compases necesarios para entender como funciona el juego y que no va a ser tan sencillo como hace creer. Manifold Garden juega con las perspectivas, de forma que podemos «girar» los escenarios convirtiendo lo que antes era una pared delante nuestra en el suelo. Además de cambios de perspectivas también tenemos que coger cubos -cosa que me ha recordado a Portal– para colocarlos en determinados interruptores para abrir accesos a otras áreas, tender puentes, etc.

Las estrucutras aunque parecen sencillas, pronto nos daremos cuenta que nada más lejos de la realidad.

El problema aquí es que los cambios de perspectiva nos obligarán a ser creativo, pues estos cubos se quedan adheridos a su perspectiva -suelo- correspondiente. En un puzle por ejemplo para subir un cubo a una altura diferente, había que usar cubos como plataforma para impulsarnos y luego recuperarlos. Esto hace que los puzles sean unos auténticos ejercicios mentales de perspectiva, pues el cambio de ésta transforma el nivel, aunque su diseño hace imposible dejar un puzle inconcluso con su diseño de panorama infinito donde la misma sala se repite una y otra vez mirando a todas direcciones, cosa que le da un plus al apartado técnico -del que hablaré más adelante-, y puede dejarnos confundidos mientras intentamos volver a ubicarnos mentalmente en el espacio.

El horizonte no tiene límites en Manifold Garden, todo el espacio en el que nos encontramos es infinito.

Los puzles están muy elaborados, siendo su arma principal la perspectiva, aunque dicha arma también puede ser de doble filo. Las perspectivas, sobre todo jugando en primera persona, puede ser un auténtico mareo a la hora de realizar un rompecabezas si no logramos orientarnos bien. Hay puzles donde me he atascado mucho porque por la existencia de las seis perspectivas distintas hace que sea difícil seguir los objetivos en mapas grandes pues no hay muchas señales de orientación en las estructuras cambiantes. Alguna especie de ayuda o guía para localizar los puntos vitales para resolver los puzles habría sido de mucho agradecer. El juego es muy corto, eso sí. En 4 horas, 5 si damos muchas vueltas, lo habremos completado sin incentivo alguno para rejugarlo.

APARTADO TÉCNICO

Manifold Garden nos presenta unos gráficos entre sencillos y complejos. Las estructuras en las que nos encontramos de cerca parecen muy simples pero de lejos es donde se nota el trabajo y la complejidad de dichas estructuras. Todo el entorno se puede identificar por colores y con una delimitación de línea gruesa de color negro, dándole un estilo artístico muy bonito. Aunque casi todo parezca de un mismo color, se irá haciendo más complejo con los cubos de colores dándole al escenario cada vez más riqueza en colores a medida que avanzamos, viendo hasta patrones de colores RGB. Tiene momentos que llegan a ser incluso psicodélicos, todo un derroche de imaginación y colores, además del elaborado truco del espacio infinito en el que nuestro escenario lo podemos ver repetido hasta donde alcanza la vista, miremos donde miremos. Miento si digo que su apartado visual es discreto, lo contrario, es muy llamativo con un estilo estético escherista. Hay música, aunque esta hace gala en momentos críticos del juego como cuando estamos a punto de eliminar corrupción del escenario. Una parte visual poderosa combinada con una sonora más minimalista.

Las perspectivas en determinados momentos nos pueden resultar confusas.

CONCLUSIÓN

Manifold Garden es un excelente juego de puzles, muy confuso por el cambio de perspectivas pero muy imaginativo en el diseño. Nos marearemos intentando orientarnos. Es un poco corto pero se nota el mimo y cuidado en cada uno de sus niveles, los dolores de cabeza merecen bastante la pena. Visualmente es una maravilla y la música acompaña a la dinámica del juego. Una curiosa combinación de perspectiva y física. Si buscáis un juego de puzles excelente, Manifold Garden lo es sin duda alguna.

 


Este análisis se ha realizado con una copia digital cedida por Jesús Fabre