¡Bienvenidos a una nueva entrega de Castl…! No, no… pero casi. Pues como 33bits ardería en llamas si no comentamos cada poco un metroidvania 2D, aquí tenemos otro excelente título que nos salva de la quema. Chronicles of the Wolf vuelve a ser otro juego fantástico, que se beneficia justamente de sus enormes y muy buscados parecidos con la saga magna 2D de Konami, del lado protagonizado por los Belmont. De hecho, tanto lo es y tan bien les ha quedado a Migami Games, que con nuestra palabra, y puntuación, de que hay calidad y el tráiler que sigue, no necesitáis el resto del «bla bla bla bla bla…»
Por si alguien aún sigue aquí, vamos ampliando: Chronicles of the Wolf es publicado por PQube y PixelHeart y creado por Migami Games, estudio francés y muy francés, aunque tiene algún lazo estadounidense, incluso español. Tres personas principales firman este juego, Mig Pérez, Jeffrey Montoya -que es el músico, pero hace de todo y más también-, y François Pérez haciendo los gráficos. Si buscáis su currículum comercial internacional aparece en 2020 Wallachia: Reign of Dracula. Efectivamente, otro juego poderosamente inspirado por Castlevania. Y es que hay que aclarar que este pequeño equipo siente una devoción probada y gigantesca por esta saga.
Durante años se han dedicado a hacer juegos fan justamente basados en esta saga, como Haunted Castle 2, y Haunted Castle 3: Trevor’s Quest. Pero los dos juegos que les pusieron de verdad en el mapa de los fangames, y con una calidad muy buena además fueron su mini-saga The Lecarde Chronicles. El primero, un arcade con backtracking a la usanza del Rondo of Blood del que toma assets; el segundo, directamente un metroidvania tan elaborado que era una lástima no aprovechar su valor de manera monetizable… hasta ahora. Porque The Chronicles of the Wolf evoluciona aquel excelente juego, manteniendo las anclas con su Wallachia de hace un lustro, para ser un título que es muchísimo más que haber clavado parecidos y espíritu.
Pues si en el juego anterior el mal marcaba la región de los vampiros, ahora lo hará en la tierra de los lobos. Estamos en la Francia de mediados del siglo XVIII, en la región de Gévaudan. Una bestia terrible lupina está diezmando a la población y la orden de la Rosacruz manda a un contingente de caballeros a destruirla. Pero al final el joven novicio Mateo Lombardo quedará en solitario para resolver el asunto. Si os suena un poco el tema confirmo sin problemas que la fuente de inspiración de Chronicles of the Wolf se basa tanto en el suceso real donde se encontraron habitantes de esa región francesa masacrados, como sobre todo, la película El Pacto de los Lobos, de Christophe Gans. La narración de las escenas ilustradas del juego se lleva a cabo por Robert Belgrade, la voz original de Alucard en inglés en Castlevania: Symphony of the Night de 1997, ¡toma ya!
Tras superar la decepción de no poder controlar a un indio iroqués canadiense con rasgos asiáticos, dominio de las artes marciales orientales y nombre de fruto seco, el manejo, avance, progresión, menús, interacciones, lucha y las físicas y comportamientos de los enemigos… es maravillosamente conocido. Mateo tiene puro sabor Belmont, y el planteamiento de Chronicles of the Wolf dentro del metroidvania, presenta también trazas del infravalorado Simon’s Quest.
Gévaudan está dividido en sectores, teniendo un mapa propio en cada uno de ellos. Todo se siente bastante arcade, uno asequible pero donde conviene no despistarse. Hay verticalidad, bifurcaciones, exploración… pero de base iremos yendo donde nos conduzca la muy simplificada narrativa. Tenemos pueblos con gente para charlar y comerciar, zonas de paso y zonas de acción, que pueden ser más amplias o más breves. No dejaremos de ver localizaciones a las que no podemos acceder. Pero no pasa nada, mejoraremos las capacidades de Mateo y ya podremos hacerlo. Me repito, todo maravillosamente conocido, pero porque se ejecuta muy bien.
Lo único que faltaría para que Migami Games tuvieran su propio Castlevania es construirse su propio Castlevania… literal. Porque si hemos hecho bien las cosas y no hemos alcanzado alguno de los finales prematuros, llegaremos al castillo del gran mal relacionado con la Bestia. Y quizás se podría decir que Chronicles of the Wolf empieza aquí en gran medida. Lejos de que el mega-castillo sea una localización complicada pero contenida donde poner punto final a la aventura, nos metemos en un súper nivel conectado donde no solo seguimos mejorando a Mateo y hacemos backtracking por el mismo, sino que hasta en el mundo exterior podremos seguir haciendo cosas.
No será el castillo de Symphony of the Night, y no lo necesita, pero comparando es más grande y conectado que, por ejemplo, el de Order of Ecclesia. Ese espíritu semi-arcade se mantiene y con esa dificultad que aprieta sin estrujar podemos encontrarnos rezando por encontrar un punto de salvado, siendo especialmente cruel cuando una estancia nos ofrece tres o cuatro salidas distintas para seguir avanzando. Un consejo, no seáis roñosos comprando y usando las pociones, no caigáis con el ‘ya las encontraré por el escenario o las soltarán los enemigos’. Unos enemigos dispuestos cruelmente pueden hacernos ver el Game Over.
Tengo que meter en algún momento el destacar la maravillosa banda sonora de Jeffrey Montoya. Partituras que exudan no solo calidad, mostrando instrumentación y complejidad frente a la tendencia chiptunera de este tipo de juegos, aunque otros representantes neo-retro también están optando por música más virtuosa. Pero lo que más destaco es lo pegajosa y tarareable que es, tengo melodías como la del hospital maldito, o la zona de la ópera que no se me mueven de la cabeza. Pero es que encima hay una colaboración ilustre, nada menos que Oscar Araujo, el compositor de las bandas sonoras de los excelentes y reivindicables Castlevania: Lords of Shadow, dejanto un tema muy majo.
El toque irónico es que los textos en español tienen sus fallos, pero nada grave, nos las hemos visto peores.
Chronicles of the Wolf está planteado de forma muy escalable. Porque no es un metroidvania muy largo, 10-12 horas, incluso menos a tenor de algunos gameplays que he consultado. Lo que pasa es que hay cinco finales, desde la E a la A, alcanzándose algunos prematuramente y volviendo a escuchar a Robert Belgrade narrándolos. Y yendo sin presiones, disfrutando de lo que vamos desbloqueando, yendo y viniendo del exterior y el castillo, rebuscando secretos… la cosa se alargará más de forma gustosa. También hay un post-game que ya come más tiempo para quienes queden con hambre tras la gran aventura de Mateo.
Encima el viaje en el tiempo se completa porque mientras leéis esto ya están disponibles las ediciones físicas para PlayStation 5 y Nintendo Switch lanzadas por Meridiem Games. Hace veinte o veinticinco años hubiéramos pagado bien a gusto 60-70 euros por un juego así, y se agradece tanto el seguir teniéndolas en las tiendas, como el precio y sobre todo, que esta vez se han lanzado simultáneamente con todas las versiones digitales en todos los sistemas posibles, salvo Nintendo Switch 2. Pero la nueva máquina de Nintendo es retrocompatible en físico y digital con la anterior, poca excusa para no disfrutar de Chronicles of the Wolf tengas el cacharro que tengas en casa. Que incluso en el PC ese que tienes olvidado en casa desde hace años te puede funcionar el juego, ¡probad la demo a ver!