Este pasado mes ha sido de Hades y Silksong, y cuando vi la oportunidad de desconectar y analizar un Painkiller, no me lo pensé dos veces. Painkiller es sinónimo de acción desenfrenada, demonios por un tubo y un buen número de armas con las que acabar con las horas. Pero este Painkiller no es como los otros, así que acompañadme mientras os explico como la muerte sigue presente, pero el género ha cambiado.
Painkiller es un juego de acción en primera persona, pero por encima de todo, es un juego estilo Left 4 Dead o Vermintide. Olvidaos de los clásicos, ya que aquí lo importante es la colaboración con nuestros compañeros, la velocidad haciendo los objetivos y la calidad de nuestras armas. Han orientado Painkiller hacia un formato con mecánicas propias de los juegos como servicio -desbloqueos, progresión, cooperativo permanente- aunque no llega a definirse como uno al uso, y aunque esto no es malo per se, acompañadme a ver el resultado final.
Pero antes de nada, hablemos de la historia. En Painkiller, no es en absoluto importante. Algo nos cuenta de Azazel como enemigo, de Metatron como nuestro mecenas y alguna historia por el camino. Detener hordas de demonios es básicamente lo que haremos una y otra vez, sin parar. ¿Quién se acuerda de la historia de Doom? Prácticamente nadie, y tampoco es que necesitemos una excusa para acabar con decenas de diablos. Este tipo de género no se presta a seguir una historia, aunque siempre hay una de fondo.

De inicio tenemos nueve misiones diferentes, aunque vendrán en pack de tres y tendremos que ir jugándolas para desbloquearlas. Las primeras misiones se parecen demasiado unas a otras; he tenido que hacer el minijuego de rellenar unos bidones con sangre varias veces en cada misión. Esto no es diferente a lo que hacía Left 4 Dead con la gasolina, pero ese juego tiene ya más de diez años y no parece que el género haya avanzado mucho, al menos no en Painkiller. Creo que la variedad debería de estar más presente, y ser uno de los grandes alicientes del género.
Por otro lado, existe un modo roguelike llamado Ángel rebelde que nos permite ir avanzando por escenarios más pequeños mientras elegimos mejoras y armas de forma gratuita. Está bastante bien llevado a cabo y es divertido, además de ser una buena forma de probar diferentes armas y mejoras sin desbloquearlas en el juego normal.
Porque claro, en las primeras misiones tendremos acceso a dos armas -con pequeñas mejoras- y a los cuatro personajes, cada uno con alguna habilidad propia. Todo esto suena a lo típico: vamos jugando, conseguimos diferentes monedas del juego y las usamos para mejorar nuestra cuenta. El sistema de recompensas funciona bastante bien, es amable con el jugador, pero estoy seguro de que cuanto más se juegue más difícil será conseguir desbloquear cosas. En dos o tres partidas tendremos suficiente moneda como para comprar un arma nueva.

Los cuatro personajes son los siguientes: Ink, una mujer llena de tatuajes que hará que nuestra energía se recargue más rápido; Roch, un abuelete con mucho estilo que aguanta muy bien los golpes, aumentando su vida total; Void, una especie de ser humanoide sin cara con el que haremos más daño al disparar las armas y Sol, una sacerdotisa -de origen desconocido- con mucha munición para que los demonios se enteren de lo que ocurre. A lo largo del juego irán lanzando comentarios y hablarán de lo que pasa en la historia. Personalmente, no le he hecho mucho caso.
Un detalle que no me ha gustado es que el avance online y offline no son compartidos; me explico. Si desbloqueo armas o mejoras en el modo offline, ese avance no se verá reflejado en el online. Yo he hecho mis avances en el modo online, pero si no tenemos compañeros es una lotería la gente con la que te toca. De todas formas, es un juego completamente cooperativo, y si no hay gente tendremos que usar bots, ya sea en el offline o en el online.
Por otro lado, en algunas de las partidas he encontrado pequeños bugs, y alguno no tan pequeño. Por ejemplo, en una de las misiones que había que rellenar uno de los bidones con sangre, no aparecían enemigos. Por lo tanto, un compañero y yo tuvimos que estar esperando un largo rato a que fueran saliendo para cumplir la misión. Por lo demás, he visto un juego muy bien optimizado, con montones de enemigos en pantalla y que funciona realmente bien en un ordenador bastante modesto como es el mío.

Si hablamos un poco más del rendimiento, es inevitable hablar de los escenarios y personajes -enemigos y aliados-. Aunque el juego funciona bastante bien, sí que la variedad de escenarios no me ha entusiasmado. Al igual que las mecánicas, aunque cambien entre packs de tres escenarios, en las tres misiones de cada pack los entornos son a veces demasiado parecidos. Esto no quita que estén muy elaborados, además de que casan muy bien con todo el tema demoniaco que ofrece Painkiller.
En resumen, Painkiller es un buen juego servicio, aunque parece un poco falto de contenido ahora mismo. En general, todo tiene buena factura, pero le falta ese “algo” que lo haga diferente a otros juegos del género. Estoy seguro de que lo irán llenando de contenido y puliendo, pero lo que es ahora mismo, es muy divertido para jugar con amigos unas partidas. Si os gusta Left 4 Dead pero queréis algo con temática y gamberrismo más parecido a Doom, Painkiller os hará el favor.
						