¡Damas y caballeros, vuelve el mejor SETAVANIA de todos los tiempos! O como se pueda traducir ‘Mushroomvania’ a nuestro idioma sin transgredir demasiado el idioma. Sea como sea, la gran noticia es volver a tener un gran juego del género que más horas me está dando en los últimos años ¡Mejor aún! Lone Fungus: Melody of Spores es una secuela/precuela que no solo cumple con los ‘checks’ esperables de un juego que continua a otro, sino que hace un maravilloso rediseño jugable que no solo da valor a este nuevo juego, además dota también de valor a su juego pretérito.
Y ya si tenemos en cuenta que este tesorito ha salido en menos de tres años, hecho de nuevo por un único responsable, sin apoyo de ningún publisher, aún es más meritorio el tener un juego tan redondo y lleno de contenido. Encima, bonito y carismático.

Nuestro champiñón… o seta… ahora va bien armado
Hace unos dos años y medio, recibimos el primer Lone Fungus muy contentos. Sebastian Basti, único desarrollador incluso en las tareas de sonido y música, se lanzaba al yermo del desarrollo independiente con su compañía, Basti Games. Tras una campaña de kickstarter y paso por Early Access, se lanzaría un juego tremendamente sólido que combinaba metroidvania a las maneras de su santidad Hollow Knight, con plataformas rápidas y demandantes estilo Celeste, escalando muy bien la dificultad y progresión, totalmente preparado para el jugador medio -yo soy bastante manco, aún con mis décadas jugando a juegos 2D- y para el pro amante de los retos.
Pues poco después del año de lanzamiento del juego, pudimos disfrutar de un adelanto de este maravilloso Lone Fungus: Melody of Spores. Ubicada en la primera ‘mazmorra’ del juego, redefinía muchísimo el gameplay. Pasábamos de Hollow Knight a… ¡Castlevania IV! Meses después se lanzaría una nueva campaña de Kickstarter que, curiosamente, recibiría una cantidad similar al primer juego, más de 306k coronas suecas, superando de nuevo los objetivos básicos. Así, por menos de 28k euros, Sebastian ‘Basti’ Brkic nos vuelve a brindar un señor juegazo que abraza muy fuerte al anterior, y sabe ser igualmente propio, sin escatimar en guiños al género.

I understood that reference
Al pensar en un nuevo juego, quienes disfrutamos y adoramos Lone Fungus podíamos pensar en ambas direcciones a la hora de proponer una nueva historia. Pues viajamos hacia atrás, y es por ello que Basti no ha querido usar en ningún momento el nombre de Lone Fungus 2. Entonces, Lone Fungus: Melody of Spores nos propone viajar a aquel pasado que se nos insinuaba en el juego pretérito, más rico en vida, personajes, pueblos… pero amenazado por un mal inmenso. Como si del Campeón Eterno de Michael Moorcock fuera, volvemos a controlar a Greencap, un Greencap eones anterior al que luego intentará restaurar la gloria de la civilización fúngica en el juego previo, o posterior por línea temporal. Ambos tocados por la profecía y el destino, aquí incluso metemos a la familia Belmont en la forma de su icónico látigo.
Como había comentado, la jugabilidad de Lone Fungus se rediseña muy acertadamente, no por ningún problema previo, sino por lo bien que queda cambiar tanto un control y gameplay tan logrados en el anterior juego. Lo primero ¡Ya tenía yo ganas de volver a tener un manejo de látigo en 8 direcciones como en Super Castlevania IV! No es algo nuevo, el mundo del neo-retro que tanto se inspira en todo lo pretérito presentará decenas, sino cientos, de juegos 2D con látigo versátil. Como muestra este año, el también excelente Beyond the Ice Palace 2. Pero sí es cierto que por versatilidad, control, y sensaciones, mi memoria no me lleva a otro juego similar al debut de los Belmont en Super Nintendo, hasta la llegada de Lone Fungus: Melody of Spores.
También se rediseña el sistema de equipamiento, objetos y habilidades activas y pasivas. Ya no tenemos un parry de serie, aunque si podemos tener algo similar equipándonos objetos; la recarga de vida por puntos de magia está asociada a distintos objetos frente a venir también por defecto. Ahora tenemos un medidor de armadura, protector de daños serios, que nos hará mesarnos los cabellos cuando lo agotemos, especialmente contra los jefes. Será uno de los puntos básicos a manejar y gestionar.
Aunque si hay que hablar de cambios en el control y habilidades, entra en juego el nuevo pogo.

¡Vuelven los momentos de habilidad pura, llevados con un control excelente!
En Lone Fungus ‘rebotábamos’ a la usanza de Hollow Knight, golpeando hacia abajo contra enemigos y elementos especiales. Aquí golpear con el látigo hacia abajo es una excelente opción ofensiva, pero para rebotar, debemos usar un botón específico -por defecto, en la parte superior izquierda del pad-, o habilitar la opción de ‘abajo+salto’… que yo no recomiendo de primeras. Eso es porque hacemos el pogo en diagonal, además lanzados como una flecha. Seguro que a muchos les ha traído reminiscencias justamente a otra secuela, la de Hollow Knight, Silksong, que se cruza y solapa con este Lone Fungus: Melody of Spores. Francamente, más allá de comparar -el primer juego se prestaba perfectamente a ello sin problemas- hay espacio para ambos juegos. Y por eso darle un poco de vista a este hallazgo dentro del indie más indie es importante.
Pero volviendo al juego, el pogo será algo con diversas salidas, tanto a nivel de interacción y plataformeo, como en temas ofensivos. Cuando pateemos a un enemigo, sufrirá daños. Pero, más importante, reduciremos su coraza, de manera que al golpearle sufra más daños que con un golpe normal. Esa reducción de coraza se acumula durante tres golpes. También, enemigos que activan una coraza que hay que destruir a base de pogos antes de que puedan recibir daño.
El sistema claramente más RPG -no por nada Basti cita sin rubor a Castlevania: Aria of Sorrow como otra fuente para este juego- hará que todas estas explicaciones y manejos puedan moverse y retorcerse a golpe de objetos equipables y poderes obtenidos. Es que incluso podemos mejorar la eficacia del pogo dentro de los cinco parámetros mejorables que ofrece el juego. Lo haremos encontrando estrellas, no acumulando experiencia. Un puntazo genial para fomentar la maravillosa exploración que ofrece el juego.

El nuevo mapa vuelve a ser extenso. Y bastante Castlevania, desde luego
Algo que ya viene de antes, es la cantidad de caminos y desvíos que podemos encantar, como no también rompiendo paredes. Es decir, claro que llegaremos a nuevos lugares cuando vayamos adquiriendo nuevas habilidades, o por motivos argumentales. Pero ya casi desde el comienzo del juego podremos trascar a placer por los bosques iniciales. El legendario arte marcial del… Fung-Fu, nos dará el pogo, y terminar y explorar concienzudamente la misma primera mazmorra nos ofrece varias habilidades, frente a gotear una a una como acostumbra el género.
La exploración es enormemente gratificante, tanto por las recompensas obtenidas como por la simple diversión de hacerla. Porque lo mismo encontraremos zonas de habilidad pura opcionales -sí, vuelven las mariquitas y sus zonas de desafío-, como jefes optativos -algunos viejos conocidos del juego anterior también-, desafíos de distinto pelaje, cumplir misiones secundarias… También, pueblos y asentamientos, muchos personajes para conversar, secretos…

Todavía en inglés, la localización al español terminará llegando, tranquilidad
Todo ofrece mucho más de lo que aquí expongo, que hasta ‘familiars’ tenemos. Alegres compañeros que ofrecen diversas ayudas a medida que los incorporamos a nuestro viaje. El primero, o el que debería ser el primero -ya digo que el juego es bastante abierto-, os va a hacer mucha gracia él y la manera de juntarse con Greencap.
Solo pongo un ‘pero’. El sistema de inventarios y equipamientos es por elección ‘lateral’, frente a meter en cajas los objetos, subarmas, poderes, talismanes… que vamos adquiriendo. Vienen vibras del también maravilloso Zelda: Echoes of Wisdom del año pasado, pero afortunadamente no tan engorroso.
Si puedo hacer un resumen rápido, Lone Fungus: Melody of Spores vuelve a ofrecer una gran cantidad de contenido, con mucho acierto a la hora de plantearlo y colocarlo. Su mundo es mucho más rico y lleno de vida, con escenarios más vistosos, más elementos, flores, insectos, partículas, detalles móviles, planos de scroll… El pago por ello y lograr un trabajo tan rápido para un único desarrollador -reitero, también en la música, que vuelve a ser excelente y con personalidad propia- es reducir la resolución en el diseño artístico de sprites y escenarios, dado el trabajo tan enorme que supone el arte 2D en HD. Salimos ganando globalmente, o esa es mi querencia tras echarle buenas horas al juego.

Visualmente el juego gusta y sabe sorprender
¿Y cuantas horas? Voy a decir 20-30 para una experiencia óptima, 40-50 si exploramos y hacemos todo. Aunque mientras escribo esto, varios días después del lanzamiento del juego ya he visto un walkthrough de ¡Cinco horas! Lo más vital, una vez más compartido con el juego previo, es que cada cual se podrá plantear Lone Fungus: Melody of Spores como le de la gana. Incluso podemos poner todavía más dificultad yendo al local de una hechicera, si buscamos más reto y disfrutamos del también genial control.
Decía al principio que no solo tenemos calidad en este juego, sino que da al previo de más valor. Y es que el control y diseño jugable está lo bastante diferenciado en ambos títulos para que no podamos hablar de un juego superior a otro, sino de dos juegos maravillosos, que aguantarán el paso del tiempo sin ningún tipo de problemas. Aunque espero alguna corrección para navegar mejor por los inventarios.
Si optamos por darle un poquito más de nota a Lone Fungus: Melody of Spores es por meras cuestiones subjetivas. Está claro que su propuesta metroidvania es más madura, lleno de opciones y agradecidos añadidos de calidad de vida, además de su toque RPG. Quizás para el jugador ‘anciano’ pueda ser más fácil conectar con él, pero es algo que no se puede saber a priori. La realidad, que ambos Lone Fungus son dos juegos muy buenos y muy reivindicables ¡Esperamos con ilusión un tercero que quizás ya pueda llamarse Lone Fungus 2 de pleno derecho!
