¿Quien le iba a decir a una pequeña desarrolladora especializada en ports que iba a crear uno de los mejores juegos de la generación? Asobo studio es un pequeño estudio francés que se hizo medianamente conocido por portear juegos a Playstation 2, Wii o Nintendo DS, especialmente juegos basados en películas de Disney. Tuvieron también sus propias incursiones lanzándose al desarrollo de juegos originales, dejándonos obras como CT Special Forces: Nemesis Strike o FUEL, que si bien eran juegos buenos y entretenidos, tampoco es que llegasen a ser superventas. Ha sido en 2019 cuando el estudio ha desarrollado una de esas sorpresas inesperadas, A Plague Tale: Innocence.
Nos trasladamos hasta la Europa del siglo XIV, con Francia enfrascada en plena guerra de los cien años contra Inglaterra. Nuestra joven protagonista Amicia regresa de cacería con su padre cuando al llegar a casa hace aparición el ejército británico y comienza a masacrar a todos en busca de algo importante. Ese algo importante es Hugo, hermano pequeño de Amicia y portador de una extraña enfermedad que puede decidir el futuro del reino. Amicia y Hugo se ven obligados a emprender un viaje de huida y de conocimiento mutuo en el que descubrirán mucho más de lo que imaginaban.
Con este argumento de fondo, nos encontramos ante un juego enfocado fuertemente en la narrativa -que no walking simulator, ojo-, donde además tendremos un alto componente de sigilo y puzles a lo largo de toda la historia. No quiero compararlo con ningún otro juego porque sabemos que las comparaciones son odiosas, pero creo que la forma más rápida de comprender ante que tipo de juego estamos es definirlo como una especie de The Last Of Us medieval -salvando las distancias evidentemente-.
A lo largo de la trama veremos como se va forjando la relación entre Amicia y Hugo, pues a pesar de su parentesco familiar son dos perfectos desconocidos, debido a que la enfermedad de Hugo le ha obligado a permanecer aislado casi toda su vida sin tener contacto con el exterior. Lo cierto es que el argumento cada vez va a más y en pocos momentos decae, en una historia que en ocasiones coquetea con la fantasía pero nunca penetrando en ella directamente, manteniéndose siempre en un relativo realismo aunque a veces haya situaciones que escapan a toda comprensión.
Lo que más llama la atención sin duda es el impresionante apartado gráfico, increíble para un juego de presupuesto medianamente moderado. Nos deja ver entornos grandes y coloridos, aldeas y castillos con todo lujo de detalles y unos rostros realistas y expresivos que quitan el hipo, todo con un diseño artístico muy trabajado y original. Pero sin duda donde brilla con luz propia es en las cinemáticas, muy bien llevadas y con planos perfectamente elegidos que dejan estampas muy emotivas e impactantes. No diremos que es el juego con mejor apartado gráfico de la generación porque no es verdad, pero sin duda se coloca en puestos altos.
En el sonido también destaca, con unas buenas actuaciones de voz pero con un detalle que me ha chocado un poco, pues cuenta con doblaje inglés pero con cierto acento francés -tambien podremos elegir doblaje francés puro y duro si queremos-, decisión que no entiendo si ha sido intencionada o se puede deber a que los propios dobladores sean de origen galo y hayan querido doblar ellos mismos el juego a varios idiomas, en cualquier caso queda un poco extraño aunque nos acostumbraremos al poco tiempo. La banda sonora también apuesta por el realismo de la época y nos muestra composiciones de violín y contrabajo que saben acentuar los momentos de tensión y calma.
Ya entrando en la jugabilidad, a lo largo de una serie de episodios tendremos que conducir a Amicia y Hugo a traves de los diferentes escenarios para escapar de los soldados ingleses. Para ello, será vital cuidar de Hugo y conseguir que no sufra daño, guiándole y dándole ordenes a distancia para ir superando los diferentes obstáculos que nos vamos a encontrar. Lo sé, escoltar a personajes en videojuegos suele ser un bajonazo enorme y este juego se basa en ello de principio a fin, sin embargo en esta ocasión no se hace pesado para nada, pues la mayoría del tiempo llevaremos a Hugo agarrado de nuestra mano sin que el control se resienta para nada, de una forma muy natural y tan manejable como si nuestra protagonista fuese totalmente sola -cosa que también será posible, pues podremos decirle a Hugo que nos espere escondido mientras exploramos la zona-
Para superar a los enemigos contaremos con un par de herramientas básicas. La primera será el sigilo, que nos permite ocultarnos a través de la hierba o cajas para rodear a los guardias y evitar que nos vean, aunque la IA enemiga es muy mejorable y podremos pasar por el lado casi sin que noten nuestra presencia, o también podremos distraerlos si lanzamos piedras a alguna caja de armaduras -casualmente colocada de forma muy oportuna en cualquier nivel, puedes ir al centro del Sahara si quieres y habrá algo allí para distraer al guardia-. La otra herramienta es nuestra honda, con la que podremos lanzar piedras y diferentes tipos de munición a los soldados para acabar con ellos. A medida que vayamos avanzando, podremos mejorar nuestra honda e inventario con los objetos que iremos farmeando de mobiliario y cadáveres enemigos, siendo necesaria una mesa de trabajo que encontraremos habitualmente para poder realizar estas mejoras.
Pero los soldados ingleses no son nuestro enemigo numero 1 ni mucho menos, recordemos que estamos en la Francia medieval del siglo XIV, ¿y que otro importante suceso ocurrió durante ese periodo? exacto, la peste negra, la terrible enfermedad que acabó con miles de personas y le da título al juego. Las ratas serán nuestra principal amenaza, numerosas, peligrosas y organizadas. Es asombrosa la capacidad del juego para mostrar literalmente miles de ratas en pantalla simultáneamente, cada una movida de forma independiente -con pequeños trucos de desarrollador-, reaccionando a nuestras acciones y sin que se note ningún tipo de bajada de rendimiento.
El fuego será nuestro principal aliado para combatir a estos pequeños demonios, no solo para ahuyentarlos sino también para usarlos en beneficio propio. Dispondremos de varias herramientas para manipular el fuego, de manera que podremos abrirnos paso entre las ratas, dirigirlas hacia un lugar concreto o incluso apagar candiles enemigos para que los devoren en cuestión de segundos. Porque así son estos roedores sedientos de sangre, si ponemos un solo pie en su territorio estaremos muertos.
Podremos terminar esta aventura en unas 10 horas aproximadamente y desgraciadamente no dispone de «nueva partida+» ni modos de dificultad para elegir el reto que queramos afrontar, limitándose a una única dificultad impuesta e inamovible. No obstante, podremos volver a jugar los capítulos siempre que queramos en busca de los habituales coleccionables que se ocultan por ahí. En cualquier caso, una vez terminado no cuenta con muchos incentivos para rejugarlo más allá de volver a disfrutar de la historia.
Concluyendo ya, A Plague Tale: Innocence es un juego que no se puede dejar pasar. Asobo Studio ha parido uno de los mejores juegos del año y uno de esos grandes tapados de la generación. Es cierto que el desarrollo se puede hacer muy lineal y que las mecánicas de sigilo no son todo lo buenas que deberían, pero si sabéis ver más allá de eso os encontrareis con uno de esos juegos que marcan y son dificiles de olvidar.
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