Como jugador talludito y entrado en años, tengo a los videojuegos portátiles como algo vital y ya arraigado en mi forma de disfrutar de este medio. Desde hace prácticamente una década, los terminales móviles se van sofisticando en prestaciones, potencia y capacidad on-line. Pero yo siento un retroceso enorme en la forma de plantear los videojuegos de manera portable. Aces of Luftwaffe: Squadron me parecía un oasis muy apetecible y tenía verdaderas ganas de disfrutar con él y volver a disfrutar de un estilo de juego que, teóricamente por su inmediatez y sencillez de control, deberían ser perfectos para llevar en el teléfono móvil. No ha sido así.

Lo cierto es que este juego tiene un recorrido largo, que Aces of the Luftwaffe empieza nada menos que en 2009 en blackberry, y se va moviendo con el paso del tiempo a más SO y terminales. De hecho, hay versiones para consolas mayores, PS4, One y Switch. Lo que pasa es que este juego, con la coletilla ‘Squadron’, realmente es un port de las versiones mayores, cuando la tónica suele ser la contraria. Quizás de ahí vengan sus problemas, de no usar su herencia de terminales móviles sino de ser una conversión de sistemas mayores.

A grosso modo, tenemos un juego de la vieja guardia en forma de matamarcianos o shoot’em up vertical…aunque se presente con la pantalla en formato horizontal, herencia directa sin adaptar. Aquí ya empezamos con el pie cruzado, pero todo es subsanable con el diseño adecuado, y no es el caso. El juego se rodea de una serie de elementos que buscan enriquecerlo y dotarlo de mayor profundidad y empaque jugable, que yo creo que no hacen falta, pero bueno.

Hay un modo historia, hay dos campañas -aliados y alemanes-, hay diálogos hablados, hay rejugabilidad en forma de consecución de objetivos y vuelta a los niveles completados para acumular experiencia. Hay diferentes pilotos con diferentes capacidades que mejoran con esa experiencia, con su personalidad y papeles en ambas campañas. Hay fases con mecánicas especiales para que no sea todo disparar…Hay contenido, si, y parece que responde a ofrecer un amplio envolvente al lanzamiento de juegos actuales con mecánicas muy clásicas, como si fuesen a quedar cojos sin esos añadidos, estériles en su mayoría. Como aquí sucede, y ya sucedía en sus versiones mayores.

Los errores de diseño empiezan por esa disposición en vertical para un juego de scroll horizontal, aunque hay visibilidad adecuada y anticipación, o la habría si no funcionase todo como el rosario de la aurora. Lo primero, y apelo al fan de cualquier edad que pueda conocer mínimamente el género: ¿En cuantos shoot’em ups habéis visto que a los mismos masillas iniciales les cueste caer ante una andanada continua de disparos? Os juro que yo no recuerdo ninguno. Y las cosas siguen empeorando al tener una formación de cuatro pilotos -tres acompañantes y el principal-, extendiendo la hit-box de una manera ridícula. Bien es cierto que lo principal es mantener al central, pero perder a nuestros aliados pasa factura con menos opciones, fuego aliado, y perder hasta medallas y objetivos para seguir mejorando. Pasa que en sistemas mayores, hay opción de cuatro jugadores simultáneos para manejar a los otros pilotos, que fastidiaba al lobo solitario. Aquí, ni eso.

Sobre los objetivos y eventos especiales, es que la cosa es un no parar ¿Como se le ocurre a alguien poner niveles donde hay que realizar labores de SIGILO, EN UN MALDITO MATAMARCIANOS? Y los eventos de piloto también se las traen: que si no moverse mucho durante la fase porque el piloto está malito, que si recopilar items que ayuden a vencer el miedo de nuestro as del aire…Es que todo redunda en contra de lo que es la misma esencia del género al que pertenece.

Pero podría perdonar y aceptar cosas, aunque reflejarlas igualmente en la valoración. Lo que DESTROZA a este juego es el puñetero pilar básico de todo juego arcade: el control tan deficiente, lento e ineficaz que tiene. Si ya usar un control táctil es sinónimo de cierto lag o confusiones ante la pulsación de la pantalla, aquí eso parece acentuarse, en un título que es un semi-bullet hell.Y si sumamos el slow-down al global, vamos agarrando los kleenex.

De verdad, desastroso, que incluso pasarse las fases esquivando más que matando es complicado. He intentado usar los mandos de PS4 y One para intentar mejorar esto, avanzar en el juego y ofrecer unas impresiones más suaves y con más matices. Objetivo fallido, que estos mandos funcionan para moverse en los menús pero no durante el juego.

Ah, todo es triste. Dos campañas diferentes, con veinticinco fases cada una. Claro, se repiten esquemas, sprites, escenarios…Pero en un juego que salva partidas, tener tantos niveles siempre hace bien. Y la sana idea de meter tecnología imposible y aeronaves de diseño locuelo en 1946 es otro añadido, si no original, sí estimulante. Pero todo cae como nuestros pilotos ante una gripe, o ante uno de nuestros escoltas que le da por volverse loco y atacarnos, o un puñetero vehículo random que aguanta mas balas que un jefe del Super Aleste.

Ojalá hubiera sido otro 1942 y sus seguidores espirituales, hacen falta juegos así en móviles. Son solo ocho euros, en las tiendas de Google y Apple, pero se me antojan muy caros.

 


Este análisis se ha realizado con un código cedido por Dead Good Media