Me alegra mucho notar que la distribuidora Ratalaika Games se está poniendo las pilas con la calidad de sus títulos, pero sin dejar de lado sus señas de identidad: juegos a un precio muy barato, de bajo coste y que se pueden completar en apenas un par de horas. Normalmente estos juegos suelen ser de bajo nivel y no muy elaborados, pero recientemente están cogiendo la sana costumbre de distribuir títulos con algo más de contenido y elaboración, como ya vimos aquí el caso de los dos Distraint o incluso un RPG de mundo abierto inspirado en Skyrim. Ahora nos llega otro título que no deja indiferente a nadie como es Anodyne 2: Return to Dust, desarrollado por el estudio Analgesic Productions.

En este título, viajaremos a un mundo llamado Theland, hogar de unas hadas que un día deciden «crear» a Nova, una joven muy especial con el poder de reducir su cuerpo de tamaño. El nacimiento de Nova responde a la petición del gran cristal de reclamar a una heroína que libere a su mundo de la gran plaga que está sufriendo: unas nanopartículas de polvo malignas capaces de introducirse en el cuerpo de la gente y hacer que cambien totalmente su actitud hacia la maldad y la tristeza. Nova debe encargarse de introducirse en los cuerpos de los habitantes para hacerlos volver a la normalidad.

Anodyne 2: Return to Dust es la secuela de un juego llamado Anodyne que salió a la venta en 2013 y nos proponía una especie de «Zelda 2D» en el que teníamos que explorar un mundo lleno de peligros y mazmorras. En esta nueva entrega, nada o poco queda de ese primer Anodyne, pues su secuela ofrece un cambio absolutamente radical tanto a nivel argumental como en sus mecánicas jugables, hasta tal punto que ambos juegos solamente tienen en común el compartir el mismo universo.

En este caso, el título pasa a ser un juego de plataformas y exploración 3D de mundo abierto que en lo personal me ha recordado en ocasiones a la clásica subsaga Mega Man Legends. Pero no nos llevemos a equívocos, a pesar del cierto parecido con la saga de Capcom, no estamos ante un shooter en tercera persona ni exploración de mazmorras, de hecho quizás ni siquiera se podría calificar de plataformas. Lo sé, no os estáis enterando de nada, no os preocupéis, no es sencillo de explicar pero lo entenderéis pronto.

Realmente la jugabilidad 3D no representa el núcleo jugable principal, más bien sirve al propósito de convertirse en nexo de unión desde el que acceder a las diferentes misiones y niveles del juego. A través de este vasto mundo poligonal que incluso podremos recorrer en vehículo -literalmente nuestro personaje podrá transformarse en coche-, encontraremos a los diferentes NPC con los que podremos hablar, algunos nos ofrecerán información y detalles sobre el mundo en el que estamos, mientras que otros nos ofrecerán misiones secundarias. Pero aquí los NPC realmente importantes son los propios infectados por las nanopartículas, que son los que tendremos que atender para avanzar en el juego.

Una vez hablemos con estos infectados y superemos un pequeño minijuego QTE para acceder a su cuerpo, la jugabilidad vuelve a cambiar y pasamos a un RPG 2D de vista aérea en estilo pixel que viene directamente heredada del primer Anodyne. En estas secciones el juego se inspira más en títulos como Zelda: Link’s Awakening o A link to the past y tendremos una suerte de mazmorras que superar hasta llegar al final de las mismas para enfrentarnos al boss del lugar. Estas mazmorras son muy parecidas a las de los títulos de Nintendo, pues tendremos que ir avanzando a través de estancias conectadas entre sí al tiempo que resolvemos acertijos y puzles para desbloquear puertas y caminos.

En estas mazmorras 2D encontraremos enemigos que, al derrotarlos, nos obsequiarán con unos cristales acumulables que posteriormente podremos utilizar para llenar un depósito en el mundo tridimensional cuyo cometido es desbloquear nuevas zonas y avanzar en la historia. La capacidad de este depósito estará limitada en un principio, siendo necesario reunir cartas de personajes que recibiremos por cada mazmorra completada para aumentar su capacidad, con cada cuatro cartas podremos aumentar el depósito un nivel más. Por supuesto, cuanto mayor sea el nivel del depósito, más cristales requerirá para ser llenado y por lo tanto, más tiempo tendremos que pasarnos farmeando para conseguirlos, aunque no es una tarea pesada ya que se consiguen rápidamente.

Con todo lo bien que suena todo lo comentado hasta ahora, en realidad el título puede llegar a hacerse monótono y repetitivo por su estructura. El jugador se queda con ganas de pasar más tiempo en el mundo tridimensional que en las mazmorras 2D, cosa que no ocurre ya que, como comentamos anteriormente, el único propósito del mapa tridimensional es encontrar a los NPC desde los que acceder a dichas mazmorras, se echa de menos algo más de exploración y secretos en el mundo poligonal para poder sacarle partido. Hay que decir, eso sí, que las mazmorras son bastante buenas, muy variadas entre ellas tanto en lo jugable como en lo visual, de manera que ayuda a paliar en gran medida esa sensación de repetitividad.

Entrando ya en el apartado visual, estamos sin duda ante uno de los mejores aspectos del juego, si no el mejor. El apartado gráfico ha sido inspirado a propósito y recuerda mucho a aquellos viejos títulos de PSX y Nintendo 64, con unas texturas pixeladas y elementos con pocos polígonos que nos retrotraen directamente a la década de los 90 y nos hacen sentir que estamos jugando a un título clásico, pero a su vez incluyendo mejoras técnicas y un control más propio de los juegos actuales, logrando un conjunto increíble con lo mejor de ambos mundos. Mayor atractivo tiene el diseño artístico, mostrando un auténtico derroche de imaginación en los diseños tanto de los personajes como del mapeado, ofreciendo una visión surrealista y onírica muy lograda que acentúa la sensación de estar en un mundo mágico o dentro del subconsciente de alguien.

En resumen, Anodyne 2 es un curioso juego muy elaborado que nos lleva de vuelta a la era de los 32 bits y lo hace de una forma muy interesante, con una jugabilidad inspirada en títulos clásicos y con un derroche de imaginación desbordante. Analgesic Production ha sabido reinventar totalmente su juego original, ofreciendo una vuelta de tuerca que lo convierte en un «más y mejor» de manual. Con más de 10 horas de juego por delante a un precio irrisorio, este título se convierte en una compra muy recomendable.

 


Este análisis ha sido realizado en Playstation 4 mediante una copia cedida por Ratalaika Games