No es ningún secreto que el género de los simuladores de tenis está un poco de capa caída estos años. Lejos han quedado esos tiempos donde sagas como Virtua Tennis o Top Spin no faltaban en las consolas de los amantes y no amantes de este deporte para echarse alguna que otra partida. En esta generación, el tenis ha quedado prácticamente relegado a juegos con un marcado corte infantil o a la realidad virtual, no hemos tenido un gran referente en cuanto a juegos de simulación pura y dura, pero AO Tennis 2 de la desarrolladora Big Ant viene a intentar suplir este vacío.
AO Tennis 2 es la secuela de AO International Tennis, un juego de 2018 que no era tan bueno como parecía, pues contaba con gran multitud de fallos tanto en lo jugable como en lo técnico que le pasó factura en la opinión general. Esta segunda entrega llega exactamente dos años después que el anterior y trata de enmendar sus errores, ¿lo habrá conseguido? vamos a descubrirlo.
Lo primero, primerísimo que nos vamos a encontrar no va a ser ni la pantalla de título ni ningún video introductorio, va a ser simplemente un rostro. Sí, un rostro, tal como lo cuento, el rostro de uno de los tenistas seleccionables al azar que van apareciendo cada vez que ejecutemos el juego. Este rostro lo podemos girar y controlar con el stick derecho para poder verlo desde todos los ángulos. ¿Y qué sentido tiene esto? ¿Cuál es el motivo de que lo primero que se nos muestre sea un jugador poligonal? ¿quizás añoranza por el comienzo de Super Mario 64? nunca lo sabremos, pero nos parece una decisión un tanto extraña.
Ya que sale a relucir el tema de los jugadores seleccionables, hablemos de la plantilla. Contamos con más de una veintena de jugadores reales tanto masculinos como femeninos con los que podremos jugar, incluyendo por supuesto a jugadores famosos como Nadal, Monfils, Cillik, Verdasco, Pliskova o Kerber. Misteriosamente, hay un montón de ausencias sonadas, pues no encontramos por ninguna parte a jugadores míticos como Federer, Djokovic, Sharapova o las hermanas Williams, decisión extraña cuando algunos de estos sí que estaban en la primera entrega. También podremos seleccionar a cualquiera de los cientos de jugadores del ranking ATP, sin embargo estos jugadores son totalmente inventados y creados de manera randomizada – o al menos yo no tengo constancia de la existencia de ningún jugador español llamado Brutus Vega-.
Dejando a un lado el cuestionable parecido de los modelados 3D con sus equivalentes de carne y hueso, el apartado gráfico en general deja bastante que desear. Lo cierto es que podría pasar perfectamente por un juego de la pasada generación, con un apartado visual que no sorprende para nada y aun así llega a tener algunas bajadas de frames en momentos puntuales. Hay que agradecer, eso sí, las físicas de los golpes y de la pelota, que están bastante logradas a pesar de no ser de las más realistas que hemos visto en un juego de tenis.
Metiéndonos ya de lleno en el apartado jugable, nos vamos a encontrar con una buena cantidad de modos de juego para todos los gustos. Contamos con el modo Australian Open, con el que podremos jugar a esta competición- la única competición del juego que cuenta con licencia oficial- seleccionando los jugadores que van a participar en ella y según las reglas y el formato del mismo. Otros modos de juego que podremos disfrutar serán partida rápida para poder empezar a jugar directamente haciendo unos pocos ajustes, modo competición para montarnos nuestra propia torneo, un entrenamiento con varias pruebas divertidas y originales que recuerdan mucho a las de Virtua Tennis y por supuesto el multijugador online. A modo de extra tenemos los tutoriales para poder hacernos a los controles y el modo academia, con el que tendremos un extenso editor tanto de personajes como de estadios y torneos que podremos subir a la nube para que otros usuarios puedan disfrutar y descargar nuestras creaciones y viceversa.
Pero sin duda el modo de juego estrella es el modo carrera: en esta vertiente, nuestra tarea será crear a un jugador propio -o escoger uno de los jugadores reales- y llevarlo desde lo más bajo hasta la cima de su carrera. Este modo de juego ya se encontraba en la anterior entrega, pero en esta ocasión ha sido potenciado gracias a escenas cinemáticas y mayor variedad de opciones que le dan más dinamismo. Nuestro personaje tendrá que ir evolucionando y aumentando sus parámetros según vaya jugando partidos y entrenando, para ello podremos organizar la planificación de toda la semana para tener en cuenta aspectos como el cansancio o el estado físico. Otra de las novedades que se han añadido es el factor «opinión pública», con el cual nuestro comportamiento dentro y fuera de la pista afecta de manera directa a la opinión que la gente tiene sobre nosotros e influye directamente en los patrocinadores; acciones como felicitar al rival tras ganar un partido o las respuestas dadas en ruedas de prensa nos pueden beneficiar o perjudicar en este aspecto.
A la hora de jugar los partidos, nos vamos a dar cuenta de que el manejo de nuestro jugador no va a ser sencillo. Tendremos que tener en cuenta no solo la potencia del golpe, sino también la dirección del mismo, ya que al pulsar cualquiera de los botones aparecerá un cursor que podremos mover para saber dónde irá a parar la pelota, siendo muy fácil salirse de los límites de la pista y regalarle la victoria a nuestro rival -excepto en la dificultad más baja que no permite salirse de los límites-. Realmente es muy complicado estar pendiente de ambas cosas y adaptarnos a este tipo de control nos va a llevar varias horas, pero a la larga veremos que es un sistema bastante completo.
Por otra parte, el propio movimiento del jugador deja bastante que desear, pues no podremos movernos libremente por la pista, o al menos no con tanta libertad como querríamos. Es un movimiento muy encorsetado que no permite giros rápidos ni llegar a todas las bolas, por lo que nuestro jugador solo golpeará la pelota o correrá a buscarla si el sistema cree que tenemos posibilidades de devolverla, en caso contrario la mitad de las veces nuestro jugador se quedará anclado en el suelo como un poste. No faltan por supuesto los bugs y fallos de diversos tipos, yo mismo he podido comprobar como un jugador directamente se «teletransportaba» al otro extremo de la pista para devolver una bola imposible o directamente se negaba a golpear una pelota que pasaba literalmente por su lado por más que pulsaba el botón.
En definitiva, AO Tennis 2 no es el mejor simulador de tenis que existe, pero para bien o para mal es una de las escasas opciones para elegir en el catálogo de la actual generación junto a Tennis World Tour. Es cierto que se han añadido y mejorado elementos respecto a la primera entrega, pero se sigue quedando lejos de ser ese gran juego de tenis que nos merecemos. De todas maneras, estamos ante un juego con mucho contenido que los fanáticos de este deporte disfrutarán si se le perdonan sus imperfecciones.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Bigben Interactive