Astrea: Six-Sided Oracles, un nombre con el que se te llena la boca. Y no debería ser para menos. Un juego de creación de mazos, aunque en este caso se trata de dados, y roguelike de la mejor calidad. La aleatoriedad es una constante en Astrea, eso os lo podéis imaginar. Pero es difícil encontrar un juego con tanta variedad de estilos de juego, de posibles jugadas y de complejidad en lo que ofrece.

Astrea: Six-Sided Oracles es un juego muy aleatorio, mucho más que los juegos a los que imita. Y es que el hecho de que además de “robar” los dados, cada uno de ellos tenga seis dados disponibles hace que ese azar se vea multiplicado exponencialmente. Una vez explicado esto, procederé al análisis, pero es importante apuntarlo ya que estoy seguro de que puede echar para atrás a más de un jugador. Obviamente hay formas de controlar ese azar, pero no será lo más fácil. 

Pero las peculiaridades de Astrea: Six-Sided Oracles, no terminan en el uso de dados. El sistema de daño es también distinto, y está muy elaborado. Usaremos Purificación y Corrupción como curación y daño respectivamente sobre nosotros, pero en los enemigos será justo al contrario. Tendremos que dividir bien nuestros dados para curarnos y hacer daño al enemigo. A veces será necesario hacernos daño para activar Virtudes, otra de las mecánicas del juego.

Nuestra vida consta de siete daños, y tendremos que jugar constantemente para activar las susodichas Virtudes, poderes que irán desde repetir dados a hacer daño, pasando por activar habilidades propias de cada uno de los personajes. Porque hay seis personajes distintos, cada uno con su estilo de jugar, y lo más importante, con dados propios

Uno de los personajes se nutre de los críticos para hacer daño, otro usa orbes que funcionan de forma extraña, otro acumula daño en los enemigos para pasárselo a los demás una vez destruido. Las posibilidades son monstruosas, y cada uno de los personajes tiene más de un estilo de juego. Y en este campo aparece mi más sonora crítica; hay veces que es imposible seguir el ritmo de lo que está pasando. Algunos personajes son bastante complicados de manejar correctamente, y el hecho de que el juego use dados y no cartas complica aún más la cosa.

En una carta puedes mostrar fácilmente lo que hace, incluso si es complicado, pero un dado tiene seis caras, y Astrea: Six-Sided Oracles despliega muchos dados cuyas caras hacen cosas completamente distintas. En las primeras partidas -y siempre que manejemos un personaje nuevo- tendremos un caos bastante grande y nos detendremos cada dos por tres para ver qué es lo que hace el símbolo que tenemos ante nosotros. Siendo un juego tan complicado creo que debería tener una forma mejor de mostrar las habilidades, pero sinceramente no se me ocurre ninguna. 

Además de nuestro personaje, tendremos unos Centinelas de lo más amable, que nos ayudarán en nuestra tarea. Podremos comprarlos o cogerlos como recompensa, y podremos mejorarlos durante las partidas. Cada uno de ellos tira un dado como acción, al igual que los enemigos. Sin embargo, los enemigos tienen una habilidad que los Centinelas no poseen, la Sobrecorrupción. Como ya he dicho, podemos echarnos Purificación a nosotros mismos y Corrupción a los enemigos; cuando hacemos lo segundo, esta barra se carga y el enemigo hará habilidades extra en el momento, aunque sea mitad de nuestro turno. Hay que tener mucho cuidado.

En términos de partidas y avance del personaje, se trata de un juego bastante clásico. Tendremos varios caminos para elegir, algún evento aleatorio, una moneda para comprar dados nuevos -de tres tipos de riesgo distinto- y alguna que otra tienda más. Lo suficiente para tener la sensación de que el personaje progresa. También tendremos Bendiciones, los típicos «trinkets» que nos dan ventajas; los hay de dos tipos también, unos más arriesgados que otros pero con mayores recompensas, y muchos propios de cada personaje. En Astrea apostar todo al dado correcto suele ser lo normal, pero hay maneras de controlar esa aleatoriedad.

En mis análisis suelo hablar de la historia del juego al comienzo del mismo, pero en este caso me ha parecido tan poco importante que prácticamente no se me ha ocurrido hablar de ello hasta ahora. A pesar de que el juego ofrece cierta profundidad argumental en forma de personajes y algún video inicial y final, no es nada que destaque.


Lo que sí que destaca, por otra parte, es su apartado gráfico. En las imágenes vais a poder ver lo bonito que es Astrea: Six-Sided Oracles. Los tonos azules para exhibir la Purificación y el rojo para la Corrupción. Unos diseños de personajes preciosos con un estilo muy particular. Las animaciones son simples pero funcionan y el diseño de dados y símbolos en los mismos está también a un nivel muy alto. La música cumple, aunque falta variedad en un juego al que se va a dedicar muchas horas.

En conclusión, Astrea: Six-Sided Oracles es uno de esos títulos que si te gusta el género tienes que jugar. No quiero hacer comparaciones, pero está ahí arriba con los grandes, y estoy seguro de que a más de uno os encandilará. Solamente hace falta un poco de paciencia con los dados, ya que añaden mucha más aleatoriedad y complejidad al resultado final. Una vez superado ese peldaño, solo se puede disfrutar.