El test del paso del tiempo creo que es el mejor indicador posible para saber si un juego es realmente bueno. Existen numerosos ejemplos de juegos que en su momento fueron absolutos éxitos de crítica y ventas, pero que con los años no consiguen alcanzar a pertenecer a esa añada de juegos legendarios que siguen pareciendo actuales aún teniendo unos cuantos años a sus espaldas.

En el caso de BADLAND: Game of the Year Edition, desafortunadamente no podría decir que haya alcanzado llegar a ese selecto grupo de leyendas, a pesar de que en su momento el juego sí fue un éxito tanto en ventas como en crítica. Tras su lanzamiento original en el ya lejano 2013 en dispositivos móviles, el equipo de Frogmind se propuso llevarlo a consolas de sobremesa, desembarcando así en PC, MAC, WiiU, PlayStation 3, PlayStation 4, PlayStation Vita y Xbox ONE dos años más tarde. Ahora ya bien entrado en 2021, el juego llega a Nintendo Switch a través de la eShop, y a precio reducido.

Nos encontramos ante un port directo de las versiones que ya recibieron las consolas de sobremesa en su momento, por lo que todo se ha mantenido intacto, tanto para bien como para mal. De este modo, BADLAND sigue siendo el mismo juego de avance lateral automático que salió al mercado hace ya casi una década. Con todas sus virtudes y defectos intactos.

Mientras que hace diez años este tipo de juegos se encontraban en pleno boom gracias al auge de los juegos en dispositivos móviles, encuentro que a día de hoy este planteamiento ya se encuentra bastante desfasado y superado. Y claro, siendo un juego que nació y se ideó fundamentalmente para un iPad, se nota a la legua que todo el flujo del gameplay se giraba alrededor de los controles táctiles de la pantalla del dispositivo de Apple. Este es sin duda el principal motivo por el cual creo que el juego no ha envejecido precisamente bien.

Aun así, BADLAND es perfectamente jugable con un gamepad y su control funciona correctamente. Apenas utilizaremos el joystick y el botón A para manejar a esa criatura con forma de bola negra que veremos en pantalla mientras recogemos algunos power-ups y vamos evitando todas las trampas que se nos presenten. Sorprende que teniendo Nintendo Switch una pantalla táctil -como WiiU en su momento- y viniendo de un juego pensado para este tipo de pantallas, no implementasen en su momento ni ahora un control táctil.

Por otro lado, el apartado visual es sin duda lo mejor que nos ofrece el juego. Aunque toda la acción se ve teñida de color negro, es en cada uno de los fondos de cada escenario donde el juego luce. El contraste entre negro y color funciona realmente bien -como ya se había visto anteriormente en juegos como Donkey Kong Country Returns de Wii-, a la vez que por el esquema de color elegido, dota al juego de su propia personalidad.

Hay un detalle acerca de este BADLAND que me parece inexplicable, y es que el hecho de que el juego no se encuentre traducido al castellano a pesar de que tiene muy poquitas cosas a traducir. Más aún teniendo en cuenta que sí dispone entre sus idiomas de italiano y portugués, por ejemplo. Un detalle que al menos se ve compensado por el precio al que se ha puesto a la venta, apenas 6€. Tampoco es que una traducción fuese indispensable para comprender de qué va la vaina, aunque solo por ser un juego con casi una década a sus espaldas hubiera sido un buen detalle por parte de sus desarrolladores.

También juega a su favor la duración que nos ofrece el juego, que se ve aumentada por las opciones multijugador -un modo versus y otro cooperativo-, aunque estas queden limitadas a modo local. No tenemos, por tanto, multijugador online.

Por tanto, no creo que este BADLAND: Game of the Year Edition sea un mal juego, pero sí que se encuentra desfasado respecto a los estándares actuales. Creo que el mayor punto fuerte que nos ofrece es sin duda su precio reducido y su apartado visual y que, a pesar de todo, es un juego entretenido y con una duración razonablemente alta como para darle un tiento si quieres gastarte un puñado de euros y no sabes en qué.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por QubicGames