Platinum Games es una de las desarrolladoras japonesas más jóvenes de la industria pero que aún así gozan de uno de los mayores niveles de repercusión del medio. Nacidos en 2006 de una serie de empleados descontentos de Capcom, en concreto el llamado Clover Studio, y liderados por Hideki Kamiya y Shinji Mikami, junto al productor Atsushi Inaba, no han parado de lanzar propuestas interesantes desde entonces. Si bien su presentación fue con Madworld, su puesta de largo llegó en 2009 cuando Hideki Kamiya lanzaba su secuela espiritual de su bebé original en Capcom, con Bayonetta, considerado a día de hoy uno de los mejores representantes del género que iniciase dicho bebé, Devil May Cry. Un año más tarde, Mikami por fin haría lo propio, con otro juego cargado de adrenalina, acero, y pura acción a los mandos, al desarrollar Vanquish, un third person shooter único que, al igual que la bruja, sigue siendo un estandarte en su género hoy, diez años después. Y son estos diez años los que conmemoran este lanzamiento, la llegada de ambos títulos a Playstation 4 y Xbox One tras su paso por la pasada generación y el PC, con Bayonetta & Vanquish 10th Anniversary Bundle.

Toda la razón, Rodin, toda la razón.

Llévame a la luna.

Lo primero que vamos a revisar es a nuestra querida bruja, Bayonetta. La bruja de Umbra que, amnésica perdida, lleva 20 años vagando por el mundo matando ángeles y demás siervos de Paraíso, tratando de recordar quien era antes de aparecer en un misterioso lago. Si bien la historia nunca ha sido el eje de este juego, he de decir que con los años le he cogido más cariño a la misma -en parte gracias a la fantástica segunda parte, que le otorga una lectura adicional a todo lo que ocurre en el juego original- y creo que, si bien una parte al final de la misma entra en esa sobrecomplicación que a veces manejan los guionistas japoneses, cumple de sobra en todos los puntos necesarios para que el jugador se vea implicado. ¿Una protagonista interesante? Hecho. ¿Un entorno atractivo? Hecho. ¿Un rival a la altura con un motivo para encararnos? Hecho. ¿Enemigos a los que apetece dar de golpes? Hecho.

Nuestra bruja favorita tiene una de las presentaciones más memorables de la generación pasada.

Jugablemente, sigue siendo uno de los mejores juegos del género sin discusión. Su esquema de llevar armas tanto en las manos como en los pies, permitiendo jugar con las configuraciones para hacer combos de distinta índole, sigue resultando fresquísimo y ante todo, único. El manejo de las acrobacias, la posibilidad de generar ese tiempo brujo con la esquiva ajustada, la elevada dificultad según avanza el juego… A día de hoy, la única pega -que ya la secuela redujo en gran medida- es la presencia de algunos Quick Time Events que no terminan de encajar en la filosofía del resto del juego donde la ejecución libre toma las riendas, y que si se fallan te pueden mandar a la basura la valoración de todo el nivel.

La remasterización en sí misma es impecable. Jugando en una Playstation 4 Slim, el juego va a 1080p y a 60 frames por segundo perfectos. No hay mucho más que pueda decir de esta conversión, simplemente mejora las versiones originales en estabilidad y definición, así como supera el port de Switch -aunque éste siga teniendo los trajes exclusivos-, y ofrece lo que una remasterización de un juego de la pasada generación debería ofrecer en ésta, cumpliendo a rajatabla esas condiciones de resolución y tasa de imágenes por segundo.

Bayonetta sigue siendo parte del panteón de mejores juegos de su género. Junto a su secuela, Devil May Cry 3 y 5, y los Ninja Gaiden Black y 2, muy por encima de cualquier otro juego que se os pueda ocurrir.

Cuando Iron Man prefiere pegar tiros.

Y ahora le toca a Vanquish. Siguiendo un mismo esquema, aquí también empezaremos por la historia. Aquí nos encontramos con una macarrada, un juego que bebe de las películas de acción de los 80, socarronas, con protagonistas chulos y maleducados, con secundarios que son «TIPOS DUROS», y con villanos tan cliché como los rusos. Sí, Vanquish es todo eso, y de nuevo, no es más que una herramienta servicial para poder tener a un tipo con un traje de tecnología avanzada pegando tiros a diestro y siniestro en una estación espacial. No va a ser memorable de ninguna forma, en este sentido es un juego que ha envejecido regular, pero aún así, lo que importa aquí es lo que Mikami nos ofrece a los mandos dentro y fuera de la historia.

Vanquish es uno de los juegos con más acción por milímetro recorrido que existen.

Manejamos a Sam, un tipo enfundado en un traje que cuesta miles de millones de dólares, que básicamente le ofrece una ventaja abrumadora en combate, a base de acceso a maniobras con una agilidad tremenda –propulsarse por el suelo a gran velocidad, rebotar contra los enemigos, dar volteretas con un traje que pesa docenas de kilogramos-, junto a un tiempo bala que activamos a voluntad y que nos permite hacer locuras como disparar a granadas y cohetes al vuelo para que exploten donde queramos, esquivar ráfagas de balas que convertirían un muro de acero en una red de pesca, o simplemente ponernos a cubierto enseguida cuando hemos recibido demasiado daño.

Estas habilidades no son gratuitas, pues vienen reguladas por una especie de indicador de energía que, al agotarse, pone el traje en estado de sobrecalentamiento, un periodo en el que no podremos hacer nada extraordinario y únicamente podremos cubrirnos y disparar como si fuera un TPS estándar.

Si nos dedicamos a cubrirnos y agazaparnos, el juego pierde la gracia. Aunque a 1080p, los escenarios son más bonitos que antes.

El diseño de misiones es una delicia para explotar todo lo que ofrece nuestro traje y convertir los tiroteos en una auténtica danza. Y aquí es donde puede haber la primera discrepancia entre jugadores. Si juegas simplemente para acabarlo, abusando de coberturas, y en definitiva jugando como si fuera un Gears of War, te vas a encontrar un juego corto y regulero. Sin embargo, el juego ofrece unas mecánicas que permiten jugar con la imaginación, dar rienda suelta a nuestra destreza a los mandos para tratar de que los tiroteos sean vistosos y todo lo divertidos que queramos, y es aquí, con esta mentalidad, donde nos vamos a encontrar una obra maestra, en la que nos interesará repetir el juego las veces que haga falta para dominar todo el sistema y hacer auténticas virguerías.

Además, el juego cuenta con un sistema de desafíos que, simplemente, no son aptos para todos y que de verdad requieren que te enfundes el traje de Sam y que tus reflejos sean de semidios.

A nivel técnico, al igual que Bayonetta, el juego cumple con lo que se pide a una remasterización en esta generación. 1080p y 60 imágenes por segundo. Aquí es más espectacular pues las versiones de Playstation 3 y Xbox 360 no corrían a 60, sino a 30, por lo que ha tenido que darse un trabajo mayor, y sí que se nota una diferencia más grande que la que hay entre los distintos ports de Bayonetta.

Todo está muy tranquilo… Preparaos.

Conclusión

Este recopilatorio cumple en los mínimos. Da los juegos en las condiciones que debe darlas, sin más. ¿Esto es bueno? Sí, por supuesto, pero el paquete no deja de referirse al aniversario, y a la hora de ser una celebración, es una celebración bastante escueta. Simplemente, son los dos juegos, sin más añadidos. A día de hoy podrían haber introducido más detalles, alguna galería con nuevos artes conceptuales, alguna entrevista con Mikami, Kamiya o Inaba… algo nuevo que hiciera que esto de verdad se sintiese un aniversario. Tal y como está, pues es un paquete más que recomendable, pero no deja de sentirse algo decepcionante.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Koch Media