Hay ocasiones en las que el desarrollo de un título se dilata de forma excesiva en el tiempo. Sufre cambios de motor, de orientación, de desarrolladora, y a menudo, por nuestra experiencia con el resultado final en la mayoría de esos títulos, nos esperamos lo peor por defecto. Sin embargo en algunos casos y a pesar de las dificultades, el juego acaba atracando en buen puerto y mostrando su valía. ¿En qué caso nos encontramos con Dead Island 2? Sigue leyendo si quieres comprobarlo.

Normalmente, tras la introducción, nos gusta poner en antecedentes sobre la compañía desarrolladora y y la saga y dotar así de contexto al juego, pero en este caso no va a ser tan sencillo, así que vamos a intentar resumir su devenir y desenredar la madeja en la que este juego se ha visto envuelto.

En 2011 vio la luz Dead Island para PlayStation 3 y Xbox 360 además de en PC, un juego desarrollado por Techland y publicado por Deep Silver que gozó del favor del público y la crítica a partes iguales. Tan solo dos años después y bajo la misma dupla tuvimos el placer de disfrutar de Dead Island: Riptide, una expansión autojugable que continuaba la historia original y que vio la luz para las mismas plataformas. Fue en 2014 cuando THQ Nordic tuvo a bien anunciar la secuela Dead Island 2 durante el respectivo E3. En aquel momento, y tal vez porque Techland se encontraba inmersa en el desarrollo de Dying Light para Warner Bros. Interactive Entertainment, se estableció como desarrolladora responsable a Yager Development, que habían mostrado su pericia trayéndonos dos años antes el interesante Spec Ops: The Line.

Unos años más tarde, el desarrollo pasó a manos de Sumo Digital, que tenía un bagaje bastante mayor a sus espaldas y venía de publicar Little Big Planet 3 para Sony. Tampoco llevaron el desarrollo por el camino esperado y la compañía británica acababa dedicando sus recursos a participar en Crackdown 3 y Sonic Team Racing que vieron la luz en 2019, año en el cual Dead Island 2 volvió a cambiar de manos pasando a la actual Dambuster Studios, compañía interna perteneciente a la propia Deep Silver, a la postre editora del juego, que ha sido la responsable final de traernos, 4 años después, por fin, el título para PlayStation 4/5, Xbox One/Series X|S y PC.

Puede que a muchos de nuestros lectores apenas les suene el nombre de Dambuster Studios, pero si les decimos que Deep Silver los rescató de las cenizas de Crytek UK para terminar Homefront: The Revolution, y que a su vez Crytek UK tenía su germen en Free Radical Entertainment, cuyos empleados, de nuevo, provenían de los tiempos de Rare bajo el manto de Nintendo -por no irnos más atrás, a la gran Ultimate en su etapa de Spectrum-, seguramente ya comenzarán a pensar en la trayectoria que pueden tener muchos de ellos y la cantidad de títulos de calidad que han pasado por las manos de todas esas compañías. Y no podemos más que decir que, definitivamente, han hecho un gran trabajo con este Dead Island 2.

Dead Island 2 nos presenta con mucha soltura y detalle un mundo ambientado unos diez años después de los sucesos de la entrega anterior. Tras un nuevo brote zombi el gobierno de Estados Unidos por medio de su ejército ha impuesto cuarentena a todo el territorio de Los Ángeles o, como lo llaman ahora, Los Diablos. Los posibles protagonistas consiguen tomar un avión, de forma más o menos legal, para huir de la zona de cuarentena. Pero como si todo ocurriese según lo planeado no tendríamos juego que disfrutar, obviamente ocurre algo y el avión se estrella con lo que nos veremos en la tesitura de huir por las calles de Los Ángeles. El juego nos presenta una ambientación e historia al más puro estilo serie B del cine de género con una representación de los barrios más conocidos de Los Ángeles, por los que podremos movernos libremente.

Y con esta sencilla premisa, los británicos de Dambuster Studios nos ponen frente a un juego que aúna el sandbox con la acción y los toques de rol en el que deberemos sobrevivir haciendo uso de nuestra fuerza e ingenio y valiéndonos de todo lo que encontremos a nuestro paso. Y es que no faltarán elementos que recoger en todo momento por el mapeado, desde botiquines que guardar para usar en el momento de necesidad, hasta comida que nos restaurará una pequeña parte de la barra de salud en el momento de recogerla, pasando por materiales que nos pueden ser útiles más adelante en las mesas de trabajo y, por supuesto, multitud de objetos que pueden ser armas de forma explícita o ser susceptibles de ser usados como tal.

Y es que no solo las armas nos ayudarán en nuestro periplo, pues Dead Island 2 nos permitirá hacer un uso bastante interesante de los elementos del escenario para ayudarnos en nuestra lucha. Más allá de la obvia utilización de explosiones al pasar nuestros enemigos, podremos hacer algún uso más creativo como mezclar agua con electricidad en nuestro beneficio y, por supuesto, siempre con cuidado con todo ello para que no seamos nosotros los afectados por el entorno.

Y la verdad es que la sensación de acabar con los enemigos está resuelta de forma muy satisfactoria y explícita, siempre que seamos amantes de la casquería, que si estás leyendo estas líneas y planteándote comprar el juego es porque posiblemente lo seas. Si además convencemos a un par de amigos para que se unan a nuestra cruzada en el modo a tres jugadores, o simplemente hacemos la partida pública para que cualquiera pueda unirse, la cantidad de hemoglobina en pantalla puede llegar a ser bastante notable en ciertos momentos.

Por supuesto, y aunque los zombis «normales» serán los que más habitualmente llenen las calles de Los Ángeles, tendremos cierta variedad de los mismos, cada uno con sus características especiales que nos harán tener que tomar estrategias o precauciones extra para poder afrontarlos, así como pensar en qué arma u objeto es el más adecuado para abatirlo, siendo los contundentes especialmente efectivos con aquellos más resistentes, y algunos especialmente sensibles al fuego o la electricidad que, a su vez se verá potenciada si previamente mojamos al enemigo en cuestión. Pero por si la gran variedad de armas que vamos a poder utilizar se nos quedara corta, tendremos la opción de modificarlas dando a luz nuestras particulares y mortales creaciones, o repararlas si una de nuestras armas favoritas está sufriendo el efecto de su uso continuado. También podremos fabricar otro tipo de objetos como botiquines y conseguir tanto objetos como armas acudiendo a Carlos, nuestro compra/venta de confianza.

Pero no solo habrá variedad en los tipos de zombis y las armas que nos encontremos, nosotros también podremos escoger nuestro personaje entre un total de seis opciones distintas, una cifra mayor que en su primera entrega, cada una de las cuales presenta unos valores distintos en sus atributos, siempre con alguno de los valores como punto débil en el que poseeremos tan solo un punto y, además, partirán con dos cartas de habilidad innata que podremos ir ampliando a lo largo del juego, desarrollando así la capacidad de nuestro personaje para sobrevivir en este ambiente hostil.

Por último a la hora de hablar de variedad, hay que hablar de las misiones, que si bien no presentan nada que no hayamos visto hasta ahora en este tipo de juego, ofrecen la suficiente variedad y están lo suficientemente bien diseñadas para que no se nos haga pesado, inclusive momentos de investigación que se nos indicarán de forma expresa coloreando la barra superior completamente de amarillo, lo cual unido a la libertad a la hora de afrontarlas, hará que la diversión no decaiga. A toda la acción y el ir y venir de un lugar a otro habrá que sumar algún puzle sencillo para desbloquear una zona y permitirnos el avance necesario en el devenir de la aventura. Eso si, para evitar que estemos deambulando perdidos por zonas, Dead Island 2 nos muestra una brújula en la parte superior de la pantalla en la cual, además, se mostrará con un punto amarillo la dirección en la que ir, además de mostrarse directamente en la pantalla del propio juego. Y por si fuera poco, podremos acceder en todo momento a un mapa en el cual también podremos señalar puntos que nos interesen. No obstante, todas estas indicaciones pueden ser desactivadas desde el respectivo menú del juego, por si queremos una experiencia más realista de supervivencia o, simplemente, que se nos presente un reto mayor. De igual forma será decisión nuestra ir directamente a perseguir el objetivo principal o ir explorando los recovecos de las localizaciones para encontrar objetos que puedan resultarnos útiles, o ir completando misiones secundarias o búsquedas de personas cuando se nos presenten dichas opciones.

Hablando sobre el reto que supone, Dead Island 2 no es un juego que nos presente unos encuentros que sean un paseo, sobre todo si damos con algún tipo de zombi con cualidades especiales de algún tipo como agilidad o fuerza extremas, o si nos encontramos superados por el número de zombis que nos atacan al mismo tiempo. No obstante, si llegamos a morir, volveremos a reaparecer desde algún punto cercano y, además, aquellos enemigos abatidos lo seguirán estando y los objetos recogidos estarán ya en nuestro inventario. Igualmente, de forma gradual mientras no estemos combatiendo, recuperaremos poco a poco no solo la resistencia sino también la barra de salud. Eso si, a un ritmo bastante pausado, esto no es un first person shooter.

Valorando el apartado visual, hay que reconocer que Dead Island 2 es una delicia. Los escenarios están llenos de detalles de diseño y los enemigos mostrarán el mimo con el que se han creado, sobre todo, cuando acabemos con ellos de las más diversas formas, dejando que desgarremos y desmembremos a placer y mostrando los huecos que vayamos dejando en su anatomía mientras aún son capaces de seguir prestando batalla e incluso podremos llegar a ver sus órganos internos mientras luchan por deleitarse con nosotros. Los efectos de fuego, luces y sombras están resueltos con solvencia.

Aunque, teniendo en cuenta el apartado técnico, no podemos más que hacer notar algún detalle muy chocante como es el que nuestro personaje no se verá reflejado en espejos ni en superficies reflectantes. Así, podremos entrar a un vestidor, y ver la imagen de todo lo que hay detrás nuestra… sin vernos a nosotros mismos, y sin saber si se trata de algún tipo de decisión técnica o artística por la forma de crear los reflejos. Lo cierto es que da una sensación de ruptura de credulidad bastante pronunciada cuando esto ocurre no ya delante de un cristal o una pared brillante, que es más comprensible, sino de un espejo. Primero pensamos que tal vez el modelo del personaje no estaba realmente presente, pero en todo momento vemos nuestros pies correctamente caminando o corriendo si miramos abajo, y nuestro «cuerpo» proyecta la sombra de forma adecuada en tiempo real.

El sonido acompaña con la contundencia y variedad necesaria ajustándose al escenario y las armas utilizadas. La música hace la presencia necesaria y, si bien no pasará a la historia, cumple con su función. Y las voces, en los escasos momentos en que son necesarias, también cumplen con soltura, estando dobladas al inglés con la opción de subtítulos en castellano.

Concluyendo, y respondiendo a la pregunta planteada en la introducción de este análisis, sí, por fortuna estamos ante uno de esos casos que un desarrollo tortuoso nos ha traído, sin embargo, un juego digno de nuestra colección. Dead Island 2 posee una buena factura técnica, obviando algún detalle como la ausencia del reflejo del protagonista, una jugabilidad bien diseñada, y, ante todo, es un juego muy divertido que nos dará horas de satisfacción.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION