De vez en cuando aparece un indie que entra por los ojos. Death’s Door fue todo un descubrimiento para mí. Investigando un poco averigüé que los desarrolladores estuvieron detrás de Titan Souls. Acid Nerve deja atrás el boss rush -de muy buena calidad, todo hay que decirlo- para hacer un juego más clásico, pero cuidando los detalles y con un aspecto visual que te ata.
Death’s Door es un juego de aventuras y de acción en perspectiva isométrica, que también ofrece puzles de forma esporádica -la mayor parte de ellos son post-game, para sacar el final verdadero-. Se trata de un juego con muchísimos secretos, que recompensará al valiente, al explorador y al paciente. Aunque su desarrollo puede parecerse al de un Zelda isométrico, es un título más orientado a la acción y la exploración, y no tanto a los puzles, aunque las similitudes están ahí.
La historia es profunda, pero lo básico es realmente directo. Los chicos de Acid Nerve de nuevo confían en las almas como elemento para que la trama avance. Somos un cuervo cuya misión es atrapar un alma, pero cuando ésta se escapa nos embarcamos en una misión para ayudar a un compañero cuervo, y a la vez cumplir nuestra misión original. Pero no es tan fácil como suena, nuestra misión dará un vuelco y tendremos que adaptarnos. El juego cuenta, como ya he dicho, con un final verdadero para el que hará falta tener el cien por cien desbloqueado. La historia se verá realmente modificada por este final, y desvela ciertas conexiones.
En el apartado jugable, Death’s Door va desde bueno a excelente. Su exploración, su diseño de mundo y de mazmorras, es maravilloso. Las mecánicas propias de cada una de las zonas y sus enemigos hacen que el conjunto tenga muchísima más cohesión. Ir desbloqueando habilidades y explorar el mundo con ellas se siente natural y sobre todo divertido. En cada una de las tres zonas importantes desbloqueamos un movimiento -en forma de magia- que servirá para esa exploración. El comienzo es un poco lento, pero en menos de una hora la cosa se pone en marcha.
Por otro lado, el combate es otro de los puntos importantes. Disponemos de cinco armas distintas, con sus movimientos propios y características propias como alcance o números de movimientos del combo. Sin embargo, la variedad que ofrecen las armas no suplen lo que en mi opinión es el mayor problema del juego, lo plano del combate. Solo disponemos de un combo, de un ataque fuerte y de un ataque en movimiento. Dado que el título ofrece mejoras para el personaje, creo que le hubiera beneficiado enormemente algún tipo de mejoras en forma de movimientos. Aún así, el combate es directo y fluido, y muy divertido. Los enemigos normales son un problema cuando el juego nos lanza hordas, pero es en los jefes finales donde el título brilla de verdad. Son muy imaginativos y con muchísimo carisma. Sinceramente, no esperaba menos de los creadores de Titan Souls en ese aspecto.
Los puzles, como ya he dicho, son un componente menor. La mayoría simplemente nos requiere prestar atención a nuestro entorno, no se trata de esos puzles donde tenemos que estrujarnos el cerebro. A lo largo del juego habrá santuarios donde mejorar nuestra vida y magia, y para encontrarlos a veces será necesario superar algún puzles. Una vez completado el juego, si queremos llegar al fondo del asunto, nos esperan bastante más puzles, y es aquí donde de verdad se pone difícil. A pesar de ello sigue siendo un elemento menor, dado que la exploración nos ayudará en buena parte de los desafíos que nos propondrán.
Los coleccionables son otro atractivo de Death’s Door. Muchos de ellos son inútiles -o lo parecen en un comienzo-, pero otros, como las armas, las mejoras para la vida o la magia y demás tendrán utilidad. De nuevo la exploración juega un papel fundamental en la búsqueda de estos coleccionables. También habrá que encontrar almas en forma de esfera, que nos servirán para mejorar el ataque y otras opciones del personaje.
Entrando en el aspecto visual… no hay mucho que decir. Death’s Door es espectacular, con un carisma como pocos. Los escenarios, personajes, enemigos, construcciones… todo rebosa un amor y un cariño inmejorables. Cada zona tiene su propia temática y unos enemigos acordes a lo que se va a ver. El diseño y diálogos de los jefes es maravilloso, y la elección de los colores es inimitable. Solo este apartado mejora la calidad total del título, y no es para menos. Y de una maravilla a otra, la banda sonora. Hay temas que sé que recordaré para siempre. Avarice es una de ellas, una versión de un tema de Titan Souls.
Death’s Door es un juego sin puntos negativos; hay cosas que podrían funcionar de una forma, o situaciones que podrían estar orientadas de otra forma… pero en general se trata de un título maravilloso y totalmente cuidado. Acid Nerve sabía que estaba haciendo, tenía claro cuales iban a ser los puntos a destacar, y lo han conseguido. Uno de esos juegos que hay que jugar. Si no te gusta el género, también te gustará. Así de bueno es. Candidato a juego del año.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Cosmocover