Tras deshacerse de los derechos de la franquicia Halo y llegar a un acuerdo con Activision para la distribución de sus títulos, Bungie se embarcó en su nuevo proyecto en el año 2014: Destiny, un «looter shooter» online que supuso un auténtico bombazo en ventas. No tardó en llegar su secuela, Destiny 2 en el año 2017, que partía de la misma base jugable pero ampliaba aún más el lore y recibía más atención en su contenido. La última de las expansiones en llegar ha sido Más allá de la luz, lanzada el pasado noviembre, y que nos permite realizar algunas cosas que la comunidad llevaba tiempo pidiendo.

Aunque no es necesario hablar de ello para analizar esta expansión, sí que me gustaría hablar de cierto tema que está relacionado directamente con este nuevo DLC y es que Bungie, en una decisión bastante polémica, decidió eliminar de un plumazo gran parte del contenido del juego que se había ido lanzando a lo largo de todos estos años, incluso aquel contenido por el que la gente ya había pagado. Los motivos que dieron para ello fueron varios, entre ellos que querían centrarse enteramente en el nuevo contenido, que cada vez era más difícil parchear y solucionar los distintos bugs que iban apareciendo y que además querían reducir el tamaño de instalación y los tiempos de carga.

Y no lo vamos a negar, los tiempos de carga han mejorado una barbaridad y se nota, cargando el juego y entrando en las zonas casi al instante, pero el precio a pagar ha sido demasiado alto. Aunque Bungie ha dicho que el contenido no ha sido eliminado, sino que ha entrado en stand by con un nuevo sistema de rotación en el que cada cierto tiempo irá volviendo parte del contenido desaparecido, no deja de ser un bofetón en la cara para quien quería jugar a dichas misiones y zonas y había pagado por ello. Por lo tanto, adquirir ahora mismo el resto de expansiones anteriores a esta es, literalmente, tirar el dinero a la basura, ya que no podremos acceder a su contenido de ninguna manera -salvo al de las dos últimas: Los renegados y Bastión de sombras-.

Dicho esto y con una explicación un tanto vaga integrada en la trama, Más allá de la luz comienza con un viejo conocido del primer juego, el anciano Varkis, que se encuentra exiliado en una base y pide ayuda a los guardianes de la luz para detener a Eramis, una guerrera de su propia raza que ha decidido imbuir a sus soldados de oscuridad para crear un ejército invencible en la luna helada de Europa. Nuestra tarea será por lo tanto detenerla a ella y a sus hombres, aunque para ellos tendremos que hacer cosas que no nos gusten.

Y es que en Más allá de la luz, como su propio nombre indica, podremos ir más lejos de lo que supone que tenemos permitido y podremos finalmente abrazar la oscuridad, ofreciendo una nueva clase para nuestro personaje basada en los poderes oscuros. De momento solo tendremos disponible la subclase estásis, cuyo poder consiste en lanzar ráfagas de hielo para congelar a los oponentes, aunque acabarán llegando más subclases con el tiempo.

Y la verdad es que el contenido ofrecido por esta nueva expansión no está nada mal, ofreciendo una nueva campaña que se convierte en la segunda más larga del juego después de la campaña principal, con unas 5-6 horas de duración sin contar las misiones postgame que la van a aumentar bastante. Las tundras heladas de Europa están cargadas de misiones y secretos, añadiendo por supuesto nuevas misiones de patrulla, asaltos y demás parafernalia. Quizás su precio es un tanto elevado para lo que ofrece, 39’99 euros la edición básica, aunque si pagamos 10 euros más tendremos acceso al pase de temporada, que nos permitirá jugar toda la temporada actual.

Pero no es solo del DLC Más allá de la luz de lo que quería hablar hoy, de hecho todo esto ha sido un contexto previo para valorar también la actual temporada, la 13, que lleva por nombre «Temporada de los elegidos» y se convierte en una de las más importantes lanzadas hasta la fecha. Dicha temporada comenzó el 9 de febrero y se encontrará activa hasta el próximo 11 de mayo, por lo que hay contenido para rato.

La temporada de los elegidos nos ofrece un nuevo arco argumental en el que la emperatriz Caiatl, actual líder de la raza Cabal, llega a nuestra ciudadela para forjar una alianza con la vanguardia para afrontar las distintas amenazas que puedan perjudicar a ambos bandos. Caiatl exige a nuestro líder Zavala que se arrodille ante ella y la reconozca como su reina, a lo cual se niega, haciendo que la negociación se rompa y se largue por donde ha venido, no sin antes amenazar con volver con más fuerza para enfrentarse a quien se oponga.

La trama argumental de la temporada seguirá los pasos de la vanguardia intentando mermar las fuerzas de Caiatl, quien ha organizado un torneo para encontrar a los mejores campeones de su ejército, y para esto se añade un nuevo modo de juego llamado Campos de batalla. En Campos de batalla, formaremos equipo con otros dos jugadores para ir superando las diferentes oleadas de enemigo hasta llegar al campeón de la arena en cuestión. Realmente este modo no deja de ser un más de lo mismo respecto a los asaltos y las incursiones, con la misma jugabilidad y estructura, pero con el detalle añadido de seguir una misma línea argumental continuada como si se tratase de una minicampaña.

El formato de esta temporada, al igual que las demás, nos propone una hoja de ruta con lanzamientos planificados de antemano en el que poco a poco irán lanzando nuevas misiones. Actualmente tenemos tres misiones de Campos de batalla, lanzándose ayer mismo la más reciente, y la verdad es que el contenido futuro es muy jugoso y dan ganas de verlo.

Pero no es la única novedad que nos ofrece esta temporada, también tendremos de vuelta los asaltos Guarida de los demonios y S.A.B.E.R. caído, que han sido recuperados directamente del primer Destiny. Otros de los contenidos que se añaden en esta temporada será nuevo equipamiento excepcional, así como nuevos emblemas y skins exclusivas, algo que se viene haciendo desde hace tiempo de manera habitual para incentivar la jugabilidad.

Lo del modo historia y las misiones cooperativas está muy bien, ¿pero qué hay del PvP? pues el competitivo sigue ahí como siempre y no ha desaparecido. Desde cualquier versión del juego, incluso la free to play, tendremos acceso tanto al Crisol y sus diferentes modalidades -PvP puro y duro- como al modo Gambito -que fusiona el PvP con el PvE-. Estos modos PvP tendrán su nivel de progresión individual y separado de la progresión normal, para quien quiera centrar exclusivamente en dichos modos sin tocar lo demás.

En definitiva, esta nueva temporada de los elegidos promete bastante, tanto por sus detalles argumentales como por la manera en la que lo están llevando en sí, trayendo nuevos elementos del pasado y una buena cantidad de de recompensas. Destiny 2 sigue demostrando estar en buena forma y ganándose por derecho propio su buena base de jugadores, aunque sus puntos negros siguen ahí y a estas alturas no tienen pinta de cambiar.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Best Vision PR