Neverwinter Nights 2 fue uno de los últimos coletazos de la era dorada de los CRPG. Se trataba de un juego que se atrevía a ser extenso, complejo y profundamente arraigado a las mecánicas y el universo de Dungeons & Dragons. Desarrollado por Obsidian Entertainment y publicado originariamente por Atari, esta edición que ahora nos trae Aspyr Media incluye el juego base junto a sus tres expansiones: Mask of the Betrayer, Storm of Zehir y Mysteries of Westgate, cada una con su propio enfoque jugable y tono narrativo. En conjunto, forman una experiencia ambiciosa y rica que, aun con sus defectos, todavía resulta un autentico tesoro de narrativa, combate táctico y decisiones y consecuencias.
La campaña principal comienza en Puerto Oeste, una aldea tranquila que pronto se convierte en la chispa de un conflicto que involucra artefactos antiguos, intrigas políticas y amenazas sobrenaturales. Tu personaje, creado con el sistema de reglas de D&D 3.5, es el Portador del Fragmento, una figura ligada a una espada de plata rota y a un legado que se remonta a las leyendas más oscuras de Faerûn. La creación de personaje es uno de los puntos fuertes del juego: puedes elegir entre una amplia variedad de razas -como tieflings, aasimar o genasi-, clases -desde paladines hasta brujos- y talentos que permiten una personalización profunda. El juego no te lleva de la mano, y eso forma parte de su encanto. Se espera que comprendas cómo afectan a la jugabilidad tus decisiones y la forma en la que decidas moldear la progresión de tu personaje y sus compañeros, lo cual, teniendo en cuenta la complejidad y extensión de un sistema de reglas tan avanzado como D&D 3.5 puede ser abrumador, pero también muy gratificante.
El combate combina mecánicas en tiempo real con pausas tácticas. No es espectacular visualmente, pero está lleno de matices estratégicos. La colocación, el tiempo de lanzamiento de hechizos y la sinergia entre los miembros del grupo son fundamentales. A menudo tendrás que pausar la acción para dar órdenes, preparar conjuros y reposicionar aliados. La inteligencia artificial es funcional pero a veces errática, por lo que el control manual se vuelve esencial en los enfrentamientos más difíciles. Lamentablemente, el sistema de cámara es torpe. Incluso con modificaciones, es complicado mantener una vista clara en espacios cerrados o durante combates caóticos. Esto se agrava por una interfaz que, aun con las mejoras, se siente anticuada y poco intuitiva, especialmente al gestionar el inventario de varios personajes.
La adaptación a videoconsolas de un sistema de control tan complejo como el que tenía el juego original ofrece resultados dispares. Por un lado la verdad es que no se nos ocurre una forma mejor de haber adaptado los controles, pero lo cierto es que la profundidad de las mecánicas de juego hace que, incluso así, jugar con un mando diste de ser algo que resulte intuitivo. El manejo del personaje fuera del combate resulta más sencillo que en la versión original o que en la versión PC gracias a lo simple que es poder recorrer los escenarios con una vista en tercera persona controlando directamente el movimiento de nuestro personaje con el stick, lo cual soluciona muchos problemas de cámara y de movilidad que existían en la versión original, pero Neverwinter Nights 2 utiliza una tremenda cantidad de submenús y de accesos directos y ahí es donde esta versión para consola no acaba de resultar una experiencia cómoda a pesar de los esfuerzos que se han hecho en ese sentido. Es funcional, pero requiere acostumbrarse y se echa en falta la opción de poder jugar con teclado y ratón en caso de que queramos hacerlo.
En la narrativa es donde Neverwinter Nights 2 brilla con fuerza. Aunque la trama principal sigue arquetipos clásicos de fantasía, se eleva gracias a un excelente trabajo de personajes y diálogos bien escritos. Compañeros como Khelgar Ironfist, Neeshka y Sand no son simples aliados: tienen historias, motivaciones y relaciones que evolucionan. El sistema de influencia añade profundidad, permitiéndote ganar o perder favor con ellos según tus decisiones. Esto puede desbloquear misiones, cambiar el curso de la historia e incluso afectar el desenlace. Es un sistema que recompensa el rol auténtico y hace que tus elecciones tengan peso.
Gráficamente, el juego ya era modesto en su lanzamiento, y el paso del tiempo no ha sido amable. Los modelos de personajes son rígidos y las animaciones son poco fluidas, aunque las mejoras de resolución y texturas consiguen que el juego sea agradable a la vista. Los efectos de hechizos son lo más destacado visualmente, aportando dinamismo a los combates, pero en general, el juego se ve y se siente algo menos trabajado que otras remasterizaciones. La banda sonora, sin embargo, es excelente. Los temas orquestales refuerzan la atmósfera y acompañan los momentos clave con gran acierto. El doblaje en castellano es irregular, pero generalmente competente.
Las expansiones enriquecen enormemente la experiencia. Mask of the Betrayer es una obra maestra narrativa que explora temas como la identidad, la mortalidad y la influencia divina. Es más oscura, introspectiva y a menudo comparada con Planescape: Torment por su profundidad filosófica. Despiertas en una tierra desconocida y debes navegar un mundo de dioses, fanáticos y secretos ancestrales. Las decisiones son moralmente complejas, y la escritura es de lo mejor que se ha hecho en el medio.
Storm of Zehir cambia el enfoque hacia la exploración y la gestión del grupo. Introduce mecánicas de comercio y un estilo más abierto. Creas un grupo completo desde el inicio, y el juego enfatiza la gestión de recursos, reputación y desplazamiento estratégico. Se enfoca menos en la historia, pero ofrece una experiencia más libre y amplia.
Mysteries of Westgate es una aventura con tintes de novela negra ambientada en una ciudad moralmente gris. Es más corta pero está bien escrita, con caminos ramificados, múltiples finales y enfoque en la intriga. Es ideal para desconectar tras las campañas más densas.
En conjunto, estas campañas ofrecen más de 100 horas de contenido. El editor incluido permite crear aventuras personalizadas, y aunque es complejo, también es muy potente. La comunidad ha generado una gran cantidad de módulos hechos por fans, algunos de los cuales igualan o superan la calidad de las campañas oficiales.
Se han solucionado, como era esperable, parte de los problemas técnicos que plagaban la versión original, aunque sigue habiendo bugs y problemas de rendimiento. Obsidian fue muy ambiciosa en su día intentando llevar al limite el Aurora Engine y eso se nota. Los tiempos de carga son todavía largos al acceder a zonas amplias y cargadas de elementos y la tasa de imágenes por segundo se resiente en ocasiones. A pesar de estos defectos, el juego es perfectamente jugable, aunque esperamos que con algunos parches se consiga dejar en un mejor estado.
En resumen, Dungeons & Dragons Neverwinter Nights 2: Enhanced Edition es una joya con imperfecciones. Se trata de un juego que apuesta por la profundidad, la complejidad y la fidelidad al rol clásico, pero la adaptación del control al mando da como resultado una experiencia que puede resultar un poco tosca y se necesita todavía un poco más de trabajo puliendo errores. En todo caso, para los aficionados a D&D, los CRPG clásicos o los juegos centrados en la historia, es una experiencia esencial.