Seeda es una tejedora, tejedora de tapices, de tapices que cuentan historias. Y tiene un hijo ciego, que se deleita con las historias que su madre le cuenta. Su historia favorita es la de la serpiente que desciende de los cielos para poner un huevo sagrado en el corazón de la Madre Árbol.
Parallel Studio es un estudio parisino independiente fundado en 2015 por antiguos empleados de Ubisoft, Eden Games o Quantic Dream. A sus espaldas cuentan trabajos como Dark Days, una aventura que combina varios géneros para Samsung VR y Oculus Rift y una aventura survival, White Night para PC y consolas. Nakana.io nos presenta ahora este juego publicado para Oculus Rift y Nintendo Switch. Hablando brevemente del apartado gráfico, EQQO es correcto, con una combinación de colores básicos e intensos y gráficos conscientemente poco detallados, estilo low-poly, pero eficientes y funcionales. Respecto a la banda sonora, estamos ante temas de tipo orquestal, compuesta por Nicolas Bredin e interpretada por la Orquesta Filarmónica de Praga.
El argumento de EQQO se basa en la mitología etíope, por lo que presenta una interesante novedad al acercarse a una de las mitologías más desconocidas. Narra la historia de un niño que desaparece de su casa cuando sale a jugar. El niño es ciego y de pronto aparece dentro de una jaula. Tras romper la jaula y salir, comienza nuestra aventura. Nuestro cometido principal será hacer que avance sorteando obstáculos, y a partir de determinado momento, cuidar de un huevo gigante. El juego tiene una duración aproximada de unas cuatro horas y tiene unas 40 escenas jugables, con algún tipo de obstáculo o enigma que resolver. Como extra, si queremos hacer la aventura al cien por cien tendremos que encontrar 25 tapices a lo largo del juego, que nos desbloquearan más partes de la historia. En el menú de inicio hay una sección ‘coleccionables’ donde se irán guardando los tapices que encontremos y nos irán contando historias relacionadas con la mitología del país africano.
La interfaz del juego consiste en un cursor en forma de mano con la que nos desplazamos e interactuamos con el entorno, así como cámaras que nos ofrecen varios puntos de vista, generalmente sobre un puzle o una situación concreta para que nos sea más facil encontrar la solución. Se puede controlar tanto con mandos físicos como de forma tácil, tal como lo haríamos en un movil. El género del juego se encuentra a medio camino entre aventura gráfica clásica de apuntar y señalar y la ficción interactiva actual. Los puzles son bastante sencillos y obvios, distrayendo poco de la narración. La mayoría se basan en pulsar palancas para abrir engranajes, poner pesos en losas que abren una puerta, o seguir secuencias musicales correctas. Entre pantallas habrá recomendaciones y pistas para sacarle el mejor partido a la aventura. Los puzles, eso sí, habrá que repetirlos hasta que salgan bien, y algunos tiene que hacerse con cierta celeridad para completarlos con éxito. No nos matan ni nos perjudican, pero tendremos que repetirlos hasta que salgan bien, lo que puede hacerse algo monótono.
El punto más peliagudo son las cámaras. En cada escena hay dos o tres puntos de vista intencionadamente limitados y directamente relacionados con los puzles, pero a veces no funciona bien. El zoom y el giro de las cámaras son bruscos y más de una vez nos encontraremos con el foco descentrado. A veces complica el avance innecesariamente, por tener que gastar tiempo en zooms y centrar la cámara cuando estamos ante un puzle que requiere prisa. No solo dificulta el avance, sino que dificulta la inmersión en un juego que requiere sobretodo pocas molestias externas para centrarse en el cuento y los puzles.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Nakana.io