Definitivamente las compañías han encontrado un filón en el asunto de portear juegos de móviles a consolas, ya que resulta facil, barato y puede aportar unos ingresos extra a las desarrolladoras. Pero estaremos de acuerdo en que no todos valen para eso, ya que a veces se portean tal cual y eso incluye micropagos o tiempo de espera para continuar avanzando. No es el caso de Gravity Duck, desarrollado por Woblyware y distribuido por Ratalaika Games, que se trata de un juego cerrado y completo que ha llegado a Nintendo switch, Playstation 4, PS Vita y Xbox One.

El caso de Gravity Duck es aún más curioso, pues ni siquiera debutó como juego de móviles. sino como un minijuego flash de esos de los miles que tanto abundaban en las páginas webs en los 2000. Lo cierto es que con cada nueva versión ha ido añadiendo contenido en forma de niveles extra, pero vamos a ver si esto es suficiente como para justificar su compra.

Gravity Duck es un juego de puzles y plataformas, hasta aquí ningún misterio, pero su argumento absurdo nos da el pretexto para el juego: una estátua Moai que concede deseos le pide a un pato -¿?-  que le consiga los huevos de oro que se esconden por ahí, así que le concede el poder cambiar la dirección de la gravedad para ir en su busca. Argumento totalmente innecesario y de relleno, pero ahí está para quien lo quiera.

Con esto en mente, ya sabemos que el elemento de la gravedad va a ser el que va a dar al juego todo su significado. Manejando a este pato, tendremos que ir sorteando obstaculos y superando niveles para conseguir el huevo dorado en cada uno, todo ello manipulando la gravedad de manera que tendremos que caminar por paredes y techos para llegar hasta nuestro objetivo y pasar a la siguiente fase.

Los únicos elementos con los que contaremos será la cruceta para movernos y el botón de salto que será el que nos permita cambiar la gravedad, de manera que si saltamos estando en el suelo nos colocaremos en el techo y viceversa. Al principio solo podremos cambiar la gravedad en sentido vertical, si queremos hacerlo en sentido horizontal tendremos que hacerlo tocando los vórtices habilitados para ello. Si os suena de algo esta mecánica, es lógico ya que está principalmente inspirado en el clásico VVVVVV que partía de una base muy similar, sin embargo Gravity Duck apuesta más por niveles independientes en lugar de la exploración y el backtracking.

El gran problema del juego es sencillamente su ausencia de dificultad, pues es un completo paseo de principio a fin. Es una pena enorme porque el concepto del juego tiene un potencial enorme que podría haber dado para un juego más que notable. En su lugar, se conforma con repetir continuamente el mismo esquema de paredes con pinchos, láseres temporizados y enemigos que se mueven. No hay ambición, no hay mala leche, quizás los últimos niveles del juego pueden presentar un poco más de reto y puede que a los menos experimentados les parezca una dificultad justa, pero nada que el jugador habitual no pueda resolver prácticamente de corrido.

A esto tampoco ayuda su duración y su poca rejugabilidad, pues en una hora aproximadamente ya habremos completado los 140 niveles que componen el juego -y recordemos que estamos ante la versión con mayor número de niveles, ojo, imaginaos la duración del original-. Una vez completado no habrá nuevos modos ni absolutamente nada que nos anime a volver a jugar salvo por pura diversión, que además es poca. Creo que con la simple inclusión de un modo contrarreloj o un editor de niveles, el juego hubiese ganado bastante, pero ni eso nos han dado.

Audiovisualmente tampoco es que vaya a sorprendernos, con un apartado gráfico pixelado realizado con el mínimo esfuerzo que reutiliza una y otra vez los mismos assets y unas animaciones muy toscas. En cuanto al apartado sonoro, os animo directamente a ver el trailer del juego, ¿escuchais esa canción? pues es la única que sonará a lo largo de todo el juego, no espereis algo más que el mismo tema machacón repetido continuamente.

Resumiendo, Gravity Duck es uno de esos juegos que hay que poner como ejemplo de como NO hacer las cosas, donde constantemente sobrevuela en tu cabeza la sensación de que  es un juego hecho con la única intención de querer ganar mucho trabajando poco. Podríamos escudarnos en que puede ser un juego pensado para los más pequeños de la casa, pero creo que hasta los más pequeños saben distinguir cuando las cosas se hacen bien. El juego es divertido y entretenido, al menos durante esa escasa hora que dura, ¿pero merece la pena incluso con un precio de 4’99€? eso ya depende de lo que cada uno considere que un juego debe ofrecerle.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Ratalaika Games