En las últimas fechas nos están llegando muchos juegos indies de plataformas, acción y exploración en 2D con bastante calidad. Cualquiera diría que hemos definido lo que comunmente los jugadores mal llamamos metroidvania como subgénero que engloba esas características y algunas más como el backtracking o los elementos RPG. Podemos citar ejemplos recientes como Astalon: Lágrimas de la Tierra, ENDER LILIES: Quietus of the Knights, o Unbound: Worlds Apart, todos títulos recientes que en mayor o menor medida pueden clasificarse bajo esta denominación. Lo mismo sucede con el juego que nos ocupa, Greak: Memories of Azur, aunque quizá este sea el juego menos metroidvania de todos.

Greak: Memories of Azur es obra del talentoso estudio mejicano Navegante Entertainment. Estos chicos no solo han ideado unas mecánicas jugables con cierto grado de innovación para salirse de los cánones del subgénero, sino que han creado todo un imaginario para darle forma a la tierra de Azur, lugar donde transcurre nuestra historia. Y hay mencionar la importancia del desarrollo de la historia, pues este será el que marque nuestro camino en todo momento de una forma totalmente guiada a pesar de que las zonas de Azur pueden ser revisitadas en cualquier momento -aunque suele no haber razón para ello-.

Empezando por la historia, nos encontramos con un relato de fantasía bastante elaborado sobre tres hermanos de una raza llamada Courines, unos seres humanoides que se enfrentan a su extinción. Hace tiempo una raza rival, los Urlags intentaron invadir Azur, y además los Courines tuvieron que lidiar con un mal antiguo, una corrupción que destruía sus tierras. A pesar de salir airosos de ambos eventos, una nueva invasión está sucediendo y esta vez no hay forma de parar a los Urlags, salvo la de abandonar Azur para salvar a los Courines restantes.

Volviendo a los hermanos, nuestra aventura comienza con Greak, el hermano pequeño, de movimientos rápidos y algo torpe con la espada, y poco después conoceremos a la hermana mediana, Adara, una aprendiz de Oráculo con capacidad de usar magia y de realizar un leve planeo -que nos dará más de un problema- para alcanzar plataformas más alejadas. En cuanto tengamos a Adara comprobaremos como los chicos de Navegante Entertainment han querido sorprendernos, pues descubriremos que gran parte del avance requiere la combinación de dos de nuestros personajes -o más- de manera casi simultánea para ir resolviendo distintos puzles del tipo de girar palancas, mover espejos, activar elevadores o sujetar puertas entre otros.

Poco después de encontrar a nuestra hermana y comprobar un par de mecánicas de colaboración entre los personajes, volveremos a separarnos, y Greak será rescatado por unos exploradores de un asentamiento Courine cercano, un campamento de refugiados que construyen un dirigible para escapar de Azur, y ahí es donde empezará la búsqueda de Adara y nuestra auténtica aventura. No es necesario profundizar más en la historia para no desvelar como se desarrolla a partir de este punto, pero lo que está claro es que iremos a buscar a nuestra hermana, y más adelante haremos lo propio con nuestro hermano mayor, Raydel, perteneciente a la guardia y como tal un experto luchador con espada y escudo pero que no puede nadar.

Como hemos mencionado, además de saltar de plataforma en plataforma y luchar cuando se nos requiera, el avance está muy condicionado por puzles y zonas que requerirán el uso de nuestros personajes combinados. Para esto podremos cambiar entre ellos de forma sencilla, pero además podemos hacer que los personajes que no estemos controlando en ese momento nos sigan y realicen las mismas acciones que el personaje que controlemos, y así poder avanzar con los dos o tres personajes a la vez. Para que esto funcione, con un gatillo del mando podremos llamarlos a nuestra posición -con un rango demasiado corto-, y manteniendo el otro gatillo podemos hacer que nos sigan copiando nuestros movimientos -saltos y ataques-.

Parece una idea brillante para que el juego no pierda dinamismo teniendo que pasar con cada personaje por la misma zona -habiendo decidido los desarrolladores tener los tres personajes siempre y no recurrir al cambio de personaje instantáneo de otros juegos-, aunque lamentablemente falla en la ejecución. Es sencillo de entender, Greak y Raydel tienen un doble salto, pero Adara planea y esto le garantiza quedarse atascada en muchas ocasiones cuando avancemos y saltemos con los tres personajes -incluso con dos tendremos más de un enganche-, esto acaba haciendo que en más de una ocasión tengamos que pasar una zona de plataformas con cada uno de los personajes para reunirlos al final.

A esto hay que sumar que los puzles se superan en función de la combinación de personajes, no por sus habilidades particulares, estando estas infrautilizadas la mayor parte del tiempo -quizá Raydel sea el más diferencial al poder usar un gancho que lo eleva por zonas donde los otros hermanos no pueden pasar-. El asentamiento que visitaremos en varias ocasiones tiene una tienda que pocas veces necesitaremos, y podremos indagar más en la historia de Azur a través de libros, inscripciones y hablando con otros Courines, aunque por mera curiosidad, pues toda esta información adicional de poco o nada servirá en nuestra aventura -salvo que los desarrolladores tengan pensado volver al mundo de Azur en futuros proyectos-.

Donde Navegante Entertainment si ha dado el DO de pecho es en el apartado audiovisual, en especial en el apartado artístico, aunque la banda sonora le va a la zaga. Para darle vida a Azur se ha decidido crear todos los entornos, personajes, enemigos, y sus animaciones dibujándolos a mano y el resultado es sobresaliente, de una belleza superlativa. Da gusto recorrer las diferentes áreas de Azur y ver sus diferentes entornos cuidados al máximo con incluso efectos meteorológicos. Para la banda sonora, se ha contado con la Orquesta Filarmónica 5 de mayo, dando lugar a temas de gran calidad y bella factura, aunque un poco corta de temas.

Siendo sinceros, Greak: Memories of Azur es un buen juego, pues a pesar de todos los desajustes jugables es bastante disfrutable y se agradece el intento de innovar con mecánicas como la de controlar los tres personajes a la vez, aunque esto necesite aún un par de vueltas más. Lo que si nos deja Greak: Memories of Azur es la sensación de que por falta de un uso más equilibrado de sus mecánicas, se ha quedado cerca de ser algo más grande de lo que es. Azur da para más, nuestros héroes lo pueden hacer mejor, pero audiovisualmente es incontestable, y aunque sea por esto ya merece darle una oportunidad.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Team17