Regresa uno desde los iconos del panorama indie patrio y lo hace con nuevo juego. Carlos Coronado, uno de los más populares creadores de juegos desde nuestro país saltó, a la fama principalmente con su juego Mind: Path to Thalamus, título que le hizo ganar varios premios a tanto nacionales como internacionales. Tras el relajante y concienciador Koral decidió montarse su propia antología del terror y lo hizo lanzando al mercado Horror Tales: The Wine, el primero de los juegos de una trilogía al que le seguiría este actual The Beggar y que presumiblemente acabará con Iron Reich -anteriormente conocido como The Astronaut-. Tres años después del lanzamiento de The Wine ahora nos llega la segunda parte, The Beggar, y vamos a destripar lo que tenemos entre manos

En Horror Tales: The Beggar nos trasladamos hasta un futuro postapocalíptico donde una extraña anomalía ha hecho que los continentes se hayan movido y el mundo se haya resquebrajado. Tomaremos el papel de un mendigo que está encerrado en una celda cuando una extraña máquina parlante nos libera y pretende guiarnos hasta el lugar donde se encuentra nuestro salvador, ya que al parecer somos la clave para volver a restaurar el mundo.

The Beggar nos pone ante un juego, si bien no de terror explícito -salvo algunos momentos-, sí que es de tensión y misterio. Se trata de una aventura clásica en primera persona en la que tendremos que ir avanzando por las diferentes secciones del juego, resolviendo puzles para avanzar y llegar al final de cada tramo para seguir avanzando al siguiente. Si bien el juego está planteado de manera continua con todas las secciones bien conectadas, aun así se encuentra dividida en «capítulos» con transiciones entre zona y zona.

Al contrario que en The Wine, que nos ofrecía una experiencia más tradicional y realista basada en títulos de terror como por ejemplo Amnesia u Outlast, esta segunda parte aprovecha su toque postapocalíptico para introducir un mundo donde el autor se permite un mayor toque de fantasía e imaginación. Por poner una comparativa con su propia obra, quizás guarde más parecido con Mind: Path to Thalamus que con The Wine a pesar de pertenecer a la misma saga.

De hecho, a lo largo de la aventura nuestro mendigo irá consiguiendo poderes y mejoras a cada cual más peculiar, como por ejemplo telequinesis, alumbrar con las manos e incluso modificar el horario y el clima. Se tratan de ideas bastante originales que rara vez se ven en este tipo de juego. El problema es que no se les termina de sacar todo el jugo que debería y da sensación de oportunidad desaprovechada, pues ese tipo de habilidades darían para puzles mucho más elaborados y complejos, en su lugar su uso queda limitado a secciones específicas en las que con un primer vistazo queda claro lo que hay que hacer y como resolverlo.

Como viene siendo normal en este género en los últimos años, tampoco faltará el enemigo implacable y perseguidor que no dejará de atosigarnos a lo largo de todo el juego: Morvin, un gigante producto de nuestra imaginación pero capaz de hacernos daño físico. Aunque por fortuna sus apariciones son esporádicas y contadas con los dedos de una mano, cada vez que nos lo encontremos nos pondrá en serios apuros y tendremos que derrotarlo a base de lanzarle objetos, aunque con varios obstáculos en cada uno de los enfrentamientos.

En cuanto al apartado gráfico, The Beggar ha sido desarrollado en Unreal Engine 5 y lo cierto es que se nota. Aunque no es de los juegos con mejores gráficos del momento sí que acaba siendo bastante resultón, además ha sido optimizado para funcionar en todos los equipos posibles gracias a la tecnología DLSS de Nvidia, incluyendo compatibilidad con Steam Deck. Donde encontramos problemas es en el sistema de físicas, en muchas ocasiones cuando queremos agarrar un objeto las colisiones fallan y nos costará cogerlo, teniendo que intentarlo en varias ocasiones, algo que puede ser frustrante  especialmente en los momentos de enfrentamiento.

Respecto al sonido no podemos decir que sea especialmente destacable, contaremos con melodías agitadas principalmente en los momentos de tensión y unos efectos de sonido que cumplen sin más. En cuanto al idioma, tendremos textos en castellano y voces en inglés -¿doblaje español en un juego desarrollado en España? ¿pa’ qué?-, aunque los momentos de diálogo son más bien escasos así que no es algo que debería preocuparnos.

Horror Tales: The Beggar cambia de registro respecto a lo visto en su predecesor, The Wine, y personalmente me quedo con la última propuesta que ofrece este título ya que aporta mayor variedad de mecánicas y situaciones. Quizás su mayor pecado es no ser más ambicioso, pues durante todo el juego tenemos presente una sensación de conformismo que raras veces se va. De todas formas, tanto como juego patrio como juego en general acaba siendo un título bastante interesante que ofrece nuevas propuestas a los trillados clichés del género, por lo que desde aquí lo recomendamos sin ninguna duda.