Quien más y quien menos todo el mundo conoce los Hot Wheels, esos pequeños vehículos competidores directos de los Micromachines que muchos niños de los 90 disfrutamos -aunque su nacimiento fue hace muchas más décadas-. Como buena y popular linea de juguetes, su licencia también ha llegado a los videojuegos en multitud de ocasiones y esta vez lo hace una vez más con Hot Wheels Unleashed 2: Turbocharged, que viene de la mano del popular estudio Milestone, veterano en el tema de juegos de conducción.

Estamos ante la continuación de Hot Wheels Unleashed lanzado en 2021 -cuyo análisis podéis leer aquí– y esta segunda entrega vuelve a ponernos al mando de coches diminutos en intrincadas pistas llenas de giros locos, obstáculos y loopings. Al igual que en la entrega anterior, el modo carrera vuelve a ser el modo principal y nos relata la historia de dos chavales que se ven obligados a conducir estos vehículos debido a un accidente que ha hecho que algunos monstruos queden libres por la ciudad. La habitual trama argumental de relleno que solo sirve para meternos en acción, sinceramente.

Una vez metidos de lleno en la acción y tras seleccionar el vehículo que queramos, nos sueltan frente a la pista y a competir. La mecánica es muy sencilla: hay que ser el primero en cruzar la linea de meta, hasta aquí nada fuera de lo común, pero como juego de carreras arcade tenemos otra serie de mecánicas que acompañan al gameplay y le dan un pequeño giro al género. Para empezar contamos con un botón de turbo -cuya barra se rellena haciendo derrapes-, luego tenemos un botón de salto que nos permite evitar agujeros y obstáculos y finalmente tenemos los botones de golpear hacia izquierda y derecha, esto hace que podamos empujar a nuestros rivales hacia trampas o incluso mandarlos fuera de la pista -evidentemente los rivales también podrán hacer lo mismo con nosotros-.

El manejo de los coches en general es bueno, diferenciándose varios principales: coche equilibrado, de derrape, todoterreno, bólido… los cuales creo que no hace falta explicar que función tiene cada uno, sin embargo en ocasiones el más mínimo roce contra un muro puede hacer que nuestro coche se vuelva loco y no solamente se ponga en dirección contraria, sino que incluso puede llegar a salirse de la pista. La dificultad tampoco se encuentra bien medida del todo, pues el más mínimo error o choque es suficiente para colocarnos en última posición y nos obliga a volver a adelantar a todos los que tanto nos había costado superar, los cuales parecen ir en un pelotón sólido del que no se desmarca nadie.

A su vez tenemos varios modos de competición, por un lado tenemos la carrera normal de toda la vida, la carrera eliminatoria en la que los coches que vayan en las últimas posiciones serán descalificados, la contrarreloj nos obliga a superar una vuelta antes del tiempo establecido y el modo checkpoint nos insta a superar una serie de puntos de control en el menor tiempo posible. En el modo historia encontramos además un modo más, las batallas contra jefes, que realmente consiste en ir rompiendo unas barreras especiales antes de que la barra de furia del rival se llene del todo.

Esto nos lleva a la cantidad de escenarios, o más bien de «biomas». Tan solo tendremos unas 5 temáticas diferentes para los circuitos, las cuales además son meramente estéticas ya que el circuito en sí siempre está hecho de bloques de plástico unidos unos a otros. Si no se entiende bien lo que estoy diciendo, recuerdo que en los juegos de Micromachines la propia temática de los escenarios formaba parte del circuito en sí, de tal forma que un escritorio podía ser la superficie por la que correr y unos bolígrafos o gomas de borrar eran obstáculos a esquivar. En Hot Wheels todas las pistas son demasiado monótonas, viendo como lo único que cambia es el fondo.

Como compensación, disponemos de un editor de escenarios que resulta ser uno de los puntos fuertes del título. Tendremos la opción de crear nuestras propias pistas a nuestro gusto y no solo eso, además podremos subirlas a la red para que la gente pueda jugarlos y a su vez podremos jugar al de otras personas. Dentro de lo que cabe se trata de un editor bastante completo en el que iremos desbloqueando nuevos elementos a medida que vayamos jugando al modo historia.

En cuanto al plantel, disponemos de una buena variedad de vehículos que no solo se limitan a coches, sino también a motocicletas o quads, incluso contaremos con algunos coches míticos de la cultura popular como el famoso KITT del El coche Fantástico, entre otros. En total superan el centenar y eso refiriéndonos al juego base, sin contar los que llegarán con futuras actualizaciones y mediante DLCs. Para conseguir estos vehículos tendremos que comprarlos en la tienda con monedas del juego, aunque la selección de artículos de la tienda irá rotando cada cierto tiempo de manera que habrá que estar atentos para pillar el que nos interese.

Finalizando ya, si bien como juego Hot Wheels Unleashed 2 es bastante bueno y entretenido, quizás esperábamos más de una secuela como esta. Se nota bastante el reciclaje de elementos de la entrega anterior y hay muy poca sensación de novedad, sintiéndose casi como una expansión del juego de 2021. De todas formas si venimos de nuevas y somos fans de la marca, encontraremos aquí un título que nos puede dar bastantes horas de entretenimiento, especialmente en su modo multijugador.

 


Este análisis ha sido realizado en Xbox Series S mediante una copia cedida por PLAION