A día de hoy, con la plena integración del mercado indie y neo retro en la industria, no sorprende cuando un nuevo proyecto decide basarse en un apartado técnico que emule épocas pasadas, como pudieran ser los 8bits o los 16bits. Tampoco sorprende escoger el tema de la fantasía medieval para un RPG, ya que desde los albores del género, es un tema más que recurrente. Pero Knights of Tartarus no intenta sorprender con su estilo gráfico o su temática e inspiración, sino que lo que pretende es hacerlo bien.

Después de haber pasado por la etapa de early access en Steam, Knights of Tartarus, el proyecto independiente de la pequeña desarrolladora StelloHexis nos muestra las bondades que empezamos a vislumbrar durante su periodo de desarrollo. Bajo un argumento típico de fantasía medieval, encontramos un juego de rol típico en apariencia de la época dorada de las 8 bits, más concretamente con un acabado muy similar a lo que podríamos haber visto en una Game Boy Color de Nintendo.

Y es que todo nos recuerda a ello, los gráficos, el sonido, su propuesta, y su jugabilidad, todo nos recuerda a una Game Boy Color en principio, pues pronto veremos que no es todo exactamente así, tendremos ciertas mecánicas actuales perfectamente fusionadas con el núcleo jugable, dando un resultado perfectamente cohesionado, como si hubieran estado ahí toda la vida. Hablamos del crafteo con el que podremos mejorar nuestras armas, por ejemplo, algo tan común hoy en día y desconocido a finales de los 90, o de un mapeado mucho más abierto de los que los juegos de este género nos tenían acostumbrados.

Un monstruo llamado Baphomet ha recogido suficientes almas para abrir las puertas de Tartarus y así liberar a los cuatro caballeros de una orden legendaria, estos, con un poder increíble, destruirán el mundo. Nosotros, encarnando a un héroe, deberemos acabar con todos ellos para impedir que cumplan su objetivo. Como podemos observar el argumento es simple pero efectivo, aunque también nos guarda alguna sorpresa ya desde el principio.

Empezaremos el juego decidiendo si queremos ser un caballero o un mago, fácil decisión para empezar, y seguimos viendo una curiosa introducción, donde nuestro héroe se lamenta de no haber podido salvarlos, ¿A quién? Eso no lo sabemos, pero entonces pasa algo impensable, nuestro héroe se divide en dos, saliendo de nosotros la parte fuerte y dominante, que se ha cansado de lamentos y va a ir a salvar a la gente él mismo, y que además se autodenomina como RIVAL. Después de un combate donde él prueba su fuerza, y nosotros saboreamos la derrota, RIVAL se irá y nosotros no tendremos más remedio que poner camino al pueblo más cercano.

Así empieza Knights of Tartarus, con una historia que a estas alturas nos suena demasiado a otras tantas, pero lo cual no es para nada malo. Sabe mantener el interés a pesar de que la interacción con los NPC es un poco básica y habría que haber trabajado más sobre ella. El sistema de juego se inspira poderosamente en Dragon Quest, particularmente en sus primeras entregas, con un avance por pantallas en vista aérea mientras exploramos, y una vista en primera persona cuando luchamos y comerciamos. Sin embargo otra poderosa inspiración es The Legend of Zelda: Link’s Awakening, en la parte de que el avance por el mapeado requiere el uso de objetos que tendremos que conseguir y otros puzles que deberemos solucionar para ganar acceso a nuevas áreas.

El modo de combate es el de los RPGs más clásicos, iremos explorando por el mapeado cuando nos saltará el combate y la vista cambiará a primera persona, y entonces empezaremos con la opción de luchar o de huir, y si luchamos, las opciones serán luchar, defender, usar magia o usar objeto. Cuando huyamos con éxito o acabemos con el enemigo, recibiremos experiencia con la que podremos ir subiendo de nivel y mejorando nuestras estadísticas, así mismo los monstruos a veces dejarán oro o materiales al ser eliminados. Cada cierto número de niveles, ganaremos un punto de habilidad que podremos asignar entre cuatro clases disponibles para potenciar ciertas características pasivas como hacer ataques combinados o ser inmune a algunos efectos alterados.

Durante los combates también podremos aprender los ataques mágicos de los monstruos enemigos, que se volverán indispensables conforme vayamos avanzando y le dan al juego un leve toque diferenciador, aunque tampoco es nada que no hayamos visto antes en otros títulos.

Para la parte técnica poco podemos decir, gráficos 8 bits, a la altura de lo que una Game Boy Color solía mostrar, bastantes nítidos y llenos de detalles, llamando especialmente la atención el acabado de algunos monstruos y NPCs en la vista en primera persona. También se ha hecho una elección bastante acertada de la paleta de colores, bastante viva y vibrante.

Las melodías con tintes medievales son chiptune de una buena calidad e impecable factura, que acompañan en todo momento a la acción y no se acaban de hacer repetitivas. Hay varios cortes con lo que se gana en variedad. Los efectos FX son correctos y acompañan adecuadamente nuestra acción.

Para la edición de smartphone se ha optado por usar una cruceta y unos botones representados a los lados del marco del juego, sobre la pantalla táctil, no es que sea el modo ideal para jugar a estos juegos clásicos pero sirve para salir del paso.

Knights of Tartarus funciona muy bien como homenaje a los juegos en los que poderosamente se inspira, y le añade un toque moderno con algunas mecánicas propias de estos tiempos, pero a pesar de que funciona perfectamente y es algo de agradecer, conforme juegas son demasiadas las reminiscencias, empiezas a pensar que todo ya lo habías visto y jugado antes, hasta lo que no habías visto, queda diluido por esta sensación de déjà vu. No es algo intrinsicamente negativo, pero algunos usuarios si que pueden pasar del juego por pensar que todo lo que ofrece este es algo que ya han visto.

Sin embargo la calidad y el buen hacer estan ahí. Y la innovación también, aunque cueste verla entre tanta inspiración. Como deciamos al principio, no es que Knights of Tartarus intenté sorprender, es que intenta hacer bien algo conocido y lo consigue, por lo que es un juego a recomendar entre todos los amantes de los juegos 8bits y los RPGs clásicos, aunque eso sí, mejor en PC.