La llegada de Yakuza: Like a Dragon supuso un giro radical para la veterana saga Yakuza. Con su llegada la franquicia cambió de nombre para asemejarse más a su titulo original japones, cambió de sistema de juego para abrazar el rol por turnos y también, por supuesto, cambió de protagonista. Quince años y siete entregas principales después, incluyendo al maravilloso Yakuza 0, Ichiban Kasuga sustituía a Kazuma Kiryu.

Lo hacía básicamente porque la historia ya no daba para mucho más, pues la narrativa se había alargado y enrevesado hasta un punto en el que se hacia a todas luces necesario un cambio de aires, aparte de que acompañar al veterano guerrero en una octava peripecia por los bajos fondos japoneses quizá era una propuesta no demasiado atractiva a la hora de captar al nuevo publico que Sega estaba buscando para lo que ya es una de sus franquicias estrella. Sin embargo, como suele ocurrir en estos casos, el Ryu Ga Gotoku Studio no pudo resistirse a a la idea de hacer un guiño a todos los seguidores incondicionales de la saga, por lo que Kazuma Kiryu acabó haciendo presencia en el estreno de Ichiban.

Esto, a priori un cameo que podría parece insignificante, resultó ser toda una tormenta, pues abría numerosas incógnitas con respecto a lo ocurrido después del final de Yakuza 6, la última entrega cronológica de las desventuras de Kiryu. La intuición decía que el legendario Dragón de Dojima no había dicho todavía su ultima palabra.

Todo esto nos lleva a este Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name. Un titulo en el que, como su propio nombre indica, se ha devuelto a Kiryu a la primera linea, con la finalidad tanto de atar los cabos sueltos tras el final de Yakuza 6 como de, al mismo tiempo, actuar de puente entre Yakuza: Like a Dragon y Like a Dragon: Infinite Wealth, la próxima entrega principal de la saga que estará protagonizada por Ichiban y de la que podremos disfrutar el próximo enero.

No penséis que, pese a este papel de enlace entre títulos, Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es un juego menor. Inicialmente concebido como un DLC para Yakuza: Like a Dragon y desarrollado en poco más de seis meses, The Man Who Erased His Name fue creciendo en escala y ambición hasta convertirse en un juego independiente que alberga toda la esencia de la saga Yakuza, aunque sea de forma más breve y concentrada.

A lo largo de sus cinco capítulos, por lo que podéis asumir que la duración se queda muy lejos de lo habitual en otras entregas, se nos cuenta una historia brillante plagada de sorpresas que consiguen emocionar. El juego tiene mucho que contar y poco tiempo para hacerlo, por lo que el hilo narrativo principal es rápido y directo, con bastante más ritmo que el que tienen otros juegos de una saga que, en más de una ocasión, ha abusado un poco del relleno. Además, en una nueva demostración de la maestría que está alcanzando el Ryu Ga Gotoku Studio a la hora de contar historias, resulta bastante sorprendente como una historia que alcanza niveles tan elevados de emotividad y de profundidad lo hace sin caer en estridencias o en contradicciones. Todo lo que se cuenta en Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name resulta verosímil y encaja a la perfección dentro del canon.

El hecho de que la historia vaya más al grano no significa que, siguiendo la tradición de la saga, no podamos perdernos por una Sotembori que, si bien nos ofrece menos espacio para explorar, está plagada de tareas, minijuegos y misiones secundarias. La palma se la lleva el rediseño que se ha hecho del Coliseo, que en esta ocasión incluso nos permite organizar combates grupales en los que podremos tener como aliados a personajes clásicos de la saga.

Dicho combate, como no podía ser de otra manera en el regreso de Kazuma Kiryu, abandona los combates por turnos de Yakuza: Like a Dragon para volver al combate tradicional de la saga inspirado en el beat ‘em up. Los Jugdment habían recogido la esencia de este combate como saga paralela derivada de Yakuza y el fantástico Lost Judgment logró mejorarlo hasta convertirse en el nuevo referente con el que comparar cualquier entrega que quisiera regresar a este sistema. Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name consigue salir airoso de esta comparación.

Con un mayor énfasis en las luchas e incorporando un nuevo repertorio de habilidades y movimientos, esta vez los jugadores pueden cambiar de forma dinámica entre dos estilos de lucha mientras están en combate: el estilo Yakuza y el estilo Agente. El estilo Yakuza resulta efectivo en combates cuerpo a cuerpo y permite que Kiryu realice movimientos letales contra un solo enemigo. El estilo Agente, por otro lado, se utiliza mejor contra grupos de enemigos, ya que se fundamenta en la velocidad y en el empleo de serie de artefactos de alta tecnología, como un cable electrificado que permite atar y lanzar a los enemigos o arrebatarles sus sus armas. A lo largo de Like a Dragon Gaiden, Kiryu desbloquea artilugios adicionales que le permiten enfrentarse a grupos de enemigos con un mayor nivel de estrategia y eficacia. Por supuesto regresa también el sistema de ataques especiales a través del clásico medidor que se irá recargando a medida que consigamos encadenar golpes.

Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name ha conseguido recoger todos los elementos característicos de los Yakuza clásicos para darle un homenaje a sus seguidores. Es una oda a Kazuma Kiryu y a diecisiete años de aventuras, pero es un titulo que, además, no se queda en el homenaje por el homenaje y que consigue tener un sentido y significado propio más allá del guiño a los fans. Consigue ser no solamente un gran juego, si no que completa una parte de la historia que no acababa de encajar y resulta una parada fundamental antes de la llegada de Like a Dragon: Infinite Wealth.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION