A finales del pasado año saltó una noticia terrible para todos los seguidores de la saga Yakuza: Toshihiro Nagoshi, el creador y director de la saga, abandonaba el Ryo Ga Gotoku Studio para explorar nuevos horizontes de la mano de NetEase. En un momento en el que el RGG Studio demostraba estar en plena madurez creativa, encadenando dos obras tan incontestables como Yakuza: Like a Dragon y Lost Judgment, no fuimos pocos los que fruncimos el ceño, albergando serias dudas sobre el rumbo que tomaría el estudio tras la marcha de su líder. Pues bien, este The Kaito Files, primer proyecto del RGG Studio en el que Nagoshi no está acreditado, ha servido para despejar todas esas posibles dudas.

En Kaito Files, como en una especie de reflejo de la situación de sus desarrolladores, también hay un cambio de protagonista. Esta vez dejamos de lado a Yagami para ponernos en la piel de Kaito, su inseparable compañero. Reconozco que en primera instancia este cambio no me resultaba demasiado convincente, pues Kaito siempre ha recibido un trato secundario en los anteriores Judgment, muy a la sombra del carismático Yagami. El gran acierto de este DLC es conseguir revertir esta situación, sabiendo como construir algo muy interesante a partir del cliché de bonachón con carcasa de tipo duro que representaba Kaito en anteriores juegos.

Aquí jamás se abandona ese tópico, de hecho se abraza con más fuerza que nunca. La historia comienza con la aparición de un hombre que busca ayuda de la agencia de detectives para encontrar a su esposa desaparecida, la cual resulta ser el gran amor truncado del pasado de Kaito. Mediante este punto de partida se realiza una profunda exploración de la vida del personaje y, con la fuerza narrativa de las situaciones que se plantean, se logra que empatices con un hombre que esconde un pasado repleto de sinsabores detrás de su apariencia siempre despreocupada.

Es, al igual que Lost Judgment, una historia que en ningún momento se corta a la hora de tratar temas tan sensibles como el suicidio o la violencia doméstica, aunque no siempre de la forma más acertada. De hecho el juego contiene buenas dosis de drama japonés en el peor sentido del término, pero nunca llega a descarrilar y la historia resulta atractiva y verosímil de principio a fin. Es, además, una historia mucho más corta que la de Lost Judgment, pues se puede completar en apenas cinco o seis horas.

Se puede plantear que el precio, 30 euros, quizá resulte un poco excesivo para tan poca duración, sobre todo cuando, en contra de lo que suele ser seña de identidad de los juegos del estudio, no hay prácticamente contenido secundario de ningún tipo, pero la narrativa de The Kaito Files se beneficia de una duración tan contenida. El ritmo es mucho más fluido que el de Lost Judgment y la historia avanza de forma más directa, sin los tramos de relleno que podían resultar un poco pesados en anteriores iteraciones de la saga.

EL RGG Studio no solamente ha construido una historia que dota de un trasfondo a Kaito, también ha diseñado nuevas habilidades específicas del personaje que resulten en una experiencia diferenciada de la que teníamos con Yagami. No hay nada que altere sustancialmente la jugabilidad, pero, por ejemplo, esta vez podemos ayudarnos del prodigioso sentido del olfato y del oído de Kaito en las secciones de búsqueda. Así mismo, el sistema de combate se ha rediseñado para añadir nuevos estilos que representen mejor la personalidad y el carácter del nuevo protagonista. Pasamos del estilo más refinado y grácil de Yagami al estilo más directo y contundente de Kaito, una auténtica bestia parda a la hora de golpear a sus enemigos.

The Kaito Files es una experiencia breve, pero se nota el cariño y el cuidado que se ha puesto en su desarrollo. El Ryu Ga Gotuku Studio demuestra que sigue en forma ofreciendo una gran historia, un ritmo que os mantendrá pegados a la pantalla y una interesante vuelta de tuerca al sistema de combate. Confianza absoluta en sus próximos proyectos.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por Koch Media