En una época en la que los juegos de skate estaban en horas bajas, con escasez de lanzamientos y los pocos juegos que salían no terminaban de convencer a los jugadores, llegó una saga que consiguió aportar un soplo de aire fresco al género: OlliOlli. Tras una secuela bastante continuista, llega la hora de darle una vuelta de tuerca a la saga con la tercera entrega: OlliOlli World, desarrollado por Roll7 y distribuido por Private Division.

OlliOlli es una saga que podríamos considerar como un cruce entre Tony Hawk’s Pro Skater y Trials Fusion, ya que su estilo de juego se centra más en llegar al final del nivel superando obstáculos que en el propio deporte del skate, pero sin dejar de lado la parte de los trucos y combos para sumar puntos.  Lo increíble de esta saga es que a pesar de su simpleza tanto visual como jugable, son juegos totalmente adictivos que no tardaron en colarse entre los favoritos del sector, demostrando así que no hacía falta reclamos publicitarios en forma de marcas o celebridades para atraer a la gente y que tampoco era necesaria una jugabilidad tridimensional para hacer las cosas bien. Y es que con tan solo un par de botones -y mucha habilidad-, podías hacer montones de tricks y combos.

Esta tercera entrega, titulada OlliOlli World, representa la evolución lógica de una saga que cada vez ha ido ganando más adeptos y ya necesitaba un salto tanto de calidad como de presupuesto. Y es que al contrario que las entregas anteriores que estaban desarrolladas bajo un estilo pixel-art austero, esta nueva entrega da el salto a las tres dimensiones, al menos en el aspecto visual, ya que la jugabilidad sigue siendo en formato bidimensional como en el resto de juegos.

La trama del juego nos habla sobre el país de Radlandia, una región dividida en varios reinos dominados por los «dioses del skate» -dioses literalmente hablando, divinidades-, cada uno especializado en un estilo de competición en concreto. Cada cierto tiempo, estos dioses eligen un representante en la tierra para enseñarle todo lo que saben y continuar propagando el noble arte del skate para que no desaparezca. Ahora, la última representante elegida está a punto de retirarse y está buscando un nuevo sucesor, y ahí es donde entramos nosotros. Sabéis que con este tipo de juegos arcade siempre opino que meterle una trama de relleno es algo que sobra por completo, pero por fortuna aquí está bien integrada y sinceramente, el carisma y el encanto del título no sería el mismo sin ella.

Una vez creado nuestro personaje con un interesante editor -al que podremos volver en cualquier momento del juego-, nos ponemos manos a la obra en el primer reino, el cual sirve básicamente a modo de tutorial para aprender y acostumbrarnos a todas las mecánicas de las que dispondremos. Con una serie de personajes que nos irán guiando y dando información sobre el mundo en el que estamos y los circuitos, aprenderemos a hacernos a los mandos de nuestra tabla.

El manejo es bastante sencillo, al menos aparentemente: tan solo utilizando el joystick sin pulsar ningún otro botón podremos realizar todos los trucos y combinaciones disponibles. Dejando pulsado el stick en cualquiera de las direcciones y soltándolo, realizaremos un salto equivalente a un movimiento determinado, luego ya entran en juego diferentes giros para hacer trucos más complejos y elaborados.

A pesar de su simpleza, no es un juego fácil de dominar, de hecho las primeras veces vamos a tener que reiniciar el nivel en varias ocasiones al ver que nos caemos una y otra vez. Y es que no basta con hacer movimientos y saltos, sino que también tendremos que controlar el timing para saber cuando hacerlos y no acabar deslomados en medio de unas escaleras o cayéndonos por un precipicio por ejemplo. Pero con unas pocas partidas que juguemos, pronto empezaremos a dominar el sistema y estaremos haciendo trucos de manera muy satisfactoria.

Los diferentes niveles nos pondrán a prueba en todos los sentidos. Como ya hemos comentado, la idea es llegar del punto A al punto B en circuitos llenos de obstáculos como saltos, raíles que grindar y caminos alternativos, y como extra tendremos que realizar movimientos y encadenar combos para ir aumentando nuestra puntuación, lo cual nos reportará jugosos beneficios en forma de accesorios y ropa para nuestro personaje o niveles bonus.

Además de superar los niveles de manera normal, cada circuito nos propondrá retos extra en forma de misiones alternativas en las que tendremos que encadenar cierta cantidad de movimientos, evitar obstáculos o romper algunos de los elementos del escenario. Esto le da todavía más rejugabilidad a un título ya de por sí largo -más de 70 niveles- y os aseguro que nos va a costar mucho conseguir el 100%.

Gráficamente hablando, la saga ha pegado un giro de 180 grados enfocando su estilo visual hacia un estilo «indie» o surfero que recuerda sobre todo al visto en la serie Hora de Aventuras y la verdad es que le sienta genial, le da ese aire renovado y simpático que le hacía falta a la franquicia. En cuanto al sonido, la banda sonora que nos acompaña durante nuestras correrías -y cuyos temas podremos seleccionar antes de empezar a jugar- nos muestra a grupos bastante variados de diferentes géneros, aunque la selección de canciones no es espeialmente amplia. Respecto al idioma, no habrá diálogos -salvo los típicos sonidos que simulan voces- pero tendremos textos en perfecto castellano con una buena localización.

En resumen, OlliOlli World aporta bastante frescura a la franquicia y nos deja un título muy entretenido y desafiante con el que disfrutaremos mucho. No es un juego perfecto, entre sus defectos está la cierta monotonía en algunos de los escenarios a pesar de tener diferentes biomas y un manejo que no siempre responde en el momento que nos gustaría, pero sin ninguna duda es un título muy recomendable tanto para los fans de la saga como para los de los juegos arcade que nunca han tocado uno de estos juegos.

 


Este análisis ha sido realizado en Xbox Series mediante una copia cedida por Best Vision PR